Violencia Hacia Los Profesores
avrilgyj6 de Mayo de 2012
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Violencia hacia los y las profesores(as).
El o la docente son los encargados de impartir disciplina y por lo tanto son vistos como una fuente de autoridad, la cuál puede ser cuestionada mediante una serie de manifestaciones donde se incluye la violencia.
“La falta de disciplina se puede manifestar de muy diversas formas, entorpeciendo la vida diaria de las aulas, los procesos y tareas educativas que en ella se desarrollan y su clima relacional”
(Palomero y Fernández, 2000, p.28)
Sabemos que cuando él o la docente asume la autoridad para establecer el clima de trabajo que requiere, los y las estudiantes se manifiestan con violencia, demostrándolas por medio de presiones, insultos o agresiones, en algunas oportunidades, actúan violentamente ante las llamadas de los y las profesoras a la disciplina en el aula, todo esto causa fatiga y estrés entre el profesorado.
Violencia de la institución hacia las y los adolescentes
Este tipo de violencia tiene manifestaciones sutiles e indirectas, y debe tenerse en cuenta a la hora de estudiar la violencia entre los escolares.
“A veces se manifiesta en un clima de clase tenso, falta de democracia, de participación, de normas de convivencia y pautas de comportamiento inadecuadas o no consensuadas...; otras veces, las prohibiciones, la arbitrariedad, los castigos, y el no reconocimiento de los derechos de los estudiantes son moneda común”.
(Palomero y Fernández, 2000, p.28)
Todo este tipo de comportamientos puede provocar estrés, fatiga y sentimiento de fracaso en los estudiantes, los que muchas veces al sentirse excluidos desarrollan odio o antipatía hacia su(s) profesor(es) o el centro escolar, contribuyendo a aumentar el ausentismo y la deserción. (Palomero y Fernández, 2000, p.28)
Violencia entre las y los adolescentes
Es una manifestación de agresión física, psicológica y/o moral que se da hacia otro compañero o grupo de alumnos, sobre los que se quiere ejercer poder, lo que se realiza de forma reiterada.
Palomero y Fernández señalan al respecto:
“Dicha imposición tiene diferentes manifestaciones: maltrato verbal (insultos, rumores), robo, amenazas, agresiones y aislamiento social. En el caso de los chicos su forma más frecuente es la agresión física y
verbal, mientras que en el de las chicas su manifestación es más indirecta, tomando frecuentemente la forma de aislamiento de la víctima o exclusión social. La agresión física tiende a disminuir con la edad y su mayor nivel de incidencia se da entre los 11 y los 14 años; finalmente su escenario más frecuente suele ser el patio de recreo (en primaria), que se amplia a otros contextos (aulas, pasillos...) en el caso de secundaria.”
(Palomero y Fernández, 2000, p.28)
Entonces, se puede afirmar que las anteriores son “algunas” de las manifestaciones de violencia presentes en las instituciones educativas, asimismo, se mencionan ciertas ocasiones o lugares que son comunes para este tipo de situación.
Por otra parte, lo expresado en relación con la violencia directa y sus matices de acuerdo con el género coincide plenamente con la afirmación de que la violencia escolar se manifiesta de forma diferente de acuerdo con el género.
Tal y como lo afirman Palomero y Fernández (2000):
“En el caso de los muchachos se recurre más a la violencia física o a los insultos directos, y en el de las muchachas prefieren resolver la situación al apartar a una amiga del grupo, o ser indiferentes ante ella”.
Evitar la confrontación de la violencia se relaciona con un proceso de socialización dónde culturalmente la diferencia de roles entre hombres y mujeres usualmente privilegiada hace que hombres y mujeres tengan comportamientos diferentes en los mismos escenarios, incluido el centro educativo.
En los primeros meses
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