TODO TIENE UN PROPÒSITO

Todo lo que nos sucede nos lleva a un posterior crecimiento, pues nada de lo ocurre es por casualidad, todo tiene un propósito.

Muchas veces pasamos por situaciones difíciles donde nos angustiamos y vemos que no existe salida, estas son pruebas por las que debemos pasar, es como forjar el hierro en el fuego. De este modo obtenemos fortaleza y crecimiento, aceptando el sufrimiento como algo con un fin determinado, pues las recompensas son superiores a los sufrimientos. La superación de estas pruebas traen consigo aprendizajes que nos llevan a obtener una madurez espiritual, de tal manera que cuando llegue el momento de abandonar este mundo, sintamos la satisfacción de que nos caímos y nos levantamos, pero sobre todo aprendimos de cada lección que la vida tenia para nosotros.

Después de pasar por muchas circunstancias y llegar a puntos muy bajos, puedo decir que, en esos momentos de agitación y confusión, donde sentimos que luchamos contra la corriente basados en nuestras fuerzas, sentimos que cada vez nos hundimos más. Pude entender que lo que debía hacer era simplemente dejar de luchar y abandonarme y rendirme en Dios, El todo lo resuelve con tranquilidad.

Es necesario entonces, confiar en Dios, tener la certeza de que Él esta delante de ti, abriendo el camino, luchando por ti. Y si las cosas no se dan como tu esperabas, no es necesario alterarse, solo confiar en que algo mejor vendrá, pues todo va de acuerdo al Plan de Dios, y Él primero que todo, es nuestro Padre, y como tal siempre busca lo mejor para nosotros.

Cuando logramos entender esto, toda nuestra vida se llena de Paz y tranquilidad sin importar las situaciones por las estemos cruzando, pues Él permite que descansemos en Él y que tengamos paz en la tormenta. Nos da la fuerza para levantarnos y seguir adelante llevados de su mano aprendiendo de nuestros triunfos y fracasos.

De esta manera pues, vemos que el transcurrir de nuestra vida esta compuesta por lecciones donde el propósito es el aprendizaje, donde debemos entender que el paso por este mundo material es momentáneo, buscando enriquecernos como personas, como hijos de Dios, como seres que algún día dejaran este mundo y que aquello que nos queda es ese crecimiento espiritual que nos llena de fe, luz , sabiduría y comunión con ese ser majestuoso que tanto nos ama, y que sin duda alguna convertirá la muerte en un momento de transformación maravilloso.

Creo que la principal lección es aprender a Amar incondicionalmente. Viviendo una vida de amor total, donde busquemos mas el amar que el ser amado, seremos capaces de cumplir los fines que nos han sido asignados.

Amar es el secreto para la felicidad, la alegría que podemos recibir esta en el amor que estamos dispuestos a dar.

Ahondando un poco mas sobre el momento de partir, no discuto los testimonios de las personas que debido a un accidente o enfermedad terminal, etc, han experimentado unos segundos o hasta minutos de vida después de la muerte, que más que una muerte se le puede llamar una transformación de nuestro cuerpo físico a un cuerpo espiritual. Confío plenamente en que en el momento en que Dios decida que debemos dejar esa envoltura pasajera, allí estará Él esperándonos, y que allí tampoco estaremos solos. Que ese amor inimaginable del que tanto hablan estas personas que han estado en el Umbral de la muerte, inundará todo nuestro ser, olvidándonos de cualquier temor y dolor. Dios nunca nos ha dejado y su palabra nunca ha fallado.

Conocer de estas experiencias que nos relatan estas personas, traen aún mas calma sobre el concepto de la muerte, cambiando la perspectiva que se tenia de ella, aceptándola como parte de la vida, entendiendo que nuestra estadía en este mundo es temporal, que no pertenecemos a este lugar, que estamos aquí con un propósito y que un día debemos partir

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