La infidelidad a través de la historia.

La infidelidad a través de la historia.

La infidelidad es una muestra del poco valor e irrespeto que se tiene a la pareja pues crea situaciones de desconfianza y dolor en uno de los conyugues, irrespeto hacia los hijos y sobre todo demuestra la escasa autoestima del infiel.

La desconfianza y dolor provocados por parte de uno de los conyugues por una infidelidad es una de las experiencias más tristes y desafortunadas al igual que injustas que puede padecer una persona. El dolor de la traición y la tristeza de la persona engañada puede  provocar en ésta un sentimiento de culpabilidad, creyendo que todo lo que pasa es por un error suyo; en otros casos se genera agresividad hacia el infiel y el deseo inmediato de alejarse de esa persona intentando escapar del hecho, también se genera el cambio de la perspectiva que tenía en su pareja,  creando un quiebre en la confianza de la misma de la misma y creando un cierto recelo a volver a confiar o creer en sus parejas, rompiendo así la relación porque si ya no existe confianza o respeto no se puede llamar unión.

El irrespeto hacia los hijos producto de un adulterio, puede generar en éstos, primeramente una visión del mundo en la que no es necesario ser fiel, dándoles a pensar que está bien no tener fidelidad a sus parejas creando una generación de personas incapaces de ser leales. En muchos casos se genera el miedo a entablar una relación seria por el temor de experimentar el mismo dolor que sufrieron sus padres, optando por nunca establecerse y teniendo siempre presente la desconfianza. A pesar de todo esto, aun conociendo el sufrimiento que causó la infidelidad, aun viviendo de cerca las disputas de sus padres, aun siendo testigos directos de todos estos acontecimientos;  los hijos siempre tendrán el deseo de ver a sus padres juntos, demostrando así que cuando ocurre una infidelidad y posteriormente un divorcio las mayores víctimas son los ellos.

El hecho de ser infiel demuestra la escasa autoestima del individuo en cuestión, una persona que comete una infidelidad solo está dándonos a conocer el poco aprecio que se tiene a sí mismo y hacia su pareja. Está demostrando que para sentirse bien con su persona tiene que tener varias relaciones amorosas, que el hecho de ser fiel y tener un compromiso es demasiado trabajo.  Tanto los hombres como las mujeres que caen en el error de traicionar a su pareja sienten el temor a ser descubiertos dándose cuenta de las posibles consecuencias  e intentan ocultar estos eventos sin intentar enfrentar su equivocación y encarar a su pareja con la verdad, después de todo “Dejar a otro sin acceso a saber qué es lo que pasa equivale a tenerlo prisionero” (Gutman, 2012) desconociendo por completo el respeto que se debe tener a la misma.

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