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AMOR Y RESPONSABILIDAD

katriel24 de Junio de 2013

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CATEQUESIS

SOBRE LA "TEOLOGIA DEL CUERPO" EN JUAN PABLO II

1 JUAN PABLO II: UNA APROXIMACIÓN INÉDITA A LA SEXUALIDAD

La finalidad de estas catequesis es la de dar a conocer la "Teología del cuerpo" que el Papa Juan Pablo II expuso en las Audiencias generales de los miércoles, porque representa una forma moderna de expresar el contenido de la Revelación y de la Tradición, sobre bases más bíblicas y con un lenguaje más cercano a nosotros. La luz que proviene de la Revelación sobre la sexualidad, el matrimonio y la familia, en su esplendor y belleza desenmascara los engaños y la pernicie de las ideologías modernas que banalizan la sexualidad, la separan de la persona y del amor, y causa muchas frustraciones en los jóvenes de hoy día. Solamente el respeto de la Verdad deja resplandecer la belleza y el gozo del misterio de la vida en todos sus componentes. Transmitir esta luz a nuestros hijos, a las nuevas generaciones forma parte de la transmisión de la fe, y puede fascinar y entusiasmar a los jóvenes a vivir los misterios de la vida (sexualidad, noviazgo, matrimonio), a la luz y en la comunión con Dios. El descubrimiento de este "tesoro escondido" los sostendrá en el combate contra las falsas seducciones del mundo.

Para comprender la "Teología del cuerpo" es necesario tener presente lo que el joven Karol Wojtyla ya expresó en 1960 en su libro Amor y responsabilidad:

El personalismo en Karol WojtyIa, Amor y responsabilidad...

En su análisis personalista[1], desarrollado en el libro Amor y responsabilidad, Juan Pablo II manifiesta la importancia de considerar siempre en el otro, una persona digna de respeto y con igual dignidad en cuanto criatura de Dios. La realización de cada persona se actúa en el don de sí. El respeto del otro en cuanto persona que es distinta de mí, constituirá el núcleo central de la "Teología del cuerpo".

"Amor y responsabilidad” apareció el mismo año que La tienda del orfebre, o sea, 1960. Fue la primera obra de Karol Wojtyla. Este tratado de ética sexual da fe del carácter innovador de su pedagogía, alimentada por las numerosas conversaciones que mantenía con sus estudiantes y los miembros de su red[2].

La intención que le animaba en Amor y responsabilidad era presentar la moral de la Iglesia no en términos de lo permitido/prohibido, sino a partir de una reflexión sobre la persona, en la que busca la justificación y el fundamento de las reglas éticas. Su intuición de partida es que en el contexto de los años `60, los hombres y las mujeres ya no aceptarían las reglas de la moral tradicional tal como éstas habían sido formuladas hasta entonces, y no serían capaces de aceptarlas más que a partir del momento en que pudieran ver en ellas un itinerario que les condujera hacia una mayor realización de sí mismos, discerniendo en ellas los medios para encaminarse hacia una consumación total de la persona.

Aquí es dónde aparece lo que él llama la norma personalista, regla absoluta que ha tomado de Kant, pero dándole una interpretación nueva de estilo personalista: no servirse del otro, no utilizarle. El utilitarismo puede tomar en el matrimonio dos formas: el hedonismo o permisividad, que consiste en someter la relación sexual únicamente al principio del placer, y el rigorismo o "procreativismo", que la somete únicamente al imperativo de procrear[3].

El fundamento de la moral es no usar nunca al otro, no instrumentalizarlo nunca, pues al instrumentalizarlo, lo cosifico, atento contra su estatuto de persona para rebajarle al nivel de un medio, de una cosa. Amar se opone a utilizar: si amo, no puedo utilizar al otro, pues amar a una persona significa primero entregarse a ella.

"El principio del utilitarismo y el mandamiento del amor son opuestos, porque a la luz de este principio el mandamiento del amor pierde su sentido sin más.

Paralelamente se revela su contenido positivo: la persona es un bien tal, que sólo el amor puede dictar la actitud apropiada valedera respecto a ella. Esto es lo que expone el mandato del amor"[4].'

Después de estas premisas, podemos ahora entrar en el "corpus doctrinal" de la "Teología del cuerpo".

