La psicología cumple una función cuando la dignidad humana es pasada a llevar

La psicología cumple una función cuando la dignidad humana es pasada a llevar

El humanismo menciona que “La persona humana está revestida de una especial dignidad gracias a la cual «sobresale» o «destaca» sobre el resto de la creación, de tal modo que el hombre, cada hombre, posee un valor insustituible e inalienable, muy superior a cualquier otra criatura del universo”. (García, 2010, p.143). Esta definición sostiene que la dignidad es el derecho que tiene cada persona de ser respetado y valorado, es algo que todos tenemos por el solo hecho de existir. Está considerada parte de los derechos humanos. Muchas veces vemos que el derecho a la dignidad no se lleva a la práctica ya que muchos grupos de nuestra sociedad aún son excluidos como la gente en situación de pobreza, inmigrantes, discapacitados, etc. Personas que al no estar integradas a la sociedad igual que los demás ven reducida su dignidad. Muchas de estas condiciones arremeten a nivel emocional

“En la cultura contemporánea existe un acuerdo en la necesidad de respetar una serie de derechos de la persona, de toda persona, que se han visto reflejados en la declaración Universal de los Derechos Humanos. Habiendo un acuerdo básico en la necesidad de respetar los derechos básicos de la persona (a la vida, a la libertad de conciencia, a la intimidad, etc.)” (García, 2010, p.143). Las personas en situación de pobreza, muchas veces ven pasada a llevar su dignidad al tener que estar constantemente justificando sus ingresos para poder obtener beneficios del estado, los cuales monetariamente son bajos. La mayoría de esta gente es juzgada por no trabajar, pero el problema es la dificultad para encontrar un empleo, muchas veces cuando los consiguen las condiciones laborales son muy malas (bajos sueldos, largas jornadas) y pueden llevar a tener problemas de salud mental y/o físicos.

Estos grupos que son excluidos muchas veces no sociabilizan o sus relaciones con otras personas (amigos) se ven reducidas, ya que son víctimas de los estereotipos de la sociedad. Un ejemplo es en los colegios donde los niños pueden ser víctimas de bullying por no poder acceder a los mismos recursos que sus demás compañeros si bien la dignidad no desaparece pero este tipo de maltrato y exclusión social amenaza contra ella y es que la dignidad tiene una doble dimensión, “La ontológica que deriva de su condición de persona, imagen y semejanza de Dios, se manifiesta en el actuar libre, dueño de sí mismo y de su entorno. La dignidad no se gana ni se pierde. Y la moral que proviene del uso de la libertad. Es adquirida tiene que ver más con su obrar que con su ser. Puede ganarse y perderse, pero no altera en absoluto la dignidad ontológica, que es fundamento de valor personal” (Vicuña, 2020, Diapositiva 7)

Las personas que están estas situaciones asumen la culpa (de ser excluidos) y reducen su libertad, no se les

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