MONICION DE ENTRADA
Enviado por byronandres • 10 de Diciembre de 2012 • Tesis • 467 Palabras (2 Páginas) • 731 Visitas
MONICION DE ENTRADA
Buenas tardes hermanos, en este proceso de Catequesis Familiar queremos que Padres e Hijos, vayan experimentando el amor de Dios y que puedan entonces mirar sus vidas con confianza, para descubrir en ella tanto lo que nos acerca a Dios, como lo que nos separa de él. Por eso, este proceso catequístico nos invito hoy a retirarnos de las ocupaciones cotidianas, para ponernos en la presencia del señor, mirar nuestras vidas con verdad.
En este ambiente de retiro y oración les invito a ponerse de pies para recibir a quien
Presidirá esta eucaristía.
LITURGIA DE LA PALABRA
La lectura esta tomada del libro de Isaías 40,1-5.9-11.
Dios no se cansa de perdonar, pero es necesario que el pecador. Le haga espacio a Dios y al prójimo, abandonando la vida de pecado. Escuchemos atentamente.
Salmo
Acojamos la primera lectura con la antífona del salmo 84
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia
La Lectura tomada de la segunda carta de San Pedro 3, 8-14
El Apóstol nos invita a que esperemos pacientemente la venida final del Señor, viviendo nuestra vida consagrada a Dios. Con nuestra buena conducta estamos acelerando el surgimiento de un cielo nuevo y una tierra nueva en los que habite la justicia.
El Evangelio esta tomado de San Marcos 1,1-8.
La predicación insistente de Juan Bautista que nos hace ver que no basta con escuchar la noticia de la venida de Jesús; es preciso convertirse de corazón y aceptar el bautismo para obtener el perdón de los pecados.
Hermanos les invito aponerse de pies para aclamar el santo Evangelio.
Aleluya. Preparen el camino del Señor,
allanen sus senderos. Todos los
hombres verán la Salvación de Dios.
Aleluya.
ORACION UNIVERSAL
R. Consuela a tu pueblo, Señor.
1.- Por el papa N. y nuestro obispo N., para que animen a la Iglesia a preparar caminos de justicia y de fraternidad en medio de nuestro mundo, oremos. R.
2.- Por los más pobres y marginados de la tierra y de nuestro país, para que hallen en los creyentes la mano del propio Jesucristo tendida hacia sus necesidades, oremos. R.
3.-
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