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Conclusión

Todos los que formamos parte de una institución educativa, no podemos pasar por alto que todos los días como docentes somos partícipes de un modo concreto de poner en acción los planes y programas oficiales, pero difícilmente nos detenemos a pensar en todo lo que implica y la complejidad que conlleva una propuesta curricular.

El currículo, es una guía para los docentes, en la toma de decisiones, de manera que estos puedan establecer metas y objetivos realistas, generar experiencias y aprendizaje, seleccionar materiales, y formas de evaluar apropiadas. Y requiere que los maestros planifiquen experiencias y aprendizaje estableciendo relaciones, entre los intereses y necesidades de los niños y niñas, con las competencias y los contenidos. Estos propósitos están dirigidos, a promover los conocimientos, las destrezas y los valores, acordes con el nivel de desarrollo, los intereses y necesidades de los niños y niñas.

Actualmente se promueve una fundamentación teórica basada en el constructivismo, auque en la práctica se

presentan limitantes debido a la formación de los propios docentes, impidiendo que se haga una correcta interpretación de los planes y programas y la forma en que debe aplicarse, a fin de que corresponda con los fines que el nivel educativo desea alcanzar. Para llevar a cabo la realización de estos planes y programas sería importante que como docentes nos interesáramos en el estudio y la investigación de nuestra propia práctica ubicándola institucional y socialmente, con base en el estudio teórico, metodológico y técnico, comprendiendo que se trata de un proceso que nos permitirá ampliar, profundizar y transformar nuestra propia práctica docente.

Siendo imprescindible también, se diseñe una política educativa que incluya planes y programas actualizados, que generen intereses, actitudes y valores, que respondan a las necesidades de la sociedad, y no sólo desarrollen habilidades que estén vinculadas con el sector público, sin olvidar, la atención a la calidad, equidad, cobertura y participación social.

Pues un currículo, debe ofrecer a los niños y niñas, oportunidades para que puedan desarrollar, todas las áreas que componen al ser humano: físico, social, lenguaje, emocional, cognoscitivo y creativo.

Por su parte, los Centros de Desarrollo Infantil, tienen como propósito formar y desarrollar en habilidades y hábitos, apoyándose en el Programa de Educación Preescolar 2004 (PEP 2004) para lograrlo; pero una de las problemáticas a las que el docente se enfrenta y observa en su práctica, son las actitudes de agresividad y en cierto momento violentas que se dan a la menor provocación, la falta de respeto y convivencia entre los niños y

niñas, que como consecuencia obstaculizan el proceso enseñanza-aprendizaje en los alumnos, y la adaptación e integración a la sociedad.

Atender esta problemática resulta importante porque los valores adquiridos y ejercidos hacen posible y mejoran la convivencia social. Por lo que la educación preescolar se considera como una etapa de gran importancia, ya que en ella se inicia la conformación de la personalidad en el individuo, y es en esta etapa en la cual se sustentaran las bases de ella. Por lo tanto, la institución educativa constituye uno de los escenarios esenciales de la formación inicial de valores ya que los pequeños, desde las edades más tempranas, en todas sus actividades y espacios de interrelación están actuando, comportándose, adquiriendo vivencias y nuevas experiencias.

Los valores y actitudes no pueden ser estudiados como una asignatura más, la formación de valores es un proceso en el cual el individuo va adquiriéndolos sólo a través de la práctica, por lo que una propuesta para la formación de valores, no debemos percibirla como una actividad distinta, aislada de los conocimientos, habilidades y destrezas

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