La Inferencia En Estadistica

INFERENCIA

Etimológicamente la palabra inferir proviene del latín “infierre” que significa llevar a una parte o sacar una consecuencia de un hecho o un principio.

¿Qué es Inferir?

Inferir es el proceso en el que se afirman fundamentadamente ciertos enunciados a partir de otros, y se expresa a través del lenguaje (oral o escrito), puede ocurrir que se obtengan una serie de afirmaciones al discutir, lo cual indica que se está argumentando o discutiendo con ciertas bases. Se afirma "B" apoyados en "A".

El ser humano por naturaleza es curioso y controlador en cuanto a su entorno cotidiano, por ello inferir es útil en la vida diaria. Primero acumulamos información, luego la clasificamos y la analizamos para poder entenderla y de este modo sacar conclusiones para posteriormente tomar decisiones sobre cosas tan cotidianas como la compra de un electrodoméstico, o cosas más indispensables como la despensa para alimentar a nuestra familia.

Las personas deducimos en la vida diaria a todas horas y no sólo en nuestros intercambios comunicativos, es una capacidad para la deducción natural a través de reglas de inferencia, hacemos miles de ellas y a propósito de muchas situaciones.

Esta capacidad inferencial forma parte de nuestra competencia comunicativa, entre nuestras habilidades se encuentra la de emplear ciertas premisas a partir de las cuales deducimos una conclusión utilizando reglas inferenciales usadas de manera mecánica e inconsciente, esto representa una desventaja puesto que esta actividad no es refleja sino que esta movida por una presunción que hace que suscitemos las premisas y llevemos a cabo la deducción que con frecuencia es equivocada, dependiendo de la fuerza que le demos a los supuestos que intervienen como premisas, así concluiremos independientemente de la verdad o la falsedad de esos supuestos, expresandose con ciertas acciones, se tiene cierto conocimiento expresado en afirmaciones o negaciones, se infiere alguna otra afirmación o negación y se actúa en consecuencia, de ahí la desventaja de inferir en la vida cotidiana.

Cuando el sujeto ve o escucha los hechos, selecciona en forma automática aquello que le interesa porque le parece importante, e inmediatamente se dispara una cadena de juicios automáticos en su conversación interna a partir de los cuales saca conclusiones, éstas dejan un espacio de posibilidades disponibles mientras se predispone a determinadas acciones.

La escalera de inferencias es un modelo simple de razonamiento que sigue la conversación interna del sujeto, para dar sentido a lo que ocurre, se mueve por esta escalera considerando a sus interpretaciones y juicios anticipados como verdaderos sin asegurar que sus inferencias muchas veces lo llevan a extraer conclusiones erróneas.

Por ejemplo:

Si mis hijos acuden a escuelas caras y prestigiosas, serán adultos exitosos, por lo tanto infiero que debo endeudarme para poder pagar dichas colegiaturas.

Otros ejemplos:

¡Claro, son Poblanos!

Siempre ha de ser mi mamá la que lo diga.

Era de esperarse que todos pensaran eso.

La comida con mucha grasa engorda, dejo de comer grasa: bajo de peso.

Estas frases son indicadoras de un proceso de inferir, pero no hay la seguridad de que el proceso sea el correcto, por ejemplo: ¿Quién me asegura que si dejo de comer grasas bajaré de peso? ¿De dónde se saca que por el hecho de ser Poblano ocurran ciertas cosas? sin embargo, es común manejarse en la vida cotidiana de esta manera, a esto se le llama inferencia básica, y tiene que ver con el paradigma individual del sujeto. Se caracteriza por el uso de falacias, por la vaguedad y la ambigüedad.

Por otro lado Inferir en nuestra vida cotidiana supone también ventajas, cuando en la habilidad de inferir

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