Manuela Arias
14 de Septiembre de 2014
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JUEGO SERIO Y JUEGO DE LO SERIO
En las instituciones no promueven el trabajo en equipo, solo el individualismo y la competencia.
Los estudiantes no responden a las nuevas formas de integración por lo anterior dicho
Por medio del folclore y el cortejo es que en el paso se medio lograban integrar.
Casi no hay unión entre personas de diferentes niveles o promociones ni estudiantes de diferentes disciplinas.
No se practicaría la sociología si no pudiéramos mirar en conjunto esos grupos de estudiantes diferentes.
En parís se ve más el desintegro
El profesor tiene la tarea de crear la propensión a consumir el saber al mismo tiempo que la satisface.
El autor nos dice que estos mecanismos de reproducción y estrategias de subversión (habitus para adaptarse a la cultura dominante), son un juego que se presenta en cada campo. El autor nos informa que el estudiante solo es lo que proyecta ser, entra en el juego del adolescente y el aprendiz, pues somos aprendices del oficio o de la profesión, originando lo que el autor denomina consumo oculto (ej: más de un estudiante de filosofía se ha creído filósofo, por haber tenido un profesor protagonista de filosofía).
Lo peor de este juego es que nos convertimos en productos del sistema cuando en nuestro papel de estudiantes no contribuimos en nada a orientar la producción o la transmisión del saber y el profesor no consulta o lo hace relativamente al estudiante sobre sus necesidades. El profesor es el que juega un papel decisivo en la consagración académica de los estudiantes, mientras que estos últimos esperan a que el asesor muestre su juego.
Por lo tanto la universidad predica a los conversos, pues su función última es obtener su adhesión a los valores de la cultura, entonces el aprendizaje no se convierte en un medio, se convierte en un fin. El autor nos advierte que tengamos cuidado en no caer en los supuestos valores que entran a la actividad intelectual, como aquella ruptura que se presenta entre estar o terminar la adolescencia y la ruptura simbólica de perder la virginidad a cualquier precio.
Sobre el autor
Fue uno de los más destacados representantes de la sociología de nuestro tiempo, el cual logra reflexionar sobre la sociedad, introduciendo y/o rescatando una batería conceptual e investigando de manera sistemática sobre lo que desde su ojo crítico a simple vista suele parecernos algo trivial, como parte de nuestra cotidianidad.
Pierre Bourdieu fue excelente estudiante del Louis-le-Grand, fue tenido en cuenta por uno de sus profesores, egresado de la Escuela Normal Superior de París, quien le aconsejó inscribirse en las clases preparatorias literarias en el mismo instituto en 1948. Fue admitido en la Escuela Normal Superior de la calle Ulm, 1951, fue llamado por sus compañeros por su segundo nombre, Félix, poco a poco recuperó a sus antiguos compañeros de la preparatoria como Jacques Derrida y Louis Marin. Si bien la escena filosófica francesa está dominada por la figura de Jean-Paul Sartre y el existencialismo, Bourdieu reaccionó muchos como de su generación de normalista, siendo estos últimos preferentemente orientada hacia el estudio de las "corrientes dominantes"3 en el campo filosófico: el polo de la historia de la filosofía cercana a la historia de la ciencia, representada por Marcial Gueroult y Jules Vuillemin, y la epistemología enseñada por Gaston Bachelard y Georges Canguilhem.
Pierre Bourdieu presentó en 1953, bajo la dirección de Henry Gouhier, una tesis sobre las Animadversiones de Leibniz. Además siguió el seminario de Éric Weil en la École Pratique des Hautes Études sobre la Filosofía del Derecho de Hegel. Profesor de Filosofía en 1954, se matriculó con Canguilhem para una tesis filosófica sobre la estructura temporal de la vida emocional, que abandonó en
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