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Mecanismos De Defensa

Pulguita3022 de Enero de 2015

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Mecanismos de Defensa

Son diversas formas de defensa psicológica con las cuales el sujeto evita sentir angustia por medio del retiro de los estímulos cognitivos que la producirían. Los mecanismos de defensa fueron propuestos dentro del psicoanálisis, tanto por Sigmund Freud como por otros como Karl Abraham, pero han entrado ya al acervo común de la psicología en general.

Más recientemente, el DSM-IV-TR de la Asociación Psiquiátrica Americana, los ha recogido en una 'Escala de mecanismos de defensa', como eje disgnóstico para estudios posteriores, y les ha dado un apelativo alterno de "estrategias de afrontamiento".

Mecanismos de defensa en Psicología

Una variedad de autores exponen sus puntos de vista acerca de la función de mecanismos de defensa. Recientemente Arthur Staats ha propuesto que "los mecanismos de defensa implican el funcionamiento de repertorios de lenguaje complejo de modo que reducen la emocionalidad negativa que, de otra forma, la persona experimentaría".

Desde un punto de vista conductual, los seres humanos aprenden a proveerse a sí mismos de estimulación, con lo cual aumentan las probabilidades de anticipar la estimulación ambiental: es decir, se anticipan a su ambiente, con lo cual aumentan su adaptabilidad a eventos futuros similares a eventos de su pasado que hayan tenido algún grado de similitud. Este es el fundamento empírico de la característica que tienen los seres humanos de no sólo recibir y emitir estimulación negativa de su ambiente, sino también interiorizarla. De este modo, no sólo es motivante evitar la estimulación negativa del ambiente, sino también evitar aquella del interior (respuestas coverantes). La forma de evitar este tipo de estimulación aversiva coverante, son, justamente, los mecanismos de defensa.

Mecanismos de defensa en Psicoanálisis

Los mecanismos de defensa en la teoría psicoanalítica tienen la función de evitar la censura del superyó, instancia psíquica estructurada a partir de la resolución del Complejo de Edipo. Son auxiliares de la represión, mecanismo éste en el cual las representaciones censurables son eliminadas del discurso consciente. En la concepción de Freud, los impulsos (más correctamente, 'pulsiones') no pueden ser descartados, sino sólo reprimidos en el inconsciente. Las pulsiones tienden, de forma invariable, a su descarga, de modo tal que, si su representación pulsional le es denegada su expresión consciente, es "enmascarada" por medio de la distorsión simbólica. Las diversas formas en que se presenta esta distorsión simbólica se conocen como mecanismos de defensa.

La angustia juega un papel esencial en la producción de la defensa, dentro de la teoría freudiana. Ella es una señal de alerta al yo, que es la instancia intrapsíquica que produce los diversos mecanismos de defensa y de adaptación.

El mecanismo de defensa principal, clave para todas las demás, es la represión. Es la estrategia de "mover" los contenidos de la consciencia a otro nivel extra-discursivo (fundamento príncipe de la neurosis) que define a la represión, la que motiva la aparición de todos los mecanismos de defensa. Ese nivel extra-discursivo, que para Lacán sería paralelo al consciente, se conoce como inconsciente.

Después de Sigmund Freud, autores posteriores, como Anna Freud, Melanie Klein y Alfred Adler, han propuesto una variedad de mecanismos de defensa cuya concepción les había ayudado a describir y comprender los fenómenos clínicos que se han observado, en una variedad de sujetos, tanto niños como adultos.

Modelo fisicalista dinámico de los mecanismos de defensa

El modelo de psique (psyché/ψυχή) original de Sigmund Freud, un modelo que incluía el concepto de defensa psicológica, fue concebida como una estructuración de fuerzas que podían ser desviadas, contrapuestas, retenidas, descargadas, etc.

Estas fuerzas serían determinadas por características innatas, las características instintivas que residen en el inconsciente y los factores de desarrollo, que incluyen experiencias familiares de naturaleza traumática (concepción después modificada por la noción de fantasma o fantasía, más del orden del deseo que de un experiencia pasiva venida del exterior).

La mayor parte de las personas mantendrían un balance equilibrado entre estas fuerzas. Algunas veces es muy tenue y se ajusta con los mecanismos de defensa como técnicas de ajuste básico, o mecanismos de ajuste homeostático, teóricamente hablando dentro de esta concepción.

