Psicología E1A La muerte

María Celina López Cañedo

Psicología E1A

La muerte

Dude al escoger este tema, porque no es fácil para mi hablar de ello, pero de alguna manera siento que me hace bien el expresarlo.

Que es la muerte. La muerte es el término de la vida, de muchos sueños, ilusiones y proyectos de vida para el futuro que tenemos, es el fin de muchas cosas.

Cuando uno es joven difícilmente se piensa en ella, creemos que somos indestructibles o de acero, que casi nada nos puede hacer daño, pareciera como si pudiéramos ser eternos, pero la vida nos enseña que las cosas no son así que somos más frágiles y vulnerables de lo que pensamos.

Cuando yo tenía 13 o 14 años, sufrí la primera pérdida, mis abuelos, aunque los quería mucho consideré que ya eran bastante mayores y que era su tiempo de morir, me pareció hasta cierto punto natural.

Con el paso de los años me tocó vivir la muerte de varias personas y algunos familiares pero que eran bastante lejanos o ajenos a mí por lo cual ir al velorio o dar el pésame lo consideraba un acto social.

Ya más adulta casada y con mis cuatro hijas, perdí a mi madre quién había estado enferma por varios años con muchos problemas de salud y con una calidad de vida no muy buena, por lo que al morir ella pensé que al fin estaba descansando en paz y me sentí tranquila.

Teniendo eses concepto de la muerte seguí mi vida pensando cómo hasta entonces la muerte vendría en el momento indicado y hasta cierto punto esperado por algunas personas.

Si tengo conocimiento de accidentes que ocurrieron a jóvenes en mis tiempos por manejar tomados o bajo efectos de drogas con consecuencias fatales, y pensaba ellos buscaron su muerte.

No fue sino hace poco más de cuatro años que mi esposo de ser una persona sana, jovial sin vicios bastante deportiva, sin razón alguna enfermó.  Una enfermedad extraña

Que nunca supieron diagnosticar y después de dos meses en el hospital y de dos cirugías realizadas nos dieron el diagnostico de muerte cerebral, en este estado vivió por casi un año.

Él estuvo en casa con su familia pero nunca jamás volvió a tener conocimiento de nada era como un vegetal y durante ese tiempo vi como se consumía día a día y la muerte me lo arrebataba, era un modo de ver la muerte completamente diferente a lo que yo había experimentado con anterioridad.

Si, sentía que la muerte se había instalado en mi casa vivía conmigo y a un lado mío todo el tiempo aun cuando salía a la calle pensaba que la gente al verme sabría que vivía

Con una persona que estaba muriendo y que los que me conocían me veían con lastima y compasión.  Fue un infierno propio e interior el que viví, y me di cuenta que la muerte era el fin de muchas cosas, y no era precisamente mi muerte sino la de él, pero me arrastró irremediablemente.

Es indescriptible el dolor tan profundo que puede originar el perder a un ser querido bajo cualquier circunstancia, nunca hay una mejor manera, si la muerte es inesperada nos agobia pensar que no tuvimos tiempo de despedirnos y si padecen alguna enfermedad y la agonía se prolonga, nos atormentamos pensando en el sufrimiento padecido y terminamos deseando que su vida termine lo antes posible.

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