QUIEN SE LLEVO MI QUESO
Tarresnoml10 de Octubre de 2012
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¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO? UNA REFLEXIÓN DE VIDA.
¿Quién se ha llevado mi queso?, Tu, él, todos ellos, y ¿Cuál es la respuesta ante esta situación?
Muchas de las veces la anterior pregunta ha marcado por lo menos una vez nuestra vida, nos ha hecho dudar de nosotros mismos, nos ha hecho levantarnos y seguir adelante o simple y sencillamente quedarnos en nuestra mediocridad, creyendo que todo aquello que nos preocupa se resolverá por sí solo.
Así como en esta ocasión sucede a Haw, Hem, Fisgón y Escurridizo, los cuatro personajes que nos hacen ver como gira el mundo entorno a nosotros mismos, nos da la pauta para identificarnos con ellos en nuestra vida diaria y en los diferentes ámbitos de nuestras vidas, creyendo que todo sigue igual y que seguirá así por siempre, estos personajes nos representan en las distintas facetas de nuestras vidas, en la nuestra juventud hay la actitud que muestran Fisgón y Escurridizo, buscando siempre un cambio y guiados por nuestros instintos, posteriormente nos convertimos en Hem y Haw, buscando siempre la comodidad y mejor manera de hacer las cosas de una forma más “madura”, sin arriesgarnos a los cabios para no salir perdiendo.
Sin embargo todos sabemos que las cosas y la vida no son así, la vivencia de estos personajes nos hace ver que nuestras vidas están en constante cabio y que hay que arriesgarnos, ser creativos e innovar para así lograr nuestras metas y objetivos de vida.
La historia nos muestra a dos ratones (Fisgón y Escurridizo) y a dos personitas liliputenses (Haw y Hem), los cuales viven en un laberinto, representando este nuestra vida, ya que el futuro es incierto como los laberintos nunca sabes hacia donde te llevará cada camino que elijas en este caso nuestras decisiones,
que día tras día al igual que estos personajes salimos al laberinto en busca de nuestro alimento, no solo hablando de nutrición, sino también de los éxitos profesionales, alimentos espirituales y experiencias que puedan hacer más placentera nuestra vida, todas aquellas situaciones que podamos tener que ciertamente nos harán felices.
Sin embargo este queso que buscamos día a día y nos da una de las más grandes satisfacciones, puede ser en un momento nuestro punto de comodidad y mediocridad, tratándose de un trabajo, una relación sentimental o cualquier situación en la que dejemos de luchar por conseguir nuestros ideales, nos estancamos y dejamos de poner empeño a aquello que en un momento nos dio tanta felicidad, empezamos a hacerlo rutina y de un momento a otro, nos damos cuenta que convertimos aquellos sueños e ilusiones que tanto deseábamos cumplir en una costumbre, dejamos de cambiar, de innovar y dejamos la creatividad a un lado para quedarnos con “lo que ya tenemos seguro”.
Pero cuando alguien o algo cambia nuestro queso de lugar donde lo teníamos y era nuestro soporte y punto de seguridad, entramos en pánico, permitimos que la desconfianza se apodere de nosotros y dejamos de hacer lo que nuestro instinto nos dice para quedarnos esperando que las cosas sigan igual que antes, nos hacemos las victimas pensando que eso no debería de pasarnos a nosotros, cuando nosotros mismos provocamos que esto sucediera al no prever las consecuencias que traerían nuestras decisiones, y es el momento en el que no actuamos como los ratones Fisgón y Escurridizo, si no como Haw y Hem, nos lamentamos y nos hundimos en una depresión, sin darnos cuenta que este es el momento preciso de cambiar, de atrevernos, de arriesgar e intentar nuevamente buscar un nuevo sueño, una nueva meta, ponernos los tenis y correr, buscar como Fisgón y Escurridizo otras opciones de vida.
Hay que atrevernos como en su momento a ser Haw, a dejar nuestros miedos a un lado y seguir adelante, buscar cosas nuevas y otros horizontes para mejorar nuestras vidas, ayudarnos mutuamente como en su momento se hizo con Hem, hacer
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