Descripción de los Mecanismos de defensa

• Sublimación: el impulso es canalizado a una nueva y más aceptable salida. Se dice que una pulsión se sublima en la medida en que es derivada a un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetos socialmente valorados, principalmente la actividad artística y la investigación intelectual. Es creador de nuevos valores, enriquecedor de la personalidad y tiende a la búsqueda del reconocimiento social y a la acción benéfica. Es, asimismo, el desarrollo del sacrificio, el humanismo, el afán de saber y las manifestaciones artísticas.

Se confunde, a veces, con la "formación reaccional" que puede justificar la violencia por grupos minoritarios. Puede ir acompañada de racionalización, identificación e intelectualización.

Se pueden derivar los siguientes conceptos descriptivos:

 Energía que se intelectualiza en la manifestación de conceptos u objetos reales (literatura, pintura, etc.)

 Adaptación mediante la reflexión.

 Actividad creativa sin que tenga que ver con la función narcísica.

 Actividad sustitutiva que satisface una sexualidad frustrada.

 Curiosidad sexual que se sublima por el "afán de saber".

 División entre el "Yo real” y el "Yo ideal" fuente de progreso y perfeccionamiento.

 Inhibición voluntaria (no M.D.) a causa de motivaciones acordes con el sentido evolutivo de la vida por medio de la introspección (Paul Diel).

 Dominación voluntaria de los afectos, excitaciones y deseos múltiples.

 Represión satisfactoria para alcanzar sustitutivamente metas no instintivas, sino científicas, intelectuales o religiosas.

• Disociación: se trata de la separación de lo “bueno y lo “malo”, la “luz” y las “tinieblas”, el “caos” y el “orden”, diferenciando lo gratificante de lo insatisfactorio. Ambivalencia ante el mismo y único objeto querido cuando cuida, y odiado cuando frustra, introyectando lo bueno y lo malo a la vez.

 Conflicto entre odio y amor. Relación sado- masoquista.

 Ineptitud para la “intelectualización”.

 Idealización excesiva que conduce a la persecución por envidia (venganza).

 Integrismo. Intolerancia: Racismo, fanatismo, etc. (rechazo de lo diferente). Necesidad de un enemigo absoluto que hay que atacar.

 Narcisismo: “los otros están a mi servicio”.

Dificultad para separar las imágenes contradictorias y para sintetizar el Yo con el Objeto. En otras palabras, la D. es la dificultad de integrar lo que satisface o niega las necesidades propias; miedo a la destrucción del “bien” y del “mal” internalizados.

• Represión: El mecanismo de defensa de la Represión es fundamental y proporciona el modelo para entender los demás mecanismos. Es, pues, el prototipo de los M. de D. y es la piedra angular de los mismos. Actúa unida con mecanismos de disociación, la intelectualización y la racionalización, entre otros. La Represión influye en la afectividad del sujeto por originarse asociaciones desligadas de lo afectivo. Se almacenan emociones y cargas tensionales que generan irritación, dudas, temor y ansiedad como forma de liberación de una excesiva represión. Todo lo que se reprime se expresa por medio de síntomas externos. Lo reprimido vuelve en forma de fantasía, lapsus, fallos, exageraciones, dificultades de relación, rupturas, etc.

El mantenimiento de la Represión supone un continuo “gastos de energía psicológica” que empobrece las superficiales relaciones (“fatiga neurótica del neurasténico”).

La definición del mecanismo de la Represión puede definirse conceptualmente como sigue:

a) Vigilancia interna para excluir pensamientos y sentimientos que puedan perjudicar la buena y consciente opinión que se desea tener de sí mismo.

b) Resistencia a deseos incompatibles con las aspiraciones o exigencias morales.

c) Expulsión de la mente y la conciencia de deseos, pensamientos, experiencias o demandas instintivas indeseables que causan malestar.

d) Mantenimiento del componente afectivo activo en la conciencia desprendido de sus ideas asociadas.

e) Aprisionamiento en el subconsciente de recuerdos y emociones cuyo exterior consciente está impedido por barreras de la censura (Merani).

f) Ocultación máxima del afecto y ocultación de pensamientos por el rechazo hacia el Ello.

g) Separación o prohibición al subconsciente anulada y no experimentada, la cual surge a la superficie cuando el control del Ego se afloja.

h) Rechazo de lo que resulta reprobable para el Yo, la sociedad o el Superyo, o sea algo que pueda resultar vergonzoso.

• Proyección: es el mecanismo por el cual sentimientos o ideas dolorosas son proyectadas hacia otras personas o cosas cercanas pero que el individuo siente ajenas y que no tienen nada que ver con él. La Proyección consiste en el desalojo, expulsión o rechazo de cualidades o

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