Neurosis De Transferencia
ronyfilia6 de Mayo de 2013
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NEUROSIS DE TRANSFERENCIA
Grupo de neurosis sobre las que específicamente trabajó siempre el psicoanálisis y sobre las que más logros terapéuticos consiguió. La neurosis obsesiva, la histeria de conversión y la histeria de angustia o fobia. Dichas neurosis son producidas como efecto de la represión secundaria, que realiza el yo Inc. ante las pulsiones del ello. Como la represión secundaria no es totalmente eficaz, las pulsiones del ello a veces consiguen retor¬nar de lo reprimido y merced a un disfraz (formación sustitutiva) generar los síntomas, «extranjeros interiores» para el yo, que no consigue dominarlos, por lo que se producen compulsivamente.
La represión retira la investidura de la representación-palabra (Prec.) pero la investidura se mantiene en la represen¬tación-cosa Inc., y por ello ésta pugna constantemente por buscar acceso al Prec. Para impedirlo, el retiro de la investidura de la representación-palabra se debe ayudar con una contrainvestidura que impida el acceso al Prec.
Esta descripción es la de los mecanismos de defensa. Que predomine un mecanismo u otro dependerá de los puntos de fijación de la pulsión y del yo. Cada punto de fijación generará diferentes neurosis de transferencia: la conversión (represión estrictamente) en la histeria; el desplazamiento en la histeria de angustia; y la formación reactiva (generadora del carácter obsesivo más que de la neurosis en sí, aunque ésta se edifique sobre el carácter obsesivo), la anulación y el aislamiento en la neurosis obsesiva, como mecanismos principales.
El nombre de «neurosis de transferencia» proviene de la clínica, ya que merced a que lo reprimido busca retornar lo hace transfiriéndose a las representaciones del Prec que se ofrecen, la representación del analista es una de ellas. Se produce entonces durante el tratamiento un reavivamiento artificial de los fenómenos originadores de la neurosis. Se repiten en el vínculo analítico. A veces como resistencia del yo a la prosecución del tratamiento, lo que Freud llama una repetición. Repite para no recordar.
Esta resistencia, sin embargo, se transforma en el arma quizá principal de la cura que, por así decir, da identidad al tratamiento psicoanalítico, el análisis de la neurosis de transferencia de la sexualidad infantil olvidada, transferida ahora al vínculo con el analista.
En la aclaración vivenciada de la transferencia y la historificación de lo que se transfiere al vínculo actual, princi¬palmente con el analista, está una de las principales posibilida¬des de la cura, el levantamiento de la represión, la reinvestidura de las representaciones Prec., de las que el yo se venía defen¬diendo y a las que ya no teme.
Ahora pasan a ser pensables, a enriquecer al yo, pasando a ser parte de su acerbo. Además son menos necesarias las contrainvestiduras, con lo que el yo dispone de mayor libertad para utilizar su propia energía.
Esta noción de transferencia implica represión, por lo tanto transferencia de la investidura de una representación-cosa Inc. reprimida a una Prec., la que actúa como disfraz de aquella pero conservando toda la carga afectiva.
En las neurosis transferenciales la libido objetal se introvierte; la investidura pasa de los objetos reales a los de la fantasía, fantasía que a su vez puede ser reprimida y en caso de retornar de lo reprimido generar síntomas o transferencias.
Se contraponen entonces las neurosis de transferencia a las neurosis narcisistas. En éstas se retrae la libido objetal pero no para trasladada a la fantasía sino al yo. Se transforma en libido narcisista y genera las llamadas neurosis narcisistas, en las que el retiro de la investidura es de la representación-cosa, la repre¬sentación Inc. del objeto. Se pierde así el deseo Inc. de los objetos. A diferencia de las neurosis transferenciales,
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