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Carta Judas


Enviado por   •  20 de Agosto de 2018  •  Tareas  •  2.144 Palabras (9 Páginas)  •  253 Visitas

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  1. Parábola del Sembrador (Mateo 13; 1-9)

En la primera parte donde se habla de que la semilla cayó junto al camino d junto al camino y vinieron las aves y se la comieron, hace referencia a aquellas personas que oyen la palabra del reino, que escuchan la palabra de Dios y no la entienden ni la reciben. En la segunda parte donde se dice que parte de la semilla cayó en pedregales o piedras, y no había mucha tierra y brotaron pronto, pero cuando salió el sol se quemaron y por no tener raíz se secaron, esto representa a aquellas personas que oyen la palabra del reino y la reciben con gozo, pero que la “emoción” les dura poco tiempo, es decir, comienzan a querer hacer muchas cosas para Dios pero en el camino, o frente a cualquier prueba que se comience a pasar dejan de creer en Dios o en lo que él puede hacer. Son personas que no lograron madurar su fe en el Señor.

En la tercera donde se dice que parte de la semilla cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, esta parte representa a aquellas personas que oyen la palabra de Dios, pero el afán de este mundo, las vivencias del día a día, y todas aquellas cosas que nos alejan de Dios hacen que la palabra no de fruto en nosotros, es similar al caso anterior pero la diferencia radica en que estas personas si reciben la palabra pero que su corazón se desvía demasiado rápido.

Finalmente, en la parte donde se hace referencia a que parte de la semilla cayó en buen terreno que dieron fruto, son aquellas personas que oyen la palabra del reