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La fábrica global.


Enviado por   •  27 de Marzo de 2017  •  Trabajos  •  2.528 Palabras (11 Páginas)  •  3.384 Visitas

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Introducción

El concepto de fábrica global se puede abordar en mi opinión desde tres perspectivas: una, meramente descriptiva, otra, que remarca las numerosas consecuencias negativas, y por último, la que nos arroja resultados positivos a nivel global. También es ineludible hablar de la importancia del conocimiento (no confundir con información) hoy en día.

Descripción de la situación actual: Globalización y consecuencias.

La fábrica global implica inevitablemente la deslocalización de las empresas desde países donde la mano de obra es más cara, así como los costes del material; a otros países donde los salarios y retribuciones son mucho más bajos, y los materiales más abundantes y de menor coste. Hablamos en definitiva, del traslado de la producción desde países desarrollados, que suelen ser aquellos pertenecientes a la Unión Europea y Norteamérica a países de Asia, África y Sudamérica que se encuentran en vías de desarrollo o subdesarrollados.

Con la emergencia de las nuevas tecnologías, y el desarrollo de los medios de transporte, es posible que cualquier producto y/o servicio alcance cualquier punto del planeta. Vivimos en un mundo cambiante, dinámico; y los distintos países cada vez son más interdependientes y se comunican entre sí, con todo lo bueno y lo malo que ello implica. Hablamos pues, de la globalización. Los mercados de cualquier sector están sufriendo una liberalización progresiva, y cada vez es más sencillo exportar e importar productos a otros países, así como deslocalizar las empresas a lugares donde hay más posibilidades de tener éxito.

La consecuencia directa de la globalización y la subsiguiente deslocalización es un cambio radical en el mercado laboral de los países desarrollados. Cada vez hay más competencia, ya que se buscan trabajadores altamente cualificados, preparados para utilizar nuevas tecnologías, creativos para saber ofrecer lo que la población pide, y antes de que lo hagan el resto de empresas del sector, conocedores de idiomas; y flexibles, capaces de adaptarse a las situaciones dinámicas. Los países desarrollados buscan dejar atrás las jerarquías y alcanzar un contexto laboral más horizontal, participativo y democrático, para que el trabajador dé todo de sí mismo y se implique con la empresa.

¿Pero qué ocurre con aquellos trabajadores no cualificados? La deslocalización de empresas va ineludiblemente de la mano del aumento de la tasa de desempleados, ya que como hemos visto antes, se busca gente muy cualificada. En España, trabajadores de los sectores primario y secundario se han visto abocados a dejar su empleo, y con ello, a la reducción de su poder adquisitivo, lo cual perjudica a la macroeconomía del país. En el documental, vemos el ejemplo de fábricas como Bosch Alcalá, una fábrica filial del gigante alemán Bosch que se deslocaliza a países emergentes, ya que fabrican productos de bajo coste para coches, y desean una mano de obra más barata. Ofrecen prejubilaciones y traslados a sus empleados, pero ellos deciden protestar, porque no desean esta opción.

En la actualidad se goza de una serie de derechos laborales, por los que prácticamente ningún miembro de las generaciones empleadas ha luchado. Estos derechos laborales fueron conseguidos progresivamente a lo largo de los años, desde la Revolución Industrial. Lo que ocurre es que con la crisis económica que vivimos desde hace 7 años, y el aumento de las tasas de desempleo, muchos de estos derechos se están perdiendo debido a que la gente vuelve a aceptar condiciones laborales extremadamente malas ya que necesita dinero para sobrevivir.

En definitiva, me gustaría concluir en este primer análisis que la globalización es una moneda de dos caras. Beneficia a empresas y trabajadores cualificados, así como a países en vías de desarrollo y subdesarollados, ya que potencia su economía a nivel macro; pero perjudica a los trabajadores menos cualificados de países desarrollados (y por ende a los sistemas financieros de dichos países).

Consecuencias positivas de la fábrica global y la globalización en general.

La deslocalización de las empresas y la globalización trae consigo aspectos positivos. En primer lugar, para los países a los que se deslocalizan las empresas. El domingo 21, veíamos el programa Salvados, en el que se nos mostró las denigrantes condiciones laborales de los trabajadores en países del este de Asia. Pero lo que no se mencionó son los beneficios que la deslocalización genera en estos países. John Müller cuenta en un artículo escrito a raíz del programa, que “hace 20 años, el PIB de Camboya era de 3.500 millones de dólares. En 2014 llegó a 16.780 millones. El textil supone hoy el 80% de las exportaciones del país, emplea al 10% de la fuerza laboral y exporta unos 5.000 millones de dólares. Camboya ha crecido a una tasa real de entre el 6% y el 7% en los últimos cuatro años, con años milagrosos como el 2005, cuando su economía se expandió un 13,4%. La esperanza de vida al nacer, en 1996, era de 56 años y en 2013 llegó a los 68 años. El PIB per cápita en 1996 era de 310 dólares y en 2014 alcanzó los 1.020 dólares per cápita.” Lo mismo ocurre en Vietnam, China y Bangladesh entre otros. Es decir, al aumentar el PIB, y sobre todo el PIB per cápita, los ciudadanos tienen más poder adquisitivo para acceder a servicios sanitarios, a una mejor alimentación e higiene; y por tanto, aumenta su esperanza de vida.

Respecto a los países desarrollados, las empresas que no se han deslocalizado se ven obligadas a ofrecer creatividad y calidad para competir con el bajo coste de los productos del este, y esto se traduce en que los ciudadanos tienen acceso a un mercado cada vez más amplio y variado. Es el caso de la empresa textil Gloria Estellés, activa en Cataluña y Aragón, que no se plantea la deslocalización porque no quiere renunciar a su alta calidad. Otro ejemplo lo encontramos en Vitri Electrometalúrgica, que desarrolla técnicas que no se encuentran en otras empresas similares, y aunque se ha deslocalizado, lo ha hecho a Eslovaquia, donde mantiene la calidad, pero a bajo coste.

No es ningún secreto que las empresas se deslocalizan allí donde tienen más posibilidades de obtener beneficios, y aunque la producción esté deslocalizada, suelen cotizar en su país de origen, como es el caso de Inditex. Según John Müller: “Inditex crea valor para su entorno a través de la llamada “producción en proximidad”, es decir, concentrando el 60% de la producción total en España, Portugal, Marruecos y otros países europeos. Sólo en Galicia, Inditex es responsable de 32.000 empleos directos, indirectos e inducidos. La compañía representa el 5,2% del PIB de esa comunidad autónoma. En 2014 pagó 1.150 millones de euros en impuestos, lo que representa un tipo efectivo del 26%. Sus accionistas -la empresa cotiza en Bolsa desde 2001- han visto cómo sus ahorros se han multiplicado por 7 en estos años.” Es decir, además de generar una gran cantidad de empleo en España, Inditex cotiza en nuestro país, lo que implica un importante aumento de nuestro PIB.

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