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Psicologia Humanista


Enviado por   •  14 de Agosto de 2013  •  18.901 Palabras (76 Páginas)  •  591 Visitas

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LA PSICOLOGIA HUMANISTA

José Moya Santoyo y Luis García Vega

Introducción

La psicología humanista es un movimiento surgido en Norteamérica en la década de los sesenta, orientado a promover una psicología más interesada por los problemas humanos, “una ciencia del hombre y para el hombre” (Smith, 1969). La psicología humanista intenta convertirse en un nuevo paradigma que contrarreste la visión pesimista del hombre propia del psicoanálisis y la visión mecanicista del conductismo.

El humanismo apareció en EE UU, al tiempo que en Europa predominaba la filosofía fenomenológica y la existencia, al final de la segunda guerra mundial, aunque no se constituyó formalmente sino en la década de los sesenta.

Para Fourcade (1982) se trata de “un acercamiento al hombre y a la experiencia humana en su globalidad. Un movimiento científico y filosófico que comprende la Psicología en sus dimensiones dinámica y social, basada en una visión holística del hombre, redescubriendo formas tradicionales occidentales y orientales de conocimiento. Un conjunto de técnicas de cambio individual y social, un conjunto de valores que conciernen las relaciones del individuo y de la sociedad con una moral implícita o explícita… Un movimiento contracultural, que se ha extendido bajo la forma de lo que se ha venido en llamar Movimiento del Potencial Humano”.

El nuevo modelo nació con la intención de construirse en la tercera vía (third force) o alternativa a las dos grandes escuelas que dominaban en ese momento el panorama de la psicología de EE UU: el psicoanálisis y el conductismo, y legar con el tiempo a convertirse en la psicología del futuro. Maslow (1962) la considera una Weltanschaung global, una nueva filosofía de la vida, una nueva concepción del hombre, el inicio de otros cien años de trabajo, siempre que podamos, naturalmente, evitar antes un holocausto. La tercera fuerza dice Maslow, es, en gran parte, una reacción a la falta de adecuación de las psicologías freudianas y del comportamiento para tratar la naturaleza superior del hombre. La psicología académica clásica carece de un orden sistemático en el que puedan incluirse elementos superiores de la personalidad, como el altruismo y la dignidad o la búsqueda de la verdad y la belleza. Es natural que no se hagan preguntas sobre los valores humanos últimos cuando se está trabajando en un laboratorio donde se experimenta con animales. Los miembros de esta nueva fuerza sienten que el conductismo es un acercamiento artificial, y relativamente estéril para la comprensión del hombre. La exigencia metodológica de estudiar sólo las conductas externas ha conducido al conductismo a deshumanizar al hombre y a reducirlo a “una gran rata blanca o un pequeño computador” (Bugental, 1967, p. VII). Desde luego, la imagen que se obtiene del hombre a través de sus estudios es, en el mejor de los casos, incompleta, y en el peor de los casos, inadecuada; porque el conductismo no analiza lo que es único en el hombre: sus más altas cualidades y capacidades que lo hacen distinto del resto de los animales. Intentar sacar conclusiones sobre el hombre de los experimentos realizados con animales, aunque estos experimentos estén llevados a cabo con suma precisión científica, es totalmente inútil.

Respecto al psicoanálisis, el mismo Maslow critica que los grandes problemas del hombre se traten desde una perspectiva clínica, es decir, analizándolos desde el punto de vista reductivo y pesimista. Por ejemplo, la generosidad se interpreta como una reacción contraria a la avaricia, la ira o la tendencia al asesinato. Es como si no pudiéramos fiarnos de ninguna de las buenas cualidades que valoramos en nosotros mismos. Por otra parte, el psicoanálisis freudiano sólo estudia los individuos con perturbaciones mentales, neuróticos y psicóticos. Maslow se pregunta cómo puede el psicoanálisis conocer nada de las cualidades y características positivas del hombre. El psicoanálisis no ha prestado atención a cualidades como la alegría, la satisfacción, la felicidad, éxtasis, ternura, generosidad, porque sólo ha enfocado la parte oscura, la parte enferma del hombre. Por tanto, el estudio de un espécimen inmaturo, enfermo, raquítico, sólo puede conducir a una psicología inmadura, enferma y raquítica (Maslow, 1954).

La nueva psicología no quiere suplantar a la psicología científica, intenta solamente ser una brisa de aire fresco, un nuevo marco o actitud para el estudio del hombre. Sus protagonistas afirman que solamente quieren introducir un nuevo replanteamiento y un complemento de las formas existentes de psicología. Así, para Bugental (1967) la psicología humanista tiene como meta última la preparación y descripción de lo que significa vivir como ser humano. Para pinillos las ciencias humanas ponen números a las cosas, hacen uso de un lenguaje matemático cuando les es posible, aplican la estadística, emplean el lenguaje observacional de hechos públicos, y buscan las mismas garantías metodológicas que el resto de las ciencias positivas y todo esto está muy bien, porque la vocación de la psicología es integrarse dentro de las ciencias positivas; pero no es el todo, el experimento, ni los sistemas de abstracciones lo que puede cultivar la dimensión del hombre que preocupa al humanista, sino las ideas que resuman cordialidad y espíritu, las ideas que hablan a lo humano del hombre y reducen con brillo análogo al de unos ojos amigos, las que hacen vibrar la cuerda íntima de la persona, las que significan y, además, expresan sus más acuciantes y recónditos problemas. (Pinillos, 1951).

A. Nacimiento de la psicología humanista

Aunque con anterioridad a 1962 ya se habían publicado escritos defendiendo un estudio comprensivo del hombre y se habían hecho muchos manifiestos a favor de la humanización de la psicología (Maslow, 1956; Barret, 1958; Cohen, 1958; May, 1958; Murphy, 1958; Rogers, 1951; Tillich, 1944; Pinillos, 1951), sin embargo, no se suele considerar una escuela o movimiento hasta que no se constituye formalmente o se institucionaliza a través de los canales propios de la sociedad científica (Moya Santoyo, 1985; Campfield, 1973; Albrech, 1960). A este respecto podemos considerar 1961 como el año en que comienza su andadura institucional la psicología humanista, porque es en este año cuando se constituye formalmente la American Association for Humanistic Psychology (AAHP), aunque la primera reunión de la Asociación se tuvo en 1962 y este mismo año sale el primer número de la revista que habría de ser el órgano oficial de publicación de la Asociación: la Journal of Humanist Psychology. Esta revista fue editada

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