Taller de Envejecimiento

Introducción.

¨Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube, las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena ¨

(Bergman,1987)

El presente taller es la primera experiencia que en la actividad investigativa desarrollan los estudiantes del primer año de la carrera de Sociología de la Universidad de La Habana, su objetivo es establecer una aproximación al desempeño profesional del sociólogo con la puesta en práctica del método de observación científica, específicamente la observación directa no participante, a través de la aplicación de la Guía de Observación. Para este proyecto se ha seleccionado la problemática de la tercera edad, la cual ha alcanzado importancia en la sociedad cubana como consecuencia del avanzado crecimiento de este grupo etario en los últimos años y para el futuro.

La población mundial envejece a pasos acelerados. Según el informe World Population Ageing 2015 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en todo el mundo hubo 901 millones de personas de 60 años o más en 2015; dicha cifra se prevé crecerá a 1,4 mil millones en 2030 y a 2,1 mil millones para 2050. De este modo, si en 2015 una de cada ocho personas en todo el mundo tenía 60 años o más, para el 2030 se espera que las personas mayores representen una de cada seis personas en todo el mundo. Tal incremento en las cifras de envejecimiento será especialmente significativo en las regiones menos desarrolladas. En los próximos 15 años se prevé que el número de personas ancianas crecerá más rápido en América Latina y el Caribe, con un aumento del 71% en la población de 60 años o más, seguido de Asia (66%), África (64%), Oceanía (47%), Norteamérica (41%) y Europa (23%). Por otra parte, las mejoras en la supervivencia a la edad de 60 años o más han contabilizado la mitad de la mejora total de la esperanza de vida en Europa, América del norte y Oceanía en las últimas dos décadas. La reducción de la mortalidad a edades más tempranas fue más influyente para mejorar la esperanza de vida al nacer en África, Asia y América Latina y el Caribe.

Cuba implementa estrategias para incrementar la natalidad y mejorar las condiciones y calidad de vida del adulto mayor, así como para la atención diferenciada, sistemática y de bienestar del perfil de morbilidad característico de este grupo poblacional frágil y vulnerable. Según reporte del Anuario Estadístico de Salud en su edición del 2017, el Sistema Nacional de Salud dispone de 148 hogares de ancianos, 276 casas de abuelos y 50 servicios de geriatría.

Es de destacar, que las poblaciones que envejecen aumentan la cantidad de años de vida, pero ello no indica necesariamente que estos sean vividos con el bienestar que merecen. Por ello, es imprescindible lograr que las personas que integran este grupo, desarrollen sus actividades en condiciones saludables, con calidad, y con acciones que tomen en cuenta sus especificidades.

Las investigaciones alrededor de este tema encabezadas por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en nuestro país han sido abordadas por distintas especialidades como la Psicología, la Medicina, la Demografía, la Historia y la Sociología, implicándose centros de estudios como el Centro de Estudios Demográficos de la UH (CEDEM); el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE); la Oficina Nacional de Estadísticas e Investigación (ONEI), el Centro de Estudios de la Tercera Edad (CETED) de Salud Pública; entre otros. Ellos realizan investigaciones y observaciones alrededor de las tasas de fecundidad, la esperanza de vida, las migraciones externas y las tasas de mortalidad, enfermedades de mayor prevalencia básicamente, pero en los últimos años los impactos sociales de este fenómeno han ocupado la atención de estos estudios.

Este ejercicio docente se suma modestamente a los esfuerzos anteriores y tributa al Proyecto Nacional e Internacional que el Departamento de Sociología desarrolla. Con la práctica realizada se constató el cumplimiento de las políticas sociales y sectoriales en Cuba y la realidad del Sub-programa de atención comunitaria al adulto mayor, en la experiencia empírica de la Casa de Abuelos No. 2 ubicada en el municipio Plaza de la Revolución perteneciente a la provincia de La Habana.

La práctica se dirigió a cumplir los siguientes objetivos:

-Realizar el ejercicio docente de utilización del método de la observación aplicando la Guía de Observación en la institución seleccionada.

-Determinar por la vía de la observación algunas características socio demográficas básicas de los ancianos que asisten a la Casa de Abuelos de Plaza de la revolución y de los empleados que los atienden.

-Determinar las características observables en cuanto al funcionamiento de la Casa de Abuelos.

Para la información de este trabajo se consultó una literatura especializada en ciencias sociales y se extrajo información principalmente de autores como son los casos de García Quiñones y Alonso de Armas (2011); Benítez Pérez (2017); Ramos Monteagudo, Yordi García y Miranda Ramos (2016); Collazo Ramos y Calero Ricardo (2016), entre otros. La mayoría de ellos nacionales.

La estructura del informe es la siguiente: el primer epígrafe el cual permite un acercamiento al envejecimiento poblacional como un problema social en el cual se aborda la problemática del envejecimiento y el programa de atención al adulto mayor en Cuba; el segundo donde se analizan las diferentes variantes de la observación y sus características esenciales, reconociendo sus fortalezas y debilidades. También se presenta un tercer epígrafe en el que se analizan los resultados obtenidos a través de la observación realizada y finalmente se plantean las conclusiones. Además, se presenta la bibliografía y los anexos.

Epígrafe 1: Un acercamiento al envejecimiento poblacional como un problema social.

1.1. La problemática del envejecimiento.

El envejecimiento poblacional es uno de los mayores logros que la humanidad ha alcanzado en la contemporaneidad, pero, ¿sabemos realmente cual es el significado de la vejez y lo que representa en la sociedad?

En general, la vejez suele ser reconocida por la mayoría de nosotros a partir del tiempo acumulado, como un signo del tiempo transcurrido, independientemente de la interpretación que cada grupo o cultura haga de tal signo, es decir, del significado con el que se relaciona esta edad en función de un momento histórico determinado. Su definición ha sido hasta ahora muy variada y reciente

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