NUEVOS DESCUBRIMIENTOS SOBRE EL FUNCIONAMIENTO CEREBRAL
kriscer5 de Noviembre de 2014
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NUEVOS DESCUBRIMIENTOS SOBRE EL FUNCIONAMIENTO CEREBRAL
Un equipo de expertos de la Universidad de Washington observó con técnicas de escáner la activación de ciertas zonas del cerebro humano cuando se piensa en el futuro, se supo hoy.
Los especialistas, que llevaron a cabo una investigación de la Academia Nacional de Ciencias, afirman que hay áreas específicas del cerebro responsabilizadas con la creación de una imagen mental sobre cómo nos imaginamos en el futuro.
Según los autores del ensayo, este podría ayudar a conocer los perjuicios causados por derrames, traumas y dolencias.
Tales resultados explican las razones de por qué algunas personas con esas zonas del cerebro dañadas pierden la capacidad de "pensar en el futuro"•
Pese al criterio generalizado entre los científicos de que el cerebro es el órgano menos conocido de los seres humanos, en los últimos tiempos técnicas de imagenología con escáner han permitido profundizar en su estudio.
Con esta investigación reciente se ha podido conocer más sobre una cualidad que se cree exclusiva de los humanos y es la de poder hacer una imagen mental de hechos que están por suceder.
Los participantes, un grupo de voluntarios, debieron pensar en sucesos planificados para el futuro y recordar experiencias pasadas, como parte de los ejercicios.
Lo que se observó mostró una clara diferencia entre los hechos pasados y los que las personas esperan que se hagan realidad en el futuro.
También se constató que buena parte del tiempo el cerebro humano la pasa concibiendo actividades para el mañana, gracias a sus habilidades.
Los expertos insistieron en que se debe continuar investigando para conocer más profundamente los mecanismos del funcionamiento cerebral.
MODELOS CEREBRALES DEL APRENDIZAJE
MODELOS DE SKINNER O CONDUCTISTA
El especialista más destacado en el conductismo operante fue el psicólogo Burrhus Frederick Skinner quien realizó varios experimentos con palomas y ratas en la famosa “caja de Skinner” para comprobar sus teorías y validar sus hipótesis con respecto a la conducta. En esta división del conductismo lo más importante es el uso de reforzadores, ya sea positivos o negativos, y los castigos los cuales veremos más adelante y notaremos sus diferencias.
Existen tres condiciones para que se produzca el condicionamiento operante:
1. El reforzador debe seguir a la respuesta. Esto quiere decir que el reforzador siempre debe ir después y no antes de la respuesta deseada, por ejemplo, un maestro que otorga una buena calificación a su alumno antes de haber contestado el examen promueve que éste ya no se preocupe por estudiar.
2. El reforzador debe ofrecerse de manera inmediata. Cuando se produce la conducta deseada, debemos presentar el reforzador lo más pronto posible para que el niño relacione el premio o castigo con la situación que acaba de realizar. Si retrasamos la presentación de cualquier reforzador podríamos confundir al niño y promoveríamos la actividad que realizó justo antes de dicho reforzador.
3. El reforzador debe ser congruente con la respuesta. No debemos presentar el reforzador si la conducta deseada no se produjo de la forma exacta en que nosotros queremos que se presente, por ejemplo, si le decimos a nuestro hijo que lo premiaremos por sacar más de nueve en matemáticas, no debemos premiarlo si saca un ocho o un siete (aunque también son calificaciones aceptables), ya que estaban establecidas ciertas condiciones.
Cualquier tipo de conducta puede ser aprendida o modificada, lo importante es saber utilizar los elementos necesarios y en el momento adecuado.
2.1 REFORZADORES.
Skinner utilizó intencionalmente el término reforzador en lugar de recompensa para describir una consecuencia que aumenta la frecuencia de una conducta, y tenía mucha razón en hacerlo de esta manera, ya que la palabra “recompensa” implica que el estímulo es agradable o deseable y esto varía de una persona a otra, además de que no todos los reforzadores propician situaciones placenteras.
Los reforzadores podemos clasificarlos de dos maneras: según nuestra necesidad de ellos o según la forma en que son aplicados. Primero veremos los reforzadores primarios y secundarios y luego los reforzadores positivos y negativos.
2.1.1 REFORZADORES PRIMARIOS Y SECUNDARIOS.
Se llaman primarios aquellos reforzadores que satisfacen alguna necesidad biológica, como lo son la comida, el agua, el aire y la convivencia o relación con otras personas. Mientras que los secundarios o reforzadores condicionados son aquellos que no son esenciales para nuestra vida, pero crean una sensación de bienestar. Estos últimos son diferentes en cada persona, pues las circunstancias que proporcionen placer a una persona pueden causar desagrado o disgusto en otra persona, por ejemplo, fumar puede ser relajante y des estresante para algunos, pero para otros el fumar es muy desagradable.