Los siguientes textos, como la mayoría de los textos citados, están sacados del libro "La sexualidad según Juan Pablo II"[5]. El autor del libro, Yves Semen, casado, padre de siete hijos, doctor en Filosofía, se propone divulgar la "Teología del cuerpo” desarrollada por el Papa Juan Pablo II, que, según veremos más adelante, por distintas razones ha quedado hasta ahora bastante en la sombra e ignorada también por parte de los Pastores de la Iglesia Católica. He pensado que era bueno hacer traducir este libro al italiano, al español y a otros idiomas, como ayuda tanto para los padres como para los jóvenes de cara al noviazgo y a la vida matrimonial.

He intentado, en la medida de lo posible, reforzar la Catequesis con algunas citas del Compendio dei Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado el 28 de Junio del 2005 por el Papa Benedicto XVI. Una de las características del Compendioes "su forma dialógica, que retoma un antiguo género literario catequético, hecho de preguntas y respuestas. Se trata de reproponer un diálogo ideal entre el maestro y el discípulo, mediante una secuencia insistente de interrogantes, que interpelan al lector invitándole a continuar en el descubrimiento de los siempre nuevos aspectos de la verdad de su fe. El género dialógico concurre también para abreviar notablemente el texto, reduciéndolo a lo esencial. Eso podría favorecer la asimilación y la eventual memorización de los contenidos" (Introducción, n. 3).

Por razones obvias de limitación de tiempo, tomaremos en consideración solamente algunos aspectos principales de la "Teología del cuerpo". Cada ciclo de catequesis comienza con un texto bíblico, que después viene analizado y desarrollado sacando las consiguientes normas morales.

2 EL PLAN DE DIOS SOBRE LA SEXUALIDAD HUMANA

"La primera serie de catequesis que desarrolla Juan Pablo II se refiere al principio, es decir, aquel principio al cual Jesucristo se refiere casi como un "tiempo prehistórico", que precedió la caída del pecado original de nuestros padres[6].

La "Teología del cuerpo", nos dice Juan Pablo II, es una pedagogía que pretende hacernos comprender el verdadero sentido de nuestro cuerpo. Dejémonos conducir por Juan Pablo II por los caminos de esta pedagogía, que sigue la pedagogía del mismo Jesús. Y es que la "Teología del cuerpo" de Juan Pablo II comienza con un texto de San Mateo que refiere la actitud de Jesús respecto a unas preguntas que le plantean los fariseos:

«Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba le dijeron: '¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?' El respondió: ¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sala carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre'. Dícenle: 'Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?' Díceles: 'Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio» (MI 19, 3-9; ver también Mc 10, 1-2).

A partir de este texto introduce Juan Pablo II "Teología del cuerpo": cuando le plantean a Jesús la cuestión de las relaciones entre el hombre y la mujer, y de las normas de la sexualidad, se remonta al principio. Se trata de un texto absolutamente revelador, que va a permitirnos comprender el verdadero sentido del cuerpo y de la sexualidad en el plan de Dios al principio.

Este "principio" se refiere a los primeros tiempos de la humanidad, cuyo relato se sitúa al principio de la Biblia, en el libro del Génesis. Juan Pablo II habla de ellos como de la «prehistoria teológica» de la humanidad. Son los tiempos que precedieron a los del "hombre histórico", que es el hombre después del pecado, después de la caída original. La historia humana empieza con el pecado de los hombres; el "principio" precede a la historia humana. En cierto modo se trata del "tiempo antes del tiempo" y nos resulta difícil hacernos una idea de la situación real del hombre en ese estado. Y, sin embargo -su insistencia es significativa a este respecto-, fue a este principio al que apeló Jesúspara responder a la cuestión concreta de los fariseos sobre la actitud que debe tener el hombre respecto a su mujer.

Debemos precisar que este tiempo del principio, esta especie de "edad de oro" de la humanidad de antes del pecado, se ha perdido irremediablemente para nosotros: está definitivamente pasado. Sin embargo, dice Juan Pablo II,subsiste un "eco" lejano del mismo en el corazón de todo hombre, dado que hay en su corazón una cierta pureza. Y gracias a esa pureza del corazón podemos acercamos un poco a ese tiempo de la pureza del principio, a esa prehistoria teológica del hombre[7].

La soledad original

Narración elohísta de la creación del hombre: "a imagen de Dios", "hombre y mujer"

Tomemos, de entrada, el primer relato del Génesis[8], el llamado "elohísta". Hay, en efecto, dos relatos de la creación del mundo al comienzo del Génesis. El que el texto bíblico

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