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Las diferencias entre el mundo animal y humano


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2023  •  Ensayos  •  1.714 Palabras (7 Páginas)  •  100 Visitas

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Instituto Superior de Formación Docente N°41


        Las perspectivas de lo humano han sido analizadas desde varias disciplinas a lo largo de distintos contextos socio-históricos. En el campo de la lingüística, Émile Benveniste presenta al lenguaje como categoría fundamental de lo humano, “Aplicada al mundo animal, la noción de lenguaje sólo tiene curso por abuso de términos. Es sabido que ha resultado imposible hasta la fecha establecer que haya animales que dispongan, así fuera en forma rudimentaria, de un modo de expresión que tenga los caracteres y las funciones del lenguaje humano”[1].

        Analizando la comunicación entre las abejas, Benveniste consigue diferenciar la comunicación animal del lenguaje propiamente humano. A pesar de que el simbolismo expresado en la comunicación de las abejas pueda asemejarse con el lenguaje humano, Benveniste remarca las claras diferencias entre uno y el otro.

        Por un lado, el lenguaje humano es puramente vocal, es decir, no hay lenguaje sin voz, mientras que la comunicación en el caso de las abejas es dada en base a señas, la danza. Esta última modalidad de la comunicación la limita al ambiente en donde se presente ya que necesita de la percepción visual para emitir un mensaje.

        Entre otras características, el lenguaje humano produce el diálogo en tanto que un mensaje emitido atrae otras respuestas. Para las abejas, sin embargo, su comunicación infiere en una conducta específica y no una respuesta lingüística, es por esto que se considera como comunicación unilateral.

        Finalmente, “el mensaje de las abejas no se deja analizar. Sólo podemos ver en él un contenido global…”[2], es de esta manera inequívoco a diferencia del lenguaje el cual permite ser interpretado subjetivamente.

        Sin embargo, según el filósofo Ernst Cassirer, las diferencias entre el mundo animal y humano no descansarían solo en el lenguaje. Analizando como ante un estímulo todos los organismos generamos una respuesta, Cassirer llegó a la conclusión que, en el mundo humano, a diferencia del animal, los estímulos no siempre generan reacciones inmediatas. Si no, que “Entre el sistema receptor y el efector, que se encuentran en todas las especies animales, hallamos en él como eslabón intermedio algo que podemos señalar como sistema "simbólico"”[3].

        En este sistema aplican todas las formas culturales del hombre (Religión, Mitos, Ciencia, Política, Arte, etc) y es debido a esto que Cassirer presenta al hombre como animal simbólico ya que los símbolos atraviesan todos sus estímulos y condicionan sus respuestas. Esta noción se contrapone con la idea de hombre como animal racional ya que la razón no abarca todas las formas de lo humano, como en el caso del lenguaje “Porque junto al lenguaje conceptual tenernos un lenguaje emotivo; junto al lenguaje lógico o científico el lenguaje de la imaginación poética. Primariamente, el lenguaje no expresa pensamientos o ideas sino sentimientos y emociones”[4].

        En este sentido, retomando el caso de las abejas podemos definir a su comunicación como un sistema de estímulos-respuestas orgánicas mientras que el lenguaje humano se construye mediante la interpretación subjetiva atravesada por todas las esferas de la cultura.

Por otro lado, desde el psicoanálisis, Sigmund Freud elabora una teoría del sujeto por la cual considera al “hombre como un ser que está movido por deseos inconscientes y que se estructura a partir de ellos”[5]. Estos deseos ejercen efectos sobre él, sin que el mismo lo sepa causando síntomas expresados en histerias, sueños o actos fallidos. Bajo estos conceptos, Sigmund Freud desarrolla un modelo del aparato psíquico del hombre, la primera y segunda tópica.

 En su primera tópica, diferenciara entre los sistemas inconsciente y consciente-preconsciente. El primero sería la base de la psique mientras que el segundo son expresiones emergentes de lo inconsciente.

 Cada sistema es regido por leyes distintas, por un lado, la legalidad del Sistema Consciente-Preconsciente (CC-PreCC) se caracteriza por ser regido bajo un orden temporal, es decir, sus representaciones están ancladas a un tiempo específico, un principio de contradicción¸ no admitiendo representaciones opuestas que generen conflicto para preservar el equilibrio de la psique, un principio de realidad, imponiéndole al sujeto las exigencias de la realidad exterior y por un proceso secundario, el cual no permite el desplazamiento de representaciones o su condensación.

Por otro lado el Sistema Inconsciente (SI) se caracteriza por la atemporalidad de sus representaciones psíquicas como deseos o ideas, la falta de contradicción, que permite la subsistencia de aquellas representaciones opuestas que en nuestro consciente generarían conflicto, el principio del placer como guía del sistema, sin atender las condiciones impuestas por la realidad exterior y finalmente el SI es regido por el llamado proceso primario, un proceso que permite el libre desplazamiento y condensación de las representaciones.

        Sigmund Freud encuentra que “el inconsciente es reprimido por la acción de la represión. Considera a ésta como un mecanismo que estructura lo inconsciente y que tiene la función de desalojar de la conciencia lo que resulte displacentero, por generar un conflicto”[6]. A su vez, este mecanismo es originado por la sexualidad. Sin embargo, esta sexualidad no remite a la genital, sino a una esfera mucho más amplia. “Para el psicoanálisis, no hay instinto sexual en el hombre sino pulsión sexual”[7]. Las diferencias entre sexualidad genital y pulsión sexual radican en que mientras la primera es determinada y posee un objeto y fin predeterminado, la segunda es producto de la historia infantil del propio sujeto cuyo fin y objeto se ira constituyendo durante el desarrollo del complejo de Edipo.

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