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Amor En La Comunidad


Enviado por   •  17 de Abril de 2015  •  2.046 Palabras (9 Páginas)  •  246 Visitas

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Maestro Dogen (1200 - 1253)

Cuando todos los dharmas son el Dharma de Buda, hay Satori o ilusión, práctica o certificación, vida o muerte y budas y seres sensibles. Cuando todos los dharmas están realizados sin substancia alguna, no hay ni ilusión ni Satori, ni budas ni seres sensibles, ni nacimiento ni extinción. Originariamente la Vía del Buda se trasciende a sí misma, no hay ninguna idea de abundancia o insuficiencia y, sin embargo, hay vida y muerte, ilusión y Satori, budas y seres sensibles. Y aunque así sea, las flores se marchitan aunque las amemos y lo lamentemos, y la mala hierba crece, por más que queramos abandonarla, y por mucho que la detestemos.

Es una ilusión practicar e identificar los diez mil dharmas a partir del ego (con nuestra conciencia personal). El Satori es practicar y certificar el ego avanzando con los diez mil dharmas (siguiendo el orden cósmico). Quienes tienen la experiencia del Satori con respecto a la ilusión son llamados budas. Quienes del Satori hacen una ilusión más (mayoi ), son llamados seres ordinarios. Además están los que obtienen más Satori en el Satori, y quienes crean más ilusión en la ilusión. los budas son realmente budas, no necesitan reconocerse a sí mismos como budas. Sin embargo, están certificando el estado de buda a través de su experiencia, y continúan experimentando el estado de buda (por la práctica de dokan).

Cuando uno se concentra, cuando uno mira muy atentamente las formas y los colores a través del cuerpo y de la mente, o cuando uno escucha verdaderamente el sonido, concentrándose totalmente a través del cuerpo y de la mente, aunque tiene la intuición directa, no es como un espejo que refleje una imagen y no es como el agua y la luna. Si sólo se percibe un lado, el otro queda oscuro.

Estudiar la Vía del Buda es estudiarse a sí mismo. Estudiarse a sí mismo es olvidarse de sí mismo. Olvidarse de sí mimo es ser reconocido por las miríadas de dharmas. Estar en unidad con todas los dharmas es despojarse del cuerpo-mente, en unidad con el cuerpo-mente de todos los dharmas despojados también. Existe un estado donde las huellas del Satori son olvidadas, y manifiesta las huellas del Satori olvidado por un tiempo largo, muy largo.

Al comenzar a buscar la Vía, nos parece inaccesible. Pero en cuanto el Dharma es transmitido con autenticidad, somos de nuevo un ser humano verdadero en nuestro elemento original. Cuando un hombre está en un barco y mira a la orilla, cometerá el error de creer que la orilla se mueve. Si conserva sus ojos puestos en el barco, comprenderá que en realidad es el barco el que se mueve. De la misma manera, si intentamos comprender las miríadas de dharmas sólo a través de nuestra percepción confusa del cuerpo y de la mente, nos equivocaremos creyendo que nuestra mente o nuestra esencia conlleva un estado de permanencia. Si nos hacemos íntimos con la acción y volvemos de forma natural a este lugar concreto, aquí y ahora, es evidente que las miríadas de dharmas no son nuestro ego. El fuego de leña se hace cenizas; nunca podrá volver a ser leña otra vez. Sin embargo, no debemos pensar que las cenizas son el futuro y la leña es el pasado. Recordad: la leña permanece en su posición de leña en el Dharma. Tiene un pasado y un futuro. Sin embargo, aunque tenga un pasado y un futuro, el pasado y el futuro están tajantemente cortados. Las cenizas existen en su posición de cenizas en el Dharma. Tienen un pasado y tienen un futuro. La leña, después de que se ha hecho cenizas, no vuelve a ser leña de nuevo. De la misma manera, los seres humanos, después de la muerte, no viven de nuevo. Por eso, es una costumbre establecida en el Dharma del Buda no decir que la vida se convierte en muerte. Es por eso por lo que hablamos de no aparición. Y es la enseñanza del Buda haciendo girar la rueda del Dharma, decir que la muerte no se convierte en vida. Es por eso por lo que hablamos de no desaparición. La vida es una posición instantánea y la muerte es también una posición instantánea. Es idéntico por ejemplo a la relación entre el invierno y la primavera. No pensamos que el invierno se hace primavera y no decimos que la primavera se hace verano.

Cuando una persona alcanza el Satori, es idéntico al reflejo de la luna en el agua; la luna no está mojada y el agua no es perturbada. Aunque la luz de la luna aclara hasta el infinito, se refleja de la misma manera en poca agua o en mucha agua. La luna y el cielo están contenidos en la gota de rocío de una hoja, en una simple gota de agua. El Satori no rompe el individuo, de la misma forma que la luna no turba el agua. El individuo no crea obstáculo al Satori, tal como la gota de rocío no entorpece al cielo y a la luna. Las profundidades de la gota de rocío pueden contener la altura de la luna y del cielo. La intensidad del Satori es larga o corta de la misma forma que una gran cantidad de agua o una pequeña cantidad reciben la luz infinita de la luna.

Cuando no conocemos todavía el verdadero Dharma, ya nos sentimos repletos por el Dharma, pensamos que lo poseemos y que nuestro trabajo se ha acabado. Cuando el Dharma rellena verdaderamente el cuerpo y la mente sentimos nuestra propia insuficiencia. Por ejemplo cuando navegamos en el océano, más allá de las montañas, cuando miramos alrededor en las cuatro direcciones, el océano parece redondo, no parece tener otro tipo de forma. Sin embargo, el gran océano no es ni redondo ni cuadrado. El océano tiene virtudes inagotables: para los peces es como un palacio y para los dioses es como un collar de perlas. Pero hasta lo más alejado que pueden ver los ojos sólo parece ser redondo. Pensamos de la misma forma con las miríadas de dharmas. En el polvo y al exterior del marco, las miríadas de dharmas abarcan numerosas situaciones, pero vemos y comprendemos solamente tan lejos como nuestros ojos que estudian en la práctica nos permiten alcanzar. Si deseamos estudiar cómo son los dharmas de forma natural, debemos recordar que además de las apariencias de cuadrado o de redondo, las virtudes de las montañas y de los océanos son múltiples

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