Psicologia Freud Muerte

En febrero de 1923, Freud detectó una leucoplasia, un crecimiento benigno asociado con fumar en exceso, en su boca . Vino con el epitelioma orales malignos que fue diagnosticado por primera vez en 1923, a consecuencia de los cigarros que nunca pudo dejar ya que creía que sus cigarros lo hacían más creativo y productivo.

Freud tenía que usar prótesis de crudo para hablar y comer, y se ocupó del dolor de más de 30 procedimientos quirúrgicos. También soporto terapias primitivas de rayos x y terapias de radio.

Sin embargo, en los años desde el diagnóstico hasta la muerte , escribió 20 libros y artículos científicos como él dirigió el desarrollo internacional de psicoanálisis.

Freud inicialmente mantuvo este secreto , pero en abril de 1923 se informó a Ernest Jones, diciéndole que el crecimiento había sido retirado.

A mediados de septiembre de 1939, el cáncer de la mandíbula de Freud le estaba causando dolor cada vez más grave y había sido declarado inoperable. El último libro que leyó, “La piel de Zapa” de Balzac, motivó reflexiones sobre su propia fragilidad creciente y unos días más tarde contacto a su doctor, amigo y compañero refugiado, Max Schur, recordándole que habían discutido previamente las fases terminales de su enfermedad : "Schur, recuerdas nuestro "contrato" no me deje en la estacada cuando había llegado el momento. Ahora no es otra cosa que la tortura y no tiene sentido."

Se le administro una dosis de morfina y horas mas tarde fallecio.

Desde entonces y hasta su muerte en Londres el 23 de septiembre de 1939, estuvo siempre enfermo, aunque no decayó su enérgica actividad. Sus grandes contribuciones al diagnóstico del estado de nuestra cultura datan de ese período (El porvenir de una ilusión [1927], El malestar en la cultura [1930], Moisés y el monoteísmo [1939]).

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