Sexualidad

¿Es posible educar a un alumno de manera integral sin incluir temas de sexualidad? ¿Cómo podría lograrse esta educación integral?

Una educación integral englobada en los principios del articulo 3 Constitucional, marca el desarrollo integral del ser humano como propósito fundamental de la educación básica.

Así como el desarrollo de habilidades, aptitudes, destrezas formación de actitudes y valores fundamentales que permitan a los individuos desarrollar plenamente sus potencialidades, integrarse a la sociedad y participar en su mejoramiento.

Lo que con lleva a una tarea ardua pero que al contemplar el desarrollo del individuo deberá considerar todos los conocimientos necesarios para adaptarse a la vida en sociedad y a la comprensión de sus capacidades sexuales.

En la Educación Básica, la salud sexual y reproductiva se estudia como parte del desarrollo humano y se aborda con distintos niveles de acercamiento, desde la educación preescolar hasta secundaria.

La educación sexual debe reconocerse como un derecho humano que permita el conocimiento del individuo de un entorno de sí mismo, que sobrevive gracias al ejercicio de las capacidades reproductivas que corresponde a uno de las potencialidades del ser humano y requiere conocer y tener información DE cómo ejercerla en su vida adulta desde la perspectiva preventiva y de crecimiento individual y social.

La sexualidad entendida como la capacidad del ser humano que abarca las dimensiones biológica, social, histórica, económica, afectiva, cultural, ética, entre otras, por lo tanto no es algo que tenemos, sino algo que somos; somos seres sexuados.

El papel de la escuela y la labor de los docentes en la prevención de situaciones de riesgo en los alumnos por lo cual es necesario proporcionar veraz oportuna, científica, práctica que le ayude a tomar decisiones acertada

La familia sigue siendo el primer canal de formación y educación de la sexualidad de los hijos, pero la responsabilidad de orientar la salud sexual es también de la escuela, de los profesores, del sector salud, de los medios masivos de comunicación y del mismo Estado entre otros.

El rol del maestro en este tema y en muchos otros es el de orientador, y el cual se enfrenta a una competencia derivado del uso de los medios de comunicación y tecnológicos, nuestros estudiantes están muy cerca de adquirir conocimientos poco fundamentados que influyen en la vida, desvirtuando las capacidades sexuales del individuo brindando información carente de valores, fehaciente y actualizada que en vez de orientar, confunde

En mucho tiempo la educación sexual fue enfocada al conocimiento anatómico de los órganos reproductores, dejando de lado la parte de las emociones y afectivas.

No siempre ha existido en los programas oficiales contenidos relacionados con la sexualidad, por mucho tiempo fue un tema considerado “prohibido” y eran los mismos docentes los que evitaban en lo posible tratar algo que se relacionara con la sexualidad; si por alguna circunstancia, durante el desarrollo de sus temas, algún alumno cuestionaba, el maestro lo invitaba a comentarlo en privado o simplemente evadía todo comentario al respecto. El tema de la sexualidad era dejado a responsabilidad y criterio de los padres de familia. Ellos, como es sabido, hacían exactamente lo mismo que la escuela; evitaban por todos los medios hablar al respecto con sus hijos, era un tema tabú, donde la escuela no tenía participación.

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