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Sociologia


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  2.025 Palabras (9 Páginas)  •  252 Visitas

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Testimonios.

Alejandra:

A los 12 años mi tía materna me vendió a una señora de un bar en Cuernavaca, allí bailaba, hacia “teibol”, atendía a los clientes como fichera y me prostituía. La señora del bar me vendía, cobraba y no me daba nada de dinero, hasta que un día me escapé y me regresé a su casa.

Como mi familia se enteró de todo lo ocurrido, un tío me violó y tuve un hijo de él, que nunca quise tener, del que mi mamá se hizo cargo, a cambio de una mensualidad bastante atractiva, que podría mantener a varias familias al mismo tiempo.

Al poco tiempo, conocí en el bar donde trabajaba a un hombre que me enamoró y me llevó a vivir con él para ponerme a trabajar en La Merced como prostituta, situación que me daba mucha vergüenza.

Con este hombre, tuve dos hijos, gracias a los cuáles el tipo, que resultó ser un padrote de Tenacingo, me podría manejar y manipular a su antojo, con la amenaza de quitármelos o avisarle al DIF para que ya nunca los pudiera volver a ver.

La madre del padrote era dueña de varios bares en Aguascalientes y se dedicaba, al igual que su hijo, a explotar a niñas y adolescentes, así como a algunas mujeres mayores de edad a quienes tenían trabajando en el sexo en contra de su voluntad.

Esta familia siempre contó con el apoyo de las autoridades y sigue estando protegida por jefes de la policía y otros funcionarios públicos encargados del control sanitario y de las zonas de tolerancia.

Mi niñez fue muy fea porque viví con una familia de delincuentes que se dedicaban a robar, al secuestro y a la venta de mujeres como yo, por eso quiero algo mejor para mis hijos, yo los mantengo, les doy educación y los cuido. Nunca falto a mi casa y estoy pendiente de ellos, los quiero mucho y no quiero que pasen lo que yo pasé.

Fabiola:

Mi mamá murió cuando yo era una niña de cuatro años. Éramos más hermanos, mi papá tomaba mucho y fuimos repartidos con mis tíos. A mí me tocó una tía enojona y pegona, al igual que su esposo. Sus hijos también me insultaban. Me decían que estaba muy fea y no me daban de comer. Tenía que ganarme unos tacos haciendo el quehacer de la casa y no tenía descanso, aunque sólo era una niña pequeña.

Como no aguanté los malos tratos y el hambre, me escapé y fui a dar a La Merced, donde empecé a buscar trabajo, pero no me lo daban porque me decían que estaba muy chiquita, con sólo diez años cumplidos.

Como no tenía para comer, comía basura y me quedaba en la calle, hasta que un señor me habló y me dijo que si me acostaba con él, me pagaría y ya podría comer un poco. Así empezó mi vida. Más adelante me hicieron adicta a las drogas y el alcohol, para que me pudieran quitar el dinero que ganaba con tanto esfuerzo.

Un día, ya más grande de edad, no quise seguir en el avión, entre drogas y alcohol, dándoles mi dinero a otras personas, que se aprovechaban de mi situación. Desde entonces no bebo ni me drogo, trabajo para mí, para pagar la renta del lugar donde vivo y para comer lo que quiera. Ya estudié la primaria en Brigada Callejera y ahora la secundaria. Ya me cuido mi salud, aunque recaigo porque le metí mucho al vicio.

Tuve dos hijos y ya no quise más, porque no podía mantenerlos ni cuidarlos. No me hubiera gustado que hubieran vivido la vida que a mí me tocó.

Amaranta:

A mí mi mamá no me quería, me pegaba, me insultaba y me decía que me largara de la casa. Yo salí a buscar trabajo en la calle de San Pablo en el centro del Distrito Federal, en una tienda de abarrotes y allí me robó un hombre de Puebla de unos 40 años, junto con su madre que fue la que me dijo que si la acompañaba al Metro, porque no sabía dónde estaba. Como era una señora muy grande la acompañé y ahí me robaron a los 12 años.

Me llevaron a un hotel de La Merced donde vivían y al día siguiente el hombre me violó y me puso a trabajar en el callejón de Manzanares. Yo pagaba el hotel, la comida y todos los gastos de él y su mamá, así como de dos hermanos suyos.

Todo el tiempo me vigilaban. Un día quise escaparme y no me dejaron hacerlo. Me puso una golpiza que tardé como un mes para que se me quitaran los moretones y lo hinchada de la cara que quedé. Sin embargo, así me mandó a trabajar. Había clientes que me pagaban, pero no me hacían nada, porque veían como estaba. Mi mamá luego lo conoció y le dije lo que me hizo y me contestó que el señor era una buena persona y que no lo fuera a dejar.

El padrote se llevaba muy bien con mi mamá. Yo pienso que yo no era hija de mi mamá, pero mi abuelita me dijo que sí, que ella era mi madre, aunque nunca me quiso. Yo tuve un hijo con él, que quise mucho pero murió muy joven y me hice cargo del nieto que me dio, que yo crié como mi hijo. Él me quiere mucho y sabe la verdad sobre mi vida.

Lucía:

Me salí de mi casa a los 8 años, porque mi papá intentó violarme, mi mamá se dio cuenta y me culpó de lo sucedido. Mi mamá no me quería, me pegaba muy fuerte y me decía de groserías. Entonces, fui a dar a La Merced. Me quedé en la calle, porque no tenía a dónde ir y me quedaba con niños de la calle.

Un policía también me violó cuando apenas llegué. Quedé embarazada a los 9 años y tuve un hijo que me quitaron. En el hospital me preguntaban que quiénes eran mis padres, y yo les decía que eran de Querétaro. Luego, como veía que entraban mujeres con hombres al hotel, me dijo un señor que si quería ir con él

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