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Trastornos de la eliminación, la ansiedad y del estado de ánimo. La enuresis en el niño y su síntoma


Enviado por   •  10 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  1.011 Palabras (5 Páginas)  •  104 Visitas

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Universidad de ciencias y artes de Chiapas

Facultad de ciencias humanas y sociales

Diplomado en psicopatología infantil y adolescente

Modulo: 6

Trastornos de la eliminación, la ansiedad y del estado de ánimo.

Trabajos:

Ensayo

Nombre del alumno:

Cristian Alejandra Calderón Velázquez

Profesor que imparte:

Mtro. Soledad Hernández Solís

Fecha de entrega:

05 de Febrero de 2016

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas 2016

La enuresis en el niño y su síntoma.

Introducción.

La enuresis es catalogada como un trastorno por el DSM IV, sin embargo qué es lo que realmente esconde la enuresis ¿qué hay más allá aparte de ser etiquetado como trastorno?, podría decirse que es un síntoma disfrazado de ¿llanto?, ¿tristeza?, ¿melancolía?, ¿ansiedad?, ¿depresión?, pueden existir tantas razones y tantos motivos por el cual surge, un niño que se cataloga como eneuretico, seguramente, no aguanta la presión que vive a su alrededor.

Es por eso que antes de etiquetar a un niño, con un “trastorno”; y en este caso específico de la enuresis, descalifiquemos cualquier alteración que pudiese surgir de manera fisiológica, cómo alguna alteración a nivel cortical o de SNC, incluso una alteración fisiológica en la vejiga; cualquier indicio que nos señale que el problema puede ser de manera orgánica.

Pues recordemos que cómo psicólogos tenemos el poder de la palabra y la escucha, cualquier cosa salida de nuestra boca, nuestra voz, repercutirá en el paciente.

Contenido.

Para empezar, ¿qué es la enuresis? Pues bien, La enuresis consiste en la emisión repetida de orina de manera involuntaria durante el día o en la cama por la noche[1], para que sea considerada “enfermedad” (hacemos un paréntesis, hablando de enfermedad cómo trastorno) debe producirse por lo menos tres veces cada día durante un mínimo de tres meses consecutivos y en niños mayores de 4 años, es catalogado como un trastorno de eliminación (”eliminación”, eliminación de ¿qué?) tiempo en el que se supone el niño debería haber adquirido la habilidad de  continencia; ahora hablando de habilidad, ¿cómo se supone el niño debería adquirir esta habilidad?, pues bien la habilidad como cualquier otra cosa, es aprendida, menciona Guyton (1971) acerca de los procesos psíquicos los cuales se deben dar durante el desarrollo emocional del niño y que son requisito previo del aprendizaje, por ejemplo, la identificación con los padres, aceptación, autoestima, etc.[2], menciona la identificación con los padres y la aceptación, hablamos aquí de que si un niño no posee la habilidad, no se ha sentido en identificación con los padres, por tanto el niño, no se siente aceptado (claro, hay que descartar en este punto que el niño no posee ninguna dificultad de aprendizaje a nivel de S.N.C). Es aquí donde entra en juego todo el roll parental, madre e hijo.

Hablando sobre la relación que tiene una madre con su hijo, sabemos de antemano que generan un vínculo muy grande cómo menciona Dolto (2000) “el vínculo madre-hijo es la experiencia fundamental que inicia el cachorro de hombre de su existencia”[3], ahora si nos basamos en lo que se mencionaba anteriormente, en que la enuresis es un trastorno de la eliminación, realmente ¿qué es lo que elimina?; la orina es un líquido que nuestro cuerpo expulsa, un líquido que ayuda a eliminar las toxinas y aquello que no necesita, poniendo de manifiesto esto, el niño entonces elimina aquello que le está  dañando, aquello que no le funciona, es entonces cuando podemos decir que  se vuelve un síntoma, pues es la forma de mantenerse en equilibrio y homeostasis para su cuerpo y para él, una forma en la que su cuerpo habla y genera una aparente calma,   he dicho antes que el hijo y la madre forman un vínculo muy importante pues  la madre cumple con ser  el ojo del Otro, ese Otro es el espejo donde se refleja el otro y quien posee el síntoma (el niño), siendo así el espejo que juzga, inhibe, prohíbe;  el niño que no se siente aceptado por el Otro buscara la manera de que lo acepte o la manera en la cual crea este generando una atención que ayude a su aceptación, sin embargo también existe el factor de  la contratransferencia de ansiedad, es decir el niño cargará con la ansiedad de la madre, entonces son los hijos el síntoma  de los padres que conllevan a crear posteriormente un cierto tipo de psicopatología, (Manonni 1987) “el niño o el adolescente se convierte en portavoces de sus padres”[4].  En este caso la eliminación de un contexto lastimoso para la ¿madre?, puedo decir que el amor de una madre llega a ser literalmente indescriptible al igual que destructible para quien es poseedor de una madre fálica y castrante, que embiste de amor “puro” a aquel otro.

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