Psicologia Individual

PSICOLOGÍA INDIVIDUAL

ALFRED ADLER

ALFRED ADLER (1870-1937).

Discípulo de Freud, su escuela se denomina Psicología Individual y surgió en Viena, acusando la influencia de la filosofía nietzschiana. En la concepción adleriana todo el comportamiento humano está determinado por una finalidad o un objetivo que es el de ejercer dominio entre los demás (¨voluntad de poder¨ o afán de poder). Cada individuo trata de demostrar que es superior a los demás.

Además existe el sentimiento de comunidad en los niños que se exterioriza mediante el cariño y la ternura. Así como hay el afán de poder o hacerse valer, en cada individuo también se da el denominado sentimiento de inferioridad con respecto a las demás personas en algunos aspectos de la vida, sentimientos que se expresan a través de la intranquilidad. Y, para vencer a todo ello trata de encontrar alguna forma de recompensación (disfraz) y lo hace, por ejemplo, mediante las expresiones de ¨altanería¨, arrogancia, de cólera. Y como esto no le satisface busca una sobrecompensación, con la cual su afán de dominio alcanza un grado morboso.

INTRODUCCION A LA PSICOLOGÍA INDIVIDUAL:

La psicología individual es un sistema a través del cual se puede entender a las personas. Es de especial valor en los mundos del asesoramiento psicológico y de la psicoterapia, la educación, la vida de las organizaciones y la autoayuda. Es una filosofía, una visión del futuro y un modo de ayudarnos a comprender el sentido de cómo nosotros y otras personas hemos llegado a ser quienes somos y como somos.

La psicología individual es una psicología social; considera a la persona como un todo unificado en pleno funcionamiento que de alguna forma tiene que manejarse para vivir junto a los demás sobre un planeta. Es indiscutible que nos necesitamos unos a otros, porque sin los demás no podríamos sobrevivir. Así, uno de los principales preceptos es el interés social. Nuestro interés social es nuestra pertenecía activa a un grupo. Somos conscientes de nuestros puntos fuertes, de nuestros recursos y capacidades, somos conscientes de las necesidades de la sociedad, tenemos y utilizamos nuestra empatía para ponernos en lugar de nuestro congéneres humanos y así contribuimos a mejorar la suerte de todos.

El interés social se puede resumir en la frase “Yo contigo “como opuesto a “Yo contra ti” (que seria la definición adleriana de la neurosis). A veces el interés social pareciera algo así como un código de conducta para los que obran el bien, y de hecho el mismo Adler lo describió como un ideal y una visión para el futuro de la humanidad, más que como algo que ya existiera. Pero hacer las cosas bien no es “Hacer el bien” y el interés social es una cooperación que esta alerta, una capacidad innata que se puede aprender y desarrollar, e incluso un concepto para le futuro; es algo que podemos ver, en mayor o menor medida, en ciertos aspectos de nuestra vida de hoy. La psicología Individual nos enseña que todos somos seres orientados hacia un fin, esto es, que nos movemos con una intencionalidad a lo largo de la vida hacia las metas que nos atraen. Estos fines los hemos establecido nosotros mismos, muchas veces sin darnos cuenta conscientemente. Los fines son los que nos motiva, se perciben como la mejor manera de sobrevivir, es en general lo que queremos, o lo que creemos que es mejor para nosotros en lo profundo de nuestro corazón. Así pues, la Psicología Individual no contempla a las personas como impulsadas por el pasado, sino mas bien como atraídas por el futuro, un futuro que crean para si mismas. Todos tenemos miles de fines cortos, media y largo plazo en nuestra vida, y todo ellos tienen una cosa en común.

Esto es a lo que Adler se refería como el “Fin a largo plazo” o el “Fin final ficticio”. Un ejemplo de “Fin final ficticio” podría ser: “Quiero ser bueno”; es final, porque es el logro último de nuestra vida, y es ficticio porque nunca lo podremos conseguir. Al estudio de los fines a largo plazo se denomina teología. Finalmente, cuando hay un fin, hay una línea de movimiento hacia el. Como Adler señala, si vemos con claridad esta “Línea de dirección” podemos tener un buen indicio de cual será el fin final.

EL PRIMER CISMA

Adler empezó estudiando aquellos aspectos orgánicos o psicológicos que ponen al individuo en situaciones de inferioridad. Aparentemente, ningún otro aspecto es básico como éste para la constitución de la Psicología Individual.

La rebelión de Adler se inicio con el siguiente problema: ¿Qué poder empuja al hombre? ¿Se trata de la libido hedonista, o del instinto de autoconservación? Y, en estas cuestiones cruciales, la respuesta de Adler era completamente diferente de la de Freud.

Adler fue fiel a Freud en la importancia concedida al papel desempeñado por la primera infancia en el desarrollo de la personalidad. Adler creía que todas las actitudes significativas de un hombre podrían referirse a la primera infancia y que los años de la crianza son los años consecutivos de las actitudes futuras de todos los hombres. No obstante Adler rechazó la teoría de las fases de desarrollo de Freud y no aprobó la universalidad del complejo de Edipo. Adler debe a Freud la idea de la motivación inconsciente, de la interpretación de sueños y de la formación de síntomas. Con todo, Adler no aceptó la teoría de Freud de la “topografía de la mente”.

EL IMPACTO DEL “KULTURWISSENSCHAFT”.

La rebelión de Adler estaba dirigida contra el psicoanálisis orientado biológicamente y corría en la dirección de KULTURWISSENSCHAFT. Freud consideraba al hombre como una parte de la naturaleza animada y perseguía las fuerzas instintivas a partir de los antepasados del hombre. Los instintos, decía Freud, son el puente entre la fisiología y la psicología, y constituyen el poder que mueve al hombre.

Adler se inclinó acusadamente hacia el KULTURWISSENSCHAFT y opinaba que los hombres eran movidos por el “poder creativo”. Se trataba de una fuerza puramente humana, no derivada de factores biológicos. Adler, como todos los psicólogos “comprensivos”, creía en la unicidad de la naturaleza humana y en la unicidad de cada individuo

Cada individuo es un caso único. Adler escribía:”tipos, semejanzas y parecidos aproximados son a menudo, o entidades que deben su existencia meramente a la pobreza de nuestro lenguaje, incapaz de dar una expresión simple a los matices que siempre están presentes, o resultados de una probabilidad estadística. No debiera permitirse

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