Trastorno: síndrome de rumiación

Trastorno: síndrome de rumiación

Origen: Se ha establecido que la ingestión de alimentos genera distensión gástrica. Luego se presenta compresión abdominal, seguida por la relajación del esfínter esofágico inferior. Todo esto hace que se forme una cavidad entre el estómago y la faringe. A través de tal cavidad el alimento regresa a la boca.

Síntomas: Tener regurgitación sin esfuerzo, en general en un lapso de 10 minutos después de comer; presión o dolor abdominal aliviados por la regurgitación; sensación de saciedad; mal aliento; náuseas; pérdida de peso involuntaria.

Hereditario: No es hereditario, pero se sabe que se manifiesta en bebés y en personas con discapacidades del desarrollo. No está relacionada con la edad y es más probable que ocurra en personas que sufren de ansiedad, depresión u otros trastornos psiquiátricos.

Causado por agentes biológicos: no se ha encontrado ninguna evidencia de que haya predisposición biológica en el trastorno de rumiación.

Órganos que afecta: Este está relacionado con el sistema digestivo, y si no se trata, puede causar daño en el tubo ubicado entre la boca y estómago (esófago).

Diagnóstico: Los médicos suelen diagnosticar un trastorno por rumiación cuando la persona afectada regurgita repetidamente los alimentos durante un período mayor a 1 mes. Si se sospecha o se diagnostica un trastorno por rumiación, los médicos valoran el estado nutricional para comprobar si hay pérdida de peso y carencias nutricionales.

Tratamiento: El tratamiento puede incluir terapia conductual o medicamentos. La terapia conductual que incluye enseñar a las personas a respirar desde el diafragma suele ser el tratamiento de preferencia.

Métodos de prevención: Las medidas preventivas para evitar que aparezca esta enfermedad son del orden psicosocial. Lo indicado es ofrecer una estimulación afectiva y cognitiva adecuada a los niños.

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