Teoria de las ventanas rotas

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Teoría de las ventanas rotas

Toda esta teoría surgió de un experimento realizado en 1996 por el psicólogo social Philip Zimbardo que sucedió gracias al trabajo de James Wilson y George Kelling. Esta prueba consistió en “abandonar” dos vehículos, uno de estos fue “abandonado” en un barrio llamado Bronx en el distrito de New York, el cual era un barrio pobre, peligroso, conflictivo y lleno de delincuencia, al cabo de 10 minutos el automóvil había sido desvalijado por completo, y tras 3 días ya no quedaba nada de valor dentro de este, a partir de aquí el auto fue destruido. Asimismo, el otro vehículo fue presuntamente colocado en un barrio rico y tranquilo (Palo alto, California), Al paso de una semana, el auto estaba intacto, pero, Zimbardo decidió intervenir y con la ayuda de un martillo rompió la ventana de este, de igual manera golpeó o estropeó algunas partes de este, pasando así de estar en un estado impecable a mostrar maracas de maltrato y abandono, ¿qué sucedió después? A partir del momento en el que el coche se mostró en mal estado, los habitantes de Palo Alto se cebaron con el vehículo a la misma velocidad que lo habían hecho los habitantes del Bronx, y entonces, se confirmó la hipótesis de Zimbardo. La teoría de las ventanas rotas es simple: si en un edificio aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de las ventanas acaban siendo destrozadas por los vándalos. ¿Por qué? Porque se está transmitiendo el mensaje: aquí nadie cuida de esto, esto está abandonado. Esta breve explicación, nos da entender un sinfín de ejemplos en los que esta teoría se podría hacer presente, ya que, es transmisible a múltiples ámbitos de la cotidianidad, por ejemplo: si alguien grafitea en la pared de tu casa y no repintas pronto, se convertirá en un muro lleno de grafitadas en pocos días. Si el árbitro permite una pequeña transgresión en el partido, lo más probable es que vayan apareciendo más y más acciones violentas hasta que se forme una pelea. Si tú mismo comienzas con pequeñas mentiras, acabarás creyéndotelas y generando más. Si toleras la factura sin IVA o si evades impuestos, luego no te quejes si no hay fondos que paguen tu paro o la pensión de tu padre. Si descargas contenidos ilegalmente, luego no pidas que se valore tu trabajo creativo y reclames un buen sueldo. Si no se transmite el mensaje que da toda acción de respeto y cuidado hacia lo que tenemos, y dejamos que el deterioro, el abandono o la resignación ganen la partida, entonces la entropía, el desorden, el daño, el incivismo, el abuso, el acoso psicológico o toda forma de infamia y degradación tenderán a propagarse rápidamente. En conclusión, si queremos evitarlo, hay que arreglar la ventana rota cuanto antes.

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