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Carta De Obama A Los Zombis

kenneth9928 de Octubre de 2014

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El origen de las especies

1859_Origin_F373_001Se puede achacar a Darwin que en todo el libro va siempre andando con pies de plomo. No es especialmente valiente (o al menos no siempre que se le plantea la oportunidad) como para sacar pecho de lo que este libro iba a significar. Por eso a veces es aún más interesante saber leer entre líneas, y la primera ocasión que tenemos para ello, nada más empezar, es la cita de Whewell con la que abre el origen:

“But with regard to the material world, we can at least go so far as this—we can perceive that events are brought about not by insulated interpositions of Divine power, exerted in each particular case, but by the establishment of general laws.”

W. WHEWELL: Bridgewater Treatise.

Ahí queda eso, toda una declaración de intenciones. Leyes generales y no intervención divina, la idea de la física newtoniana trasladada a la biología, eso es el origen de las especies.

La Introducción es también una parte que merece la pena leer con cuidado. Está aún muy reciente la carta de Wallace y el reciente artículo en colaboración, y aunque tímidamente Darwin quiere dejar muy claro que él ya había escrito sobre la selección natural en los años 40. Al final de esta parte es cuando aclara que él cree que la selección natural es el agente más importante de la evolución, mas no el único (mucho tuvo que repetir esta rase, y a muchísimos críticos se les ha pasado por alto).

Capítulo I: Variación bajo domesticación.

Cuando uno pretende leerse un libro tan inmortal como este, se espera un comienzo épico, algo que marque. Nada más lejos de la realidad. Darwin comienza su obra hablando sobre cómo los ganaderos y agricultores han ido generando nuevas razas de animales y plantas. Por supuesto que es un dato vital para su teoría, pero uno echa de menos un comienzo más estructurado, quizá una amplia introducción sobre la trasmutación de las especies. Pues no: Darwin comienza hablando de razas de paloma. Una forma de arrancar bastante tibia, por decir algo.

Capítulo II: Variación en la naturaleza.

El siguiente paso lógico de la analogía es abordar el sunto de la variación de las especies en estado natural, fundamental para explicar la selección natural. De nuevo es un capítulo necesario pero denso, que no me gusta especialmente, aunque aborda una cuestión tan interesante como la dificultad de delimitación de distintas especies. Hace menciones a su viaje a las Galápagos y, en la página 50, hay comentarios sobre el desarrollo típico del trabajo de un taxónomo con las que personalmente me sentí muy identificado.

Capítulo III: Lucha por la existencia

“A struggle for existence inevitably follows from the high rate at which all organic beings tend to increase. Every being, which during its natural lifetime produces several eggs or seeds, must suffer destruction during some period of its life, and during some season or occasional year, otherwise, on the principle of geometrical increase, its numbers would quickly become so inordinately great that no country could support the product.“.

Malthus se materializa en la obra de Darwin. Interesante, pero demasiadas vueltas a lo que hoy nos resulta obvio hace que este capítulo me siga pareciendo un tanto denso.

Capítulo IV: Selección natural

Llegamos a lo que para mí es el primero de los dos “clímax” de la obra. Es aquí cuando el lector del XIX comprende a qué vienen los tres capítulos anteriores, en los que no se entiende muy bien a dónde quiere ir a parar. De las dos realidades del mundo vivo que nos ha explicado y justificado hasta la saciedad Mr. Darwin (variabilidad de la descendencia y lucha por la existencia) surge como consecuencia lógica, difícilmente cuestionable, la selección natural. En el fondo Darwin está aquí haciendo uso de una mayéutica como la de Sócrates, o eso me recuerda a mí, de nuevo transmitiendo esa sensación de ir en todo momento con pies de plomo.

Nos encontramos aquí con algunas de las primeros usos del concepto de “mejora” en la SN. Esto me ha desconcertado bastante, ya que supuestamente el darwinismo puro y duro carece de finalidad y los organismos mejoran en tanto en cuanto se adaptan a un ambiente cambiante, pero no se trata de una mejor intrínseca y objetiva (o eso consideramos hoy en día). Ha sido curioso comprobar que, aunque de la obra de Darwin se desprende esta idea, al menos en su primera edición él no lo tenía tan claro.

