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Psicologia Individual


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  3.528 Palabras (15 Páginas)  •  277 Visitas

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LA PSICOLOGÍA INDIVIDUAL DE ALFRED ADLER Y LA

PSICOSÍNTESIS DE OLIVÉR BRACHFELD

EL DESARROLLO DE LA PSICOLOGÍA

ADLERIANA COMO ESCISIÓN DEL PSICOANÁLISIS

La obra de Alfred Adler, la Psicología Individual o Psicología Adleriana. Adler es visto como un disidente del psicoanálisis de Sigmund Freud, cuyas ideas, despertaron interés en los círculos psicoanalíticos que estaban insatisfechos con algunas ideas freudianas. Se recuerda a Adler por el famoso “complejo de inferioridad” y el “afán de poder”. Una lectura de la obra de Adler puede sugerir que este autor mantiene que el impulso psicológico que domina a los individuos es el Afán de Poder, una visión tan equivocada como la que reduce las ideas del psicoanálisis a la sexualidad. A sobre algunos conceptos básicos adlerianos, y relacionarlos con la teoría de uno de sus discípulos más importantes en el mundo hispano, la de Ferenç Olivér Brachfeld que hizo unos desarrollos posteriores y una cierta divulgación en Latinoamérica, especialmente en Venezuela, Colombia y Ecuador. Alfred Adler nació en Viena en 1870 como hijo de un comerciante judío. Estudió medicina y se especializó primero en oftalmología y luego en neurología. El joven médico publicó un pequeño libro donde critica las condiciones infrahumanas en las que vivían los trabajadores de los telares y de las sastrerías, proponiendo medidas socio-higiénicas para su mejoría. Pronto Adler también entró en contacto con las ideas de Sigmund Freud que en aquellos tiempos todavía eran muchas veces ridiculizadas por la sociedad médica establecida.

Freud no tardó en invitarlo a sus reuniones semanales en la Berggasse, donde se discutían las ideas psicoanalíticas. Adler participo activamente en los primeros años de este movimiento innovador y hasta llegó a ser presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional en 1910. A pesar del mutuo respeto parece que existía desde el principio una cierta rivalidad entre ambos médicos. La convicción de Adler de que nunca estaría del todo de acuerdo con las ideas freudianas; aún así, permaneció en este grupo hasta la ruptura definitiva en 1911.

Adler en el seno del Psicoanálisis se nota la influencia del pensamiento freudiano. El “Estudio sobre la minusvalía de los órganos” y constituyó el reconocimiento oficial de Adler por la comunidad científica psicoanalítica y neurológica de su época. En esta publicación, Adler reconoce como gran logro del Psicoanálisis la etiología psicológica en la formación de enfermedades hasta entonces consideradas exclusivamente médicas. Podemos retener que aquí se habla, por primera vez, de conceptos de “minusvalía de órganos” y de compensación. Un defecto orgánico puede ser compensado de forma orgánica o psicológica. Una compensación incompleta o malograda llevaría, por acumulación de tensión, a la neurosis.

Adler se aleja de esta noción; la idea de la minusvalía como origen de la neurosis va perdiendo importancia en el conjunto de las ideas adlerianas, y la posible existencia de un problema orgánico estructural o funcional sólo es un factor adicional posible que puede influir en el desarrollo de un trastorno psicológico.

En 1908 se publican dos artículos de Adler, en la primera de estas publicaciones, Adler intenta elaborar una teoría de las pulsiones al estilo de Freud y postula, entre otras, una pulsión innata de agresión, idea de la cual Adler se distancia más tarde, en el otro artículo y por primera vez, el sentimiento de comunidad: la condición social del ser humano y la existencia de objetivos en la vida psíquica. Contrariamente a la noción freudiana de la libido, que se dirige hacia la propia persona y es auto erótica o narcisista, la necesidad de afecto en el niño se dirige a las otras personas, ya que su satisfacción depende de ellas.

En otro artículo titulado “El hermafroditismo en la vida y en la neurosis”, surge el concepto de protesta masculina como fuerza dinámica más importante del ser humano.

Adler considera estos rasgos físicos (y sólo los físicos) una forma de minusvalía orgánica.

Los niños que padecen alguna debilidad orgánica o problemas de funcionamiento físico de cualquier índole pueden llegar a sentirse inferiores respecto a personas no aquejadas de estos problemas, y aún más porque su condición más débil puede derivar en unas necesidades afectivas mayores. Esta tendencia “afeminada” es despreciada, el individuo llega a desarrollar una protesta masculina como sobrecompensación del sentimiento de inferioridad. Los rasgos “femeninos” se cubren mediante deseos y afanes “masculinos” hipertróficos.

Lo que para Freud era la expresión de tendencias biológicas invariables, para Adler sólo eran metáforas de una discriminación social de la mujer en aquella época. La preferencia exagerada del varón en la sociedad la llama “la gangrena de nuestra cultura”. El desprecio hacia la mujer es una forma de afán de superioridad del varón que teme perder su posición privilegiada.

Este sentimiento es subjetivo y sin relación directa con una minusvalía o discapacidad orgánica. Adler se ha alejado de la minusvalía orgánica como causa de neurosis en favor de una visión de inferioridad menos determinista y más subjetiva que depende de la actitud que adopta la persona hacia su condición físicamente, ya que le impide relacionarse de manera satisfactoria con el sexo opuesto y le puede llevar hacia el fracaso amoroso o matrimonial.

Adler optó por el nombre de Psicología Individual para desmarcarse de la noción freudiana de las instancias psíquicas que parecen dividir al individuo en partes irreconciliables, y para destacar que él, Adler, concibe el individuo como una unidad no divisible (individuo). La Psicología Adleriana no es una psicología del individuo, sino más bien la psicología de la relación entre individuos.

Otros conceptos freudianos sobre el desarrollo psicosexual fueron explicados por

Adler en términos de relaciones de poder, como es el caso de la famosa “envidia del pene” de la niña: lo que envidia la niña no es, según Adler, el órgano sexual del niño, sino los privilegios que tienen las personas que lo poseen. La sexualidad de la persona está en función del objetivo de la neurosis. Las expresiones de la sexualidad son el material y el recurso para el afán personal. Por último, Adler niega la existencia de la represión y acusa a Freud de un razonamiento circular cuando éste afirma que por un lado la cultura nace de la represión, mientras por otro la represión forma la cuna

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