ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

CUARTA PALABRA


Enviado por   •  22 de Abril de 2015  •  699 Palabras (3 Páginas)  •  175 Visitas

Página 1 de 3

CUARTA PALABRA

“¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”

(Marcos 15, 34)

Son las tres de la tarde del viernes, Jesus está colgado de la cruz, luego de haber sido traicionado por sus amigos, luego de haber recibido insultos, azotes, y después de haber sido rechazado por su pueblo que gritaba, crucifícalo.

Toda la tierra está en total oscuridad y Jesus grita ¡Eloí Eloí! ¡lemá sabactani? “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”

Siempre pensé que Jesus en su agonía reprochaba al Padre, y me preguntaba ¿Acaso se sintió abandonado por el Padre? ¿Murió Jesús en la desesperación?

Por supuesto que no, todo lo contrario, el Padre siempre lo acompañó, Jesús no dudó y no murió en la desesperación, realmente Jesus está orando, en todos las fuetes de consulta, y hasta el Papa Benedicto afirman que Jesus comenzó a orar el salmo 21 que efectivamente comienza “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?” sí, Jesus está orando, esto es claro, ¿pero por quién? la oración de Jesus es una oración de interseción, Jesus ora por nosotros y por nuestros pecados, Jesus sabe que está a punto de morir y quiere permanecer más tiempo en la cruz, Jesus quiere darlo todo por nosotros, Jesus quiere dar hasta su última gota de sangre por la salvación de todos y cada uno de nosotros.

¿Por qué me has abandonado? cuántas veces hemos repetido esas palabras o talvez, ¿por qué a mí? o ¿por qué tiene que pasar esto?, todos sabemos que Jesus siempre está con nosotros, Jesus nunca nos abandona.

Y que hay de nosotros, cuantas veces abandonamos a nuestros hijos, y no les damos el tiempo necesario para estar con ellos, el abandono con nuestros padres especialmente si ya son viejitos y enfermos, el abandono en el entorno familiar como esposos, como hermanos, en Mateo 23, 8 dice “Todos ustedes son hermanos”, así que no nos abandónenos y estemos siempre pendientes el uno del otro.

Y del abandono que tenemos con Jesús, hemos abandonado nuestro deber de bautizados, de hijos de Dios, en el bautizo fuimos ungidos como Sacerdotes, Reyes y Profetas y no estamos cumpliendo la obligación que tenemos de difundir la Fé, ya que estamos convencidos que solo los sacerdotes tienen que compartir y difundir la Fé.

1) Todos estamos llamados a compartir y difundir la Fé. La mejor forma de difundir la Fé es a través del testimonio personal, por medio de nuestras acciones diarias, cualquier cosa que hagamos tengamos presente a Jesus, hagamos todo por amor a Jesus. “Jesus aplanará tus caminos” Proverbios 3, 6

2) No tengas miedo, confía en el Espíritu Santo, Jesus dijo “No se preocupen de cómo se van a defender o que van a decir, llegada la hora, el Espírito Santo les enseñara lo que tengan de decir” Lucas 12, 11-12. Recuerden, Es el Espíritu Santo quien tocará el corazón de la persona, no tú.

3) Primero vive tu Fé y después explica a otros porque lo haces. En la primera de Pedro 3, 15 dice “Estén siempre preparados a responder a todos el que pida razón de la esperanza que ustedes tienen”

Solo necesitas poner en práctica lo que crees y no tener miedo de compartirla. Esto no es fácil, especialmente para los jóvenes, al hacerlo no siempre te hará el más popular, posiblemente se reirán de ti o te hagan sentir como si estuvieras loco, por crees en esas cosas, pero no tengas miedo, hazlo por amor a Dios, El mensaje de amor de Dios es demasiado grande para no compartirlo.

Recuerden hermanos que Jesus vino a este mundo sintiendo el dolor de la paja y el frío de la noche y ahora se despide con un dolor mucho más angustiante. Aunque siente el dolor de los clavos y de la flagelación, el dolor interior le hace sufrir más. Ese dolor causado por mis pecados de soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, egoísmo y pereza. Señor, ayúdame a no seguir pecando. Oh Jesus mío, quiero estrechar tu corazón fuertemente con el mío, lo beso y lo miro con todo mi amor de que ahora soy capaz de sentir y para procurarte un pequeño alivio, hago mío tu dolor y me comprometo a no abandonarte jamás. Amen.

...

Descargar como  txt (4.1 Kb)  
Leer 2 páginas más »
txt