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“CUATRO NECESIDADES QUE EL ESPOSO DEBE CUBRIR PARA TENER UN BUEN MATRIMONIO”


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2017  •  Apuntes  •  4.868 Palabras (20 Páginas)  •  305 Visitas

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“CUATRO NECESIDADES QUE EL ESPOSO DEBE CUBRIR PARA TENER UN BUEN MATRIMONIO”

Hna. Héctor Ávila

Efesios 5:21-31 “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.”

Quiero hablarles de cuatro cosas fundamentales para que podamos tener un buen matrimonio y una buena familia. Creo que son cuatro cosas muy necesarias que cada uno de nosotros podemos poner en práctica, si en verdad queremos un cambio en nuestro matrimonio y en nuestra familia. A través de los años me he dado cuenta de estas necesidades en las esposas y aquí lo encontramos en la Biblia.

I. LA NECESIDAD DE UN LIDER ESPIRITUAL.

Efesios 5:23 “porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.”

La primera necesidad de una esposa la encontramos en este versículo. Necesitamos en los hogares un liderazgo espiritual. Hay muchas mujeres que vienen a los predicadores, a los pastores, y muchas veces, vienen hasta llorando, diciendo: “¡Cómo quisiera que mi esposo fuera un líder espiritual en la casa!” “¡Cómo quisiera que él nos pusiera el ejemplo en leer la Biblia, orar, en asistir a la iglesia, en servir a Dios, en poner reglas en la casa!”.

Tristemente, vemos que, a pesar de todo lo que han escuchado en tanta predicación, hay demasiados hombres que siguen en la misma situación. No quieren tomar la responsabilidad de un liderazgo espiritual en su casa.

Por eso, hoy en día, tenemos tantos problemas en la familia, aquellos problemas que veíamos solo en los inconversos, hace algunos años, ahora los vemos en las familias cristianas. Sé que las familias inconversas están cada vez peor, pero hoy en día vemos cómo las familias cristianas se están desintegrando.

Las familias cristianas tienen tantos problemas en el matrimonio, tienen tantos problemas con los hijos, y hermanos, esos problemas tienen que ver precisamente con la falta de un buen liderazgo espiritual en la casa.

Muchos de ustedes saben que a los niños les encanta ir a la escuela dominical de la iglesia. Son ellos los que más responden cuando los invitamos a venir a la iglesia, son ellos los que más asisten a nuestros clubs bíblicos.

Y en segundo lugar, las que más acuden a la invitación de ir a la iglesia, son las mujeres. Por todo lo han sufrido, por los problemas que tienen en casa, ellas buscan la ayuda de Dios. Y ellas vienen a la iglesia, dan un buen testimonio, luego viene también el esposo, pero luego vemos que el esposo no quiere crecer. No es que no pueda crecer, ¡es que no quiere crecer!

¿A cuántos encontramos que en lugar de estar leyendo su Biblia, todos los días leen su periódico? Todos los días ven la televisión, todos los días están platicando en las esquinas con sus ex-amigos solteros, todavía andan en las canchas llaneras jugando futbol, hacen esto en lugar de preocuparse por leer la Biblia, por orar, por tener devocionales, por asistir a todos los cultos de la iglesia, por ganar almas, por ir a rutas, por ser maestros de escuela dominical, por estar como ujieres.

Vemos una pereza espiritual increíble en los hombres e incluso algunos están sufriendo las consecuencias ya. Tienen problemas con las hijas, con los hijos, ahora ya tienen contiendan con la esposa, tienen problemas de salud, tienen problemas económicos, y aún así con todo, no quieren ser buenos líderes espirituales.

Sabe hermano, a mí nadie me obliga y nadie me pone una pistola en la cabeza para que lea mi Biblia, de mi propia voluntad leo mi Biblia, porque necesito leerla para mí mismo. En mi casa, quien lee más la Biblia, quien pasa más tiempo en oración, quien sirve más, quien pone reglas en la casa, quien dice lo que es correcto y lo que no, quien decide que se saca y que se queda en la casa, soy yo, el padre de familia, porque soy el líder espiritual de la casa.

La verdad es que, los problemas que hoy en día hay en las familias cristianas, tienen que ver principalmente con nosotros los hombres. Ahora, sé que el pretexto de muchos hombres es decir: “Es que trabajo muchas horas,  me queda bien lejos el trabajo y luego regreso cansado, con hambre y con sueño”.

Cuando estuve en el colegio bíblico me levantaba antes de las cinco de la mañana y terminaba mi día a las doce de la noche, leía diez capítulos de mi Biblia, y pasaba buen tiempo de oración en la mañana y en la noche antes de dormir. ¡Sí se puede, hermanos!

Ahora, si alguien dice: “Pastor, es que me siento demasiado cansado, estoy con sueño y hambre, no puedo pasar más tiempo en oración, leyendo la Biblia y dando devocionales, ¡y todavía servir en la iglesia! No puedo”. El problema es que usted quiere mezclar el mundo con la vida espiritual.

Le he enseñado a los hermanos de la iglesia, sé que para algunos va a ser exagerado pero, nosotros tenemos tres cosas importantes que hacer, a como está el mundo, ya no tenemos el lujo de tomar más tiempo para otras cosas más que para: el trabajo, la familia y Dios en primer lugar.

Hay quienes dicen: “No es que es demasiada iglesia, demasiado servir, demasiada Biblia, demasiada oración, demasiadas cosas espirituales, ¡y ya me siento cansado!”.  Hay quienes hasta culpan a la iglesia porque perdieron a su esposa, porque perdieron a sus hijos, pero ese no es el problema, el problema es todo el tiempo que gastan en el mundo, en vez de gastarlo en leer la Biblia, en orar, y dirigir a su familia.

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