MAPA MENTAL. Conductas anormales

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La conducta son los comportamientos que desarrolla un sujeto frente a los estímulos que recibe y los vínculos que establece con su entorno. Es la principal vía por la cual los niños dan a conocer a los adultos cuáles son sus necesidades. Al generarse en respuesta a los estímulos y vínculos, también son un reflejo del entorno que lo rodea. Entender las razones específicas detrás de la conducta del niño es importante.

A veces, aparecen conductas anormales debido a ciertas situaciones que facilitan la aparición de diversos trastornos psicopatológicos. La conducta anormal es aquella que no está adaptada. Y esta conducta deriva en un problema.

Existen diferentes perspectivas teóricas sobre la conducta anormal. Esta teoría diferencia tres modelos: modelo bio-psico-social (cambios físicos y hormonales), modelos interactivos (interrelación de factores), y modelos transicionales (interrelación del individuo con las características del ambiente).

A consecuencia de lo mencionado, cada vez aparecen más problemas emocionales y conductuales en los niños y adolescentes. Los problemas emocionales son los problemas internalizantes (ansiedad, depresión, problemas de relación….) y los problemas de conducta son los problemas externalizantes (trastornos de conducta, conducta antisocial, agresividad verbal,…).

Existen ciertos factores que pueden influir negativamente en el comportamiento del niño o adolescente. Estos factores son los factores de riesgo: la exposición a circunstancias aumentan la probabilidad de manifestar algún comportamiento desviado, por ejemplo, el impacto del ambiente socioeconómico desfavorable o composición familiar,….

La estructura familiar es muy importante. Exponer a los niños a ambientes de riesgo en la familia, como la separación o divorcio de los padres, fallecimiento de los padres,… son factores de riesgo. Los problemas más frecuentes son emocionales, seguido de problemas escolares, sociales y físicos. La influencia negativa de estos factores de riesgo se manifiesta en trastornos externalizados como internalizados.

Las variables ambientales de los factores de riesgo se suelen clasificar en categoría que van desde las más próximas a las mas distales al niño. Las próximas actúan directamente con el niño (afecto materno, educación parental), las intermedias (creencias y valores parentales), y las distales (el entorno más cercano al niño, vecinos, cuidadoras,..). Estos variables d riesgo se diferencian entre sí por el grado que en actúan directamente sobre el niño.

Sin embargo, existen factores de protección que reducen los efectos negativos de la exposición de situaciones conflictivas. Hay niños que funcionan de manera más adaptativa, tienen una capacidad de lograr una adaptación exitosa a pesar de estar expuesto a ambientes desafiantes, la resilencia.

La resilencia es la característica del individuo, que se pone en evidencia por la superación de obstáculos para un desarrollo óptimo. Estos niños están dotados de recursos generales para encontrar más soluciones cuando se enfrentan a una barrera, para mantener un funcionamiento integrado ante el estrés.

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