Si los reforzadores primarios ocurren con insuficiencia, en el momento en que presenten se les dará mayor importancia y más énfasis, es decir, se les apreciará mucho más. En este caso podemos decir que más se aprecia algo cuando nos cuesta trabajo conseguirlo, como una familia que apenas le alcanza para comer aprecia más un plato de sopa que una familia de dinero que no se preocupa en lo más mínimo por la comida. Sabiendo esto y tomando en cuenta algún aspecto de la vida de alguna persona (posición económica por ejemplo) podemos saber que tipo de reforzador tendrá mayor efecto.
2.1.2 REFORZAMIENTO POSITIVO Y NEGATIVO.
Los reforzadores positivos son aquellos en los que se presenta un estímulo después de la respuesta, por ejemplo: una sonrisa, una alabanza, un dulce en el caso de un niño o un trofeo en el caso de una persona qué acaba de ganar una carrera. Al contrario, en los reforzadores negativos, el estímulo (que debe ser algo desagradable) es retirado cuando se presenta la conducta deseada. Un ejemplo sería cuando las ratas aprenden a presionar una palanca para finalizar un estímulo eléctrico.
La cuestión con el reforzamiento negativo es que el individuo puede no presentar la conducta deseada debido a que encuentre otra forma más sencilla o un camino diferente para eliminar el estímulo aversivo. Por ejemplo, un padre de familia al que le molesta que sus hijos anden corriendo por la casa recurre a los gritos para que éstos se tranquilicen, en vez de hablar con ellos y explicarles que se pueden caer o sufrir un accidente por estar jugando así dentro de la casa.
Tanto el reforzamiento positivo como el negativo incrementan las respuestas que les preceden. De forma contraria, el castigo disminuye la manifestación de estas respuestas. Los castigos pueden ser de dos maneras distintas, ya sea con la aparición de un estímulo desagradable (como los regaños) después de la conducta NO deseada o con la desaparición de un estímulo agradable (los privilegios, por ejemplo)..
2.2 TÉCNICAS OPERANTES.
2.2.1 EXTINCIÓN.
En la Extinción, una conducta deja de emitirse porque deja de producirse una consecuencia reforzante, por ejemplo, un alumno al que no se le hace caso cuando levanta la mano para participar en clase dejará de hacerlo porque sabe que, por más que levante la mano, no se le otorgará la oportunidad de responder. En este caso, la conducta de levantar la mano desaparece, se extingue.
Durante el transcurso de la extinción, el uso de esta técnica puede traer consigo la aparición de reacciones emocionales (llantos, quejas…) y agresivas (gritos, patadas…), e incluso, la conducta que se desea extinguir puede aumentar su frecuencia, lo que se conoce como estallido de la extinción, pero ya que se finaliza el proceso los resultados son duraderos sin efectos secundarios negativos. No se recomienda el uso de esta técnica si existen otras personas o factores externos que promuevan la conducta indeseada.
2.2.2 MODELADO.
Este método también es conocido como “aproximaciones sucesivas” debido a la función que tiene. Cuando la conducta deseada es totalmente diferente a cualquier respuesta que presenta el organismo necesitamos buscar un comportamiento similar y reforzarlo; ya que concluimos con este paso nos enfocamos nuevamente en la conducta deseada y comenzamos a reforzarla. Como el individuo ya desarrolló una conducta similar a la deseada podrá presentar el comportamiento que buscamos sin problema alguno.
Como el ejemplo que nos pone el psicólogo de la educación Jeanne Ellis Ormrond (2008), “a los niños de preescolar se les enseña a escribir sus primeras letras en un papel con renglones; después se les alaba por hacer una letra bonita y que no se salga del renglón. A medida que los niños avanzan en los cursos de primaria, los renglones se hacen más estrechos, y los profesores se vuelven más exigentes respecto a la perfección de la letra. Poco a poco, muchos niños comienzan a escribir bien apoyándose en una única línea, e incluso en un papel en blanco…”
En este ejemplo queda muy claro que no podemos exigir a unos niños de preescolar una caligrafía perfecta, pero con el paso del tiempo podemos moldearla (como dice el nombre de esta técnica) y lograr los resultados esperados desde que comenzaron a escribir: una letra legible.
2.2.3 ENCADENAMIENTO.
Este método consiste en una secuencia de conductas deseadas. Estas conductas son aprendidas paso a paso, es decir, el individuo las aprende una por una para después realizarlas todas juntas, pero con un orden ya establecido.
Esta técnica puede ser utilizada en los deportes,
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