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PERCEPCIÓN DEL TIEMPO


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  1.414 Palabras (6 Páginas)  •  182 Visitas

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Introducción

 PERCEPCIÓN DEL TIEMPO

Se incluyen teorías de enfoques en la percepción del tiempo. El mundo que percibimos es un mundo creado por nosotros mismos a través de nuestras experiencias y transacción ambiental, y es un mundo que refleja nuestras expectativas, necesidades y objetivos particulares, o sea, nuestra manera de ser y de estar en el mundo.

Veremos a continuación una serie de intervalos en cuestión al tiempo. ¿Qué es el tiempo?. Podemos percibir a medida que nuestras experiencias nos dejan percibir. Hablaremos sobre distintos sentidos que nos hacen tener la percepción del tiempo dentro de nosotros

Así mismo se hablara de las bases biológicas en relación con la actividad corporal y un sentido de tiempo, la valorización que se le da a las diferentes vidas de los seres humanos. El tiempo como ya lo veremos no es cosa de juego ni de tiempo; es entender el mundo que nos rodea y entender el sentido que se le está dando en nuestro sistema cognitivo. Todos necesitamos de la noción del tiempo, sin embargo la percepción psicológica es lo que te adentra a esta estimulación de la que más adelante nos adentraremos. El mundo para un psicólogo aumenta en cuanto el tiempo lo tiene encima y su procesamiento ya no es tan formal para pararlo.

Mi objetivo es que se encuentre en esta lectura un sentido psicológico en efecto del tiempo. La percepción de este mismo nos llevara a diferentes hipótesis y conclusiones derivaras de un paso de tiempo en concreto.

El tiempo es un concepto que fácilmente desborda nuestra comprensión y que frecuentemente adquiere un valor trascendental, lo cual ha dificultado a lo largo de la historia un acercamiento científico al mismo. No obstante, entender el fenómeno del tiempo siempre ha preocupado a los filósofos, astrónomos, físicos, psicólogos, entre otros. Percibimos colores, sonidos y sabores gracias a los sentidos de la vista, el oído y el gusto. Pero no poseemos un sentido específico que nos permita percibir el tiempo. Por tanto, parece que debemos estimar el tiempo a partir de la percepción de otras cosas. La idea más extendida es que no percibimos el tiempo en sí, sino cambios o sucesos que ocurren en un determinado tiempo. Sin hechos externos, estimar el tiempo se convierte en una tarea complicada. No podemos medir el tiempo a menos que sea tecnología y a veces nos perdemos de la percepción del tiempo cuando no estabilizamos bien nuestros sentidos. La naturaleza gira en torno a necesidades que el ser humano desarrolla a lo largo de su vida, el tiempo lo utiliza a su favor o en su contra. La duración del tiempo en el ser humano solo tiene una duración de 24 horas en la que las condiciones tanto externas como internas son denominadas ritmos circadianos

El tiempo vuela cuando lo estamos pasando bien, cuando nos gusta lo que hacemos, cuando estamos motivados, cuando lo que hacemos es novedoso o cuando estamos ocupados. Las experiencias previas también influyen en nuestra percepción del tiempo. Contrariamente, el tiempo pasa más lentamente, es decir, se nos hace más largo, cuando lo estamos pasando mal, cuando esperamos con impaciencia, cuando tenemos prisas, cuando estamos enfermos, cuando nos duele algo o cuando estamos cansados o incómodos. Se nos hace asimismo eterno cuando llevamos una carga pesada encima y, sobre todo, cuando estamos en peligro. También apreciamos su curso como más lento cuando nos aburrimos y, especialmente, cuando le prestamos atención, es decir, cuando estamos pendientes de él. Si no le hacemos caso, el tiempo transcurre más rápidamente. Nuestra percepción subjetiva del tiempo depende mucho de la situación emocional en que nos encontremos. Si estamos emocionados nos equivocamos mucho al valorar el tiempo transcurrido. Cuando estamos disgustados el tiempo pasa también con más lentitud.

No obstante, la teoría cognitiva- atencional, en a que la percepción del tiempo aumenta con el incremento de una conciencia temporal y disminuye con la atención de procesadores de información que en este caso no son temporales. La percepción de esta teoría se encuentra en una experiencia familiar, “el tiempo vuela”. Así como lo mencionamos anteriormente puede haber relaciones de alguna percepción temporal o pasajera esto resultara asertivo con ayuda de las

bases de la memoria, ya que son sucesos complejos a través de influencias cognitivas.

Buena parte de las percepciones que tenemos son posibles gracias a receptores especializados de nuestro organismo que captan los estímulos correspondientes y los convierten en señales eléctricas que envían al cerebro. Así, para percibir la luz o el color disponemos de los ojos y la retina y para percibir los sonidos del órgano de Corti en el oído interno. Sin embargo, para percibir el tiempo no disponemos de ningún órgano especializado semejante a esos otros. No tenemos, por así decirlo, un reloj o medidor biológico que informe a nuestro cerebro del tiempo transcurrido, lo que complica nuestra comprensión de cómo lo consigue. Pero es bien cierto que todos tenemos un sentido del paso del tiempo que nos hace distinguir muy bien lo que pasó hace años o días de lo que pasó hace un rato o acaba de suceder. Precisamos más todavía, pues podemos distinguir minutos de segundos y éstos de milisegundos. Los seres humanos perciben el paso del tiempo en forma diferente. A algunos les puede parecer que el tiempo transcurre rápido y a otros despacio; y esto depende de varios factores. Sin embargo, no solo los seres humanos percibimos el tiempo, al igual que los humanos los animales tienen un uso de tiempo diferente a l de nosotros con poca percepción pero saben diferenciar el “día de la noche”. En cuanto al pasado, el juicio del tiempo del pasado se basa en la memoria y no se relaciona con el funcionamiento del reloj interno. Cuando miramos el reloj, podemos ver moverse el segundero, pero sólo la memoria nos dice que las manecillas de los minutos y las horas se han movido”  [p. 220]. Bertrand Russell (1992)

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