Hay unas frases que me gustan mucho en las que hace mención al gradualismo de Lyell:

“I am well aware that this doctrine of natural selection, exemplified in the above imaginary instances, is open to the same objections which were at first urged against Sir Charles Lyell’s noble views on “the modern changes of the earth, as illustrative of geology; (…) Natural selection can act only by the preservation and accumulation of infinitesimally small inherited modifications, each profitable to the preserved being; and as modern geology has almost banished such views as the excavation of a great valley by a single diluvial wave, so will natural selection, if it be a true principle, banish the belief of the continued creation of new organic”.

Es en este capítulo donde aparece la única figura de todo el libro:

origendiagrama

Al parecer Darwin quiso evitar el uso de dibujos o grabados para que el libro quedara más “académico” y no fuese confundido con un libro de viajes o de curiosidades sobre la historia natural. A pesar de todo, no pudo evitar renunciar a la utilidad de una figura, precisamente de un “árbol” evolutivo. Pese a que pueda parecer simple y llanamente eso, el principal objetivo de esta figura es explicar el “principio de divergencia”, algo nada sencillo y uno de los focos de las críticas. Darwin se valdrá de esta figura en numerosas ocasiones del texto.

El “sumario” de este capítulo es muy bueno, un poco largo para ponerlo aquí, pero su lectura es más que recomendable (página 126 de la primera edición). Recopila muy bien la secuencia lógica de observaciones que hace de la selección natural algo innegable. Estas líneas son en gran parte la esencia de todo el libro.

Capítulo V: Leyes de la variación

"I think..." Cuaderno B. El primer árbol filogenético de la historiaDespués del magnífico capítulo 4, es difícil no pensar que a partir de aquí hay un pequeño bajón. Este capítulo es muy interesante, con constantes citas a Geoffroy, Goethe y otros morfólogos, pero es en gran medida especulativo porque dichas “leyes de la variación”, a fin de cuentas, eran totalmente desconocidas en 1859, cuando la genética aún no existía.

En él Darwin parece hablar varias veces de la herencia de caracteres adquiridos, algo que los lamarckistas no dudaron en destacar. Después de leerlo con atención (por ejemplo, la parte de los escarabajos de Madeira), yo tengo mis dudas de que realmente estuviese hablando de caracteres adquiridos. Sin embargo, quisiera o no decir eso, hay que remitirse a lo que dice al final de la introducción: Darwin nunca dijo que la selección natural fuese el único motor de la evolución, aunque sí el más importante.

Capítulo VI: Dificultades de la teoría

Siempre me ha parecido que honra dice mucho de la calidad científica y humana de Darwin que dedicara este capítulo (y el siguiente de la sexta edición) a comentar cuáles eran los puntos flacos de su teoría.

El más importante es el del estado fragmentario del registro fósil. Por aquella época, efectivamente, el registro fósil era muy muy parcial, muchísimo más de lo que lo es en la actualidad. Sería estupendo poder sacar a Darwin de la tumba y mostrarle la gran cantidad de fósiles transicionales que conocemos en la actualidad. Habría llorado del gusto. En 1859, sin embargo, recurrió a explicaciones peregrinas para explicar esta situación cuando, obviamente, la fosilización es un proceso excepcional, y la inmensa mayoría de los seres vivos mueren sin dejar rastro.

A partir de la página 186 encontramos el célebre párrafo del ojo en el que Darwin se maravilla de la perfección de este órgano y destaca lo difícil que resulta pensar que haya surgido por selección natural. Los creacionistas de todas las épocas han disfrutado citando estas palabras sin incluir lo que Darwin añade después, explicando cómo de variables son los ojos en el reino animal y cómo existen ojos funcionales realmente simples.

También es muy famoso el párrafo siguiente:

"Si se pudiera demostrar que existió cualquier órgano complejo, que no pudo haber sido formado por numerosas modificaciones sucesivas, leves, mi teoría se absolutamente desbarataría. Pero puedo encontrar ningún caso. Sin duda muchos órganos existen de que no sabemos los grados de transición, más especialmente si miramos a las especies aisladas tanto, redondos que, según mi teoría, ha habido mucha extinción. O, si miramos a un órgano común a todos los miembros de una gran clase, para en este último caso el órgano debe han sido primero formado en un período extremadamente remoto, desde que se han desarrollado los numerosos miembros de la clase; y para descubrir los primeros grados de transición a través del cual el órgano ha pasado, tendremos que mirar a las formas ancestrales muy antiguas, desde hace mucho tiempo extinto.

Hijo unas líneas absolutamente gradualistas, pero muy inspiradas, in any case.

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