REFLEXION DE LA PELICULA UN PAR DE ESTRELLAS EN LA TIERRA

“UN PAR DE ESTRELLAS EN LA TIERRA”

TAARE ZAMEEN

Ishaan es un niño de 9 años aproximadamente, que asiste a la primaria, a simple vista distraído, sin interés en las actividades de la escuela, atendido cariñosamente por su madre, su padre tiene un trato estricto pero le demuestra que lo quiere, en contraste, su hermano mayor es un joven aplicado en la escuela y que obedece en todo a sus padres. El ver esta película me hizo reflexionar antes que nada en la enorme y difícil responsabilidad que es el cuidado de un niño, primeramente como padres, ya que nos compete velar por su bienestar: alimentarlo, vestirlo, ver por su salud, darle amor, seguridad, educación, todo esto con el único fin de hacer del niño un ser humano de bien (según los estándares de “bien” de nuestra sociedad) y con lo antes mencionado; ¿Estaremos dando todo a nuestros hijos?, no dejemos a un lado la no menos difícil tarea de ser maestros ¿Cuál es nuestra responsabilidad con nuestros alumnos?, mucho he escuchado hablar sobre los estándares que califican a un buen maestro; elaboración de planeación, material didáctico, conocimiento extenso del plan y programas de estudio, que no se ausente de la escuela, etc., en fin todo esto siempre enfocado en querer proporcionar al alumno de las herramientas necesarias para formar en él una persona competente para la vida, y caigo de nuevo a la misma pregunta; haciendo todo lo que cataloga a un buen maestros, ¿Estaremos cumpliendo realmente con nuestros alumnos? Si bien no debemos olvidar que el trabajo con seres humanos es mucho más difícil, en comparación al trabajo con una máquina, de la cual nos podemos memorizar su manual de operación para manejarla sin problema alguno, quienes trabajamos con la formación de seres humanos (tanto padres como alumnos) no debemos olvidar dicha condición, de seres humanos, ya que muchas veces olvidamos que sienten miedo, alegría, se preocupan y tienen sus propios intereses, aspectos que influirán de manera directa en su forma de actuar, su carácter y en su aprendizaje. Si bien al principio comencé separando los papeles de padres y alumnos (esto con el fin de delimitar las responsabilidades que cada uno tiene con el niño) no podemos separar estos papeles ya que es necesario trabajar en corresponsabilidad para detectar oportunamente algún problema con el niño. Ishaan aparentemente tiene la atención de su mamá ya que esta le ayuda en las tareas extra clase, sus maestros estaban totalmente centrados en la preocupación de que el niño obtuviera (como si fuera recipiente) los aprendizajes que se le proporcionaban, ambas partes notaban en Ishaan el desinterés que tenía hacia el aspecto escolar, pero la desinformación y la falta de interés o visión de que a Ishaan le ocurría algo más, los llevaron a pensar que su actitud se debía a la flojera o rebeldía del niño, lo cual los llevó a etiquetarlo y menospreciarlo, lo que provocó en el niño frustración pues sentía tonto y que los enojos de sus papás eran por su culpa. La respuesta que los maestros dan respecto a la situación de Ishaan es pensar que tiene que ser enviado a una escuela donde puedan atender las anormalidades que notan en él, ya que lo consideran un niño “desafortunado”. Por su parte los papás de alguna manera también sienten frustración por no haber criado al hijo que ellos deseaban y no aceptan de ninguna manera la posibilidad que su hijo tenga algún problema, por lo que deciden que la solución ante la rebeldía de su hijo se solucionaría llevándolo a un internado, cosa que lo único que causa es complicar la situación, pues aunado a la frustración que ya vive por no poder cumplir en la escuela sufrirá la separación con su familia lo cual lo hace sentirse rechazado por ellos. Es claro ver que el trabajo conjunto entre padres y maestros en este caso no se dio, ya que cada uno tenía una visión distinta de la situación

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