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Capacitacion Para Evangelizar


Enviado por   •  8 de Mayo de 2014  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  632 Visitas

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CAPACITACIÓN PARA EL VISITEO DE CASAS

• Proyecto Parroquia Misionera

La principal tarea de la Iglesia es hacer presente el Evangelio en todos los sectores de nuestra sociedad, principalmente en aquellos ambientes en los cuales la Palabra de Dios no ha sido escuchada, o es difícilmente acogida.

Siguiendo el mandato de Cristo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio" (Mt 28,19), los que hemos experimentado la fuerza de la Palabra de Dios, debemos sentir con mayor fuerza la urgente necesidad de hacer llegar el mensaje de la salvación a un mayor número de personas. Es preciso que Cristo sea anunciado y aceptado por todo el pueblo, tanto las masas como los individuos. Es preciso salir al encuentro de las personas.

Esto solo es posible, a través de las visitas domiciliarias, las cuales permiten tener un contacto más cercano con las realidades que vive nuestra gente. La casa es el ambiente propio de cada persona. Es importante la familia en la vida personal y social. Visitar cada uno de los hogares es descubrir la gran hambre que nuestros hermanos tienen de Dios, el deseo de llenar el hueco que ha dejado en ellos el egoísmo que impera en nuestra sociedad.

Es una ilusión pensar que, por el hecho de que exista una Iglesia cercana, todos han tenido la oportunidad de recibir el Evangelio; pero no es así. Un sinnúmero de familias esperan con anhelo, la visita de algún misionero que les haga experimentar la cercanía de Dios. Porque sólo Él es capaz de dar sentido a su existencia, de hacerle sentir que los problemas y dificultades de la vida tienen solución si son iluminados por la luz de la Palabra de Dios.

La importancia de las visitas domiciliarias radica principalmente en que es uno de los medios más eficaces para entrar en contacto con todos aquellos hermanos que viven en la desesperación, en la pobreza, en la marginación y en el pecado. Todas estas realidades son fruto de la gran ignorancia respecto al conocimiento de la Palabra de Dios y su eficacia en la vida de los hombres. Todos estos motivos son suficientes para proponer a nuestros hermanos un camino distinto, trazado e iluminado por la fuerza de la palabra de Dios.

En estas visitas casa por casa, somos instrumento de Jesús que dice "Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo" (Ap 3,20).

El amor demostrado por el que visita, llena de aliento los corazones de las personas y produce en ellas alegría y agradecimiento y, por eso mismo, los dispone a iniciar, una renovación profunda de sus propias vidas.

Los visitadores deben ser los misioneros de la fe, es decir, deben creer que a pesar de las dificultades y tropiezos, es posible sembrar la semilla del amor de Dios en aquellos corazones tan maltratados por el pecado.

Como el Padre envío a su Hijo, ahora Jesús nos envía a nosotros a hacer presente su Reino (Jn 17,18).

Por ello al ser rechazados, sepamos que no es a nosotros, a quienes rechazan, sino al mismo Dios a quien se niegan a recibir. Portal motivo, en el corazón de los misioneros que salen al encuentro con sus hermanos no existe el desánimo sino la profunda certeza de que uno es el que siembra y Dios el que hace germinar la semilla.

Es de suma importancia comprender que la visita domiciliaria no es un mero recurso apostólico, sino un apostolado necesario y debe ser realizado con frecuencia.

INSTRUCTIVO PARA LOS VISITADORES DE CASAS

Orientaciones generales:

1. Confiar en el Señor para un ministerio efectivo, más que en habilidades humanas o métodos.

2. No te preocupes por los resultados. Los triunfos o los fracasos no se pueden determinar desde parámetros humanos. Si el visitador planta la semilla de amor, el Señor se encargará de la cosecha.

3. Con tu propio entusiasmo y espiritualidad haz a Jesús y a la Iglesia atractivos a los demás, las acciones dicen más que mil palabras.

4. Evitar las horas de comidas para visitar, u otros momentos que puedan ser un inconveniente para las familias.

5. Mide cuidadosamente el tiempo de la visita. Que no sea tan corta como para no dar tiempo a comunicarse, pero tampoco tan larga que aburra.

6. Recuerde que las personas están en diferentes niveles de desarrollo espiritual y requieren enfoques diferentes. Determina de antemano las necesidades de la persona y elabora tu plan de acuerdo a las necesidades.

7. Organícese el plan de visitas de modo que nadie sea pasado por alto o se le haga sentir sin importancia.

8. Sé sincero. Las personas se dan cuenta cuando no lo somos. Así que no trates de fingir.

9. Haz sentir a la persona que es importante y necesaria, que nadie más puede ocupar su lugar en el Cuerpo de Cristo. La persona debe saberlo y es propio decírselo.

10. Aunque se requiere entrenamiento para el visiteo, el verdadero requisito para un buen evangelizador es un corazón lleno de amor.

11. No te desanimes ni te preocupes por las malas experiencias.

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