Sexualidad

Antecedentes Teóricos

En primera instancia creemos que es necesario realizar una pequeña contextualización histórica acerca de la sexualidad para lograr una mirada más comprensiva y poder entender cómo las prácticas sexuales se han movido históricamente en el campo de lo anormal/normal. En este punto se expondrán algunos de los planteamientos de Foucault (2005) en su libro “Historia de la sexualidad”. Para Foucault la sociedad vive, desde el siglo XVIII, una fase de represión sexual. En esta fase, el sexo es reducido a su función reproductora y la pareja pasa a ser el “modelo” y lo que sobra, pasa a ser expulsado, negado y reducido al silencio.

Luego aclara que esa represión no existe y la nueva hipótesis es que existe a partir del siglo XVIII una proliferación de discursos sobre sexo, afirmando que fue el propio poder que incito a esto, a través de la iglesia, de la escuela, de la familia, del consultorio médico. Estas instituciones no visaban prohibir o reducir las prácticas sexuales, visaban el control del individuo y de la sociedad.

Afirma que la sexualidad reprimida es acompañada de un discurso destinado a decir la verdad sobre el sexo, y que el cuestionamiento básico no es el ¿por qué somos reprimidos? y sí el por qué decimos con tanto rencor hacia nuestro pasado más próximo, contra nuestro presente y contra nosotros mismos que somos reprimidos? la explosión del discurso sobre el sexo vino acompañada de una depuración del vocabulario sobre sexo autorizado, así como de una definición de dónde y cuándo se podía hablar del tema. Lugares de silencio o de discreción fueron establecidas entre padres e hijos, educadores y alumnos, patrones y empleados.

Aun en el siglo XVIII y principalmente en el siglo XIX hubo una dispersión en el foco de discurso sobre el sexo, que antes eran restringidos a la iglesia. Existió una explosión de discursos sobre el sexo, que tomaron forma en las diversas disciplinas como la psiquiatría, medicina, penal, etc. Éstos discursos era también moralistas, pero eso no era lo esencial, lo esencial era que ellos revelaban la necesidad reconocida de superar ese moralismo, suponiendo que se debe hablar de sexo, pero no solo como una manera de tolerar, sino también de inserir en sistemas de utilidad, regular para el bien de todos. Por lo tanto se regula el sexo no por la prohibición y si por medios de discursos útiles y públicos visando fortalecer y aumentar la potencia del estado.

Uno de los mejores ejemplos del exitoso despliegue de mecanismos de control sobre la sexualidad acorde a lo descrito por Foucault, puede ser el Manual Diagnóstico y Estadísticos de los Trastornos Mentales (American Psychiatric Association, 1995), conocido por sus siglas en inglés como DSM-IV, cuyo afán ha permitido definir y categorizar las conductas sexuales (entre otras) que se consideran desviadas de la norma, para facilitar

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