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Rosario Castellanos Ensayo


Enviado por   •  26 de Agosto de 2014  •  451 Palabras (2 Páginas)  •  522 Visitas

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La escritora.

Tal vez por la inseguridad juvenil empezó desde muy temprano a escribir poesía; ese género clandestino propio de sabias, magas y profetas y que sale a la luz cuando ya es irremediable la Trayectoria del polvo. El oficio de narradora lo asume con fuerza y valentía de las predestinadas y en la madurez de su vida, es decir en su plena juventud, a los treinta y dos años publica Balún-Canán. Después vendrá la relatora de Ciudad Real, metáfora de tiempos cíclicos que devela el esplendor y decadencia de San Cristóbal de las Casas con sus contradicciones y una vida campesina-indígena que se niega a ser pasto de los fulgores modernos. Abominó de sus obras teatrales y las consideró materia ideal de los grados farenheit. Escribió reseñas y análisis de escritoras feministas o no de la vanguardia occidental. Son memorables sus escritos sobre Virginia Wolf, Clarice Lispector y las Simonas. Ejerció tardíamente, decía, el oficio de periodista en el Excélsior de Julio Scherer. Los primeros artículos los escribió con cincel y martillo, eso lo confesó también, pero más tarde evolucionó a la excelsitud editorialista. Sus notas periodísticas las comentábamos en la escuela con sus temas privilegiados: cosas de mujeres, el dedo en la llaga, los indios, y notas autobiográficas y cotidianas. Sin embargo, su personalidad, a través de su obra creativa, fue objeto de una semblanza psicoanalítica: la analista, Estela Franco, encontró vínculos sadomasoquistas, inseguridades, problemas incestuosos con su madre, envidia del pene y una serie de traumas y complejos derivados de una niñez desolada y de una ausencia de amor paternal. Años atrás, Rosario ironizaba sobre el sicoanalista Ludwig Pfandl que, como a ella, aplicó el arsenal freudiano en la persona de Sor Juana. Decía Rosario:

Allí la tenemos diseccionada… y su diagnóstico no le favorece mucho. Más que eso es un catálogo de todos los complejos, traumas y frustraciones de que puede ser víctima un ser humano. Naturalmente, en su relación con su familia hay todas esas ambivalencias que se explican gracias al comodín de Edipo. Naturalmente, por su belleza, por su talento, era narcisista. ¿Confiesa su ansia de saber? Es neurótica. ¿Usa un símbolo? ¿Es efusiva con alguien? ¡Cuidado! O hay un efecto equívoco o hay un deseo inconsciente de matar… Un libro así indigna, no por su parcialidad sino porque tales criterios han sido superados por otros más amplios. ¿No sería más justo pensar que Sor Juana, como cualquier ser humano, tuvo una columna vertebral, que era su vocación y que escogió entre todas las formas de vida a su alcance aquella en que contaba con más probabilidades de realizarla? Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/utopias/171-rosario-castellanos-y-su-utopia - Prohibida su reproducción sin citar el origen.

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