La responsabilidad es mi valor
30071974Ensayo31 de Enero de 2013
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VALORES
La responsabilidad es mi valor
Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.
Fuente: Diccionario de la Real Academia Española
Una persona responsable es capaz de responder y enfrentar con inteligencia, esfuerzo, interés, creatividad y convencimiento las situaciones que se le presentan en la vida de acuerdo con su edad y actividad, por ejemplo, lo que se le solicita en la escuela, en el ambiente familiar o en su trabajo, siempre que esa solicitud sea razonable y respetuosa. También es capaz de responder ante las oportunidades que se le abren y ante las metas que ella misma se ha fijado, como el músico que desea dominar la ejecución de un instrumento o el gimnasta olímpico que aspira a obtener una calificación perfecta. Del respeto y la estimación que tenga cada persona por sí misma depende la responsabilidad que adquiere frente a los demás. Por otra parte sólo siendo responsable puede pedirles a los otros que lo sean y construir una comunidad sólida y próspera donde cada quien haga con excelencia aquello que le corresponde.
Palabras para las familias
La familia y el ámbito doméstico ofrecen el campo ideal para el entrenamiento en el valor de la responsabilidad. Gracias a ustedes los chicos pueden alcanzar la meta.
• Exponga claramente a los niños qué espera de ellos. Procure que esas expectativas sean sensatas de acuerdo con el carácter y las destrezas de éstos.
• Antes de recurrir a la imposición por autoridad explique a sus hijos las consecuencias de hacer o no aquello que les corresponde.
• Si tiene más de un hijo, reparta equitativamente las responsabilidades entre todos, con los matices que sean necesarios.
• Exponga a los niños la forma en que están repartidas las responsabilidades del hogar y cómo la vida feliz en familia depende de que cada quien haga lo que le toca.
La amistad es mi valor
f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
-Diccionario de la Real Academia Española.
Una persona amistosa y sociable es capaz de establecer relaciones con los demás caracterizadas por la libertad, la creatividad, la comprensión y la comunicación profunda de lo que nos parece más importante. El valor de la amistad nos dispone a ser amables y afectuosos con los otros y a tener interés por ellos renunciando a la hostilidad y el egoísmo. Esa disposición debe existir dentro y fuera del grupo del que formamos parte e impulsarnos a establecer vínculos incluso con quienes nos parecen extraños, diferentes y ajenos. Se trata de hacer de nuestro corazón una “casa abierta” para todos y sentirnos, en general, amigos de las personas con la voluntad de acercarnos a ellas, conocerlas y entenderlas sin resistirnos, siempre y cuando no existan razones para hacerlo. La única razón para evitarlo es descubrir que la cercanía o la compañía de alguien puede ser destructiva o perjudicial; pero de allí en fuera ¡todos son bienvenidos en nuestra casa!
Los principales riesgos que pueden “marchitar” una amistad son el egoísmo (pensar demasiado en ti sin fijarte en los demás) y el orgullo, que te impide ver las cualidades de los otros. El extremo contrario de la amistad es la enemistad, cuando dos personas buscan la manera de hacerse daño. Ésta sólo trae consigo soledad y tristeza.
Buenas amistades y malas amistades
Es común que como padres, queramos seleccionar las amistades de nuestros hijos para promover su bienestar. No debemos perder de vista, sin embargo, que la relación de amistad se funda en una disposición personal de entrega y cariño que no puede forzarse. Más que establecer un rígido tribunal para aprobar o rechazar amistades debemos preocuparnos por formar el criterio de
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