Resumen De Los Inundados De E. Pichón Riviere Y A P De Quiroga
DelfiSebesta28 de Abril de 2013
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Según los autores la situación conocida como catástrofe o desastre se caracteriza por el surgimiento insólito de fenómenos de origen telúrico que coloca a toda una comunidad en una circunstancia de cambio agudo para la cual no estaba preparada. La aparición de estas situaciones trae repercusiones psicosociales.
Los sociólogos consideran en términos generales la existencia de tres fases de fenomenología del hecho catastrófico de los cuales hace un análisis estratigráfico. El primer periodo lo llaman de amenaza en este los individuos toman una actitud regresiva, incorporan un pensamiento mágico y absorben un miedo a proyectar sobre otros. La negación del miedo y el bloqueo afectivo ligados a la indiferencia que se crea y a la omnipotencia, dan lugar a comportamientos y reacciones en la comunidad.
La resistencia al cambio (evacuación) llevara al siniestrado a tener características de un enfermo mental que trata de usar su pensamiento mágico convencido que tiene un poder tan inmenso que en su fantasía puede resolver desde la fuerza de su pensamiento o acción. Este enfermo mental supone tener el poder obtenido por medio de ritos y fórmulas que lo llevan a pensar o tomar decisiones (aferrarse a su propia casa) de liderazgo frente a la catástrofe. Este líder omnipotente, que surge sin ser asignado por la sociedad, se caracteriza por ser el cabecilla de la conspiración contra el cambio tratando de asumir un rol de liderazgo de manera impositiva. Su peligrosidad radica a que pese a las pésimas condiciones demagógicas que consigo lleva (irritabilidad, dramatismo) se llega a convertir en el saboteador de la operación salvataje. Dentro de la operación de rescate existen dos organizadores: el primero integra a los trabajadores sociales y cetra su atención en debilitar la influencia del saboteador por medio del trabajo en comunidad; tratando así de que tome conciencia de lo que está pasando. Este organizador no busca quedar con la figura de héroe. Siempre culpara a las autoridades estatales del desastre. Por otro lado encontramos la figura de aquel que en el periodo de amenaza utilizó la proyección, generando un reacción de boomerang ya que su propio miedo le es devuelto reforzando sus ansiedades anteriores promoviéndolo así, a buscar los medios y oportunidades adecuadas para ser evacuados con la menor cantidad de pérdidas, se dice que esta persona emprende una operación rescate bajo el pánico y la inmovilidad que la situación plantea en la conducta de cada uno.
El impacto, es el segundo periodo. Aquí aparece la figura del pánico, la cual responde a al conjunto integrado por un temor, alarma, perplejidad, pérdida de control y orientación. El mal control de pánico puede llevar a la persona a situaciones de huida o furia. En este clima desbordador donde las personas sufren de stress y pánico, la información adquiere características mágicas ya que la población se vuelve más vulnerable ante la aparición de rumores. Provoca sentimientos de mayor inseguridad volviendo a la gente más agresiva, crédula o ingenuas. Se descubren reacciones de egoísmo que desembocan en la delincuencia, raterismo y saqueos, agrandando así la catástrofe; los trabajadores sociales intentan frenar estas prácticas para crear grupos de trabajo colectivo que colaboren en el proyecto de rescate y la reconstrucción de la sociedad. El último momento de este periodo de impacto se relaciona con la actividad y las emociones; debido a que estas disminuyen gracias a las técnicas de apoyo, refuerzo de la comunicación y esclarecimiento de rumores. Se cree que los sociólogos han descuidado en el análisis el momento intermedio entre el impacto y la vuelta al pago, donde la comunidad se ve conviviendo en viviendas colectivas y se encuentra dotada de una fenomenología. Es este el periodo de convivencia y migración, donde los evacuados conviven por sexo o edad y no por grupos familiares; esta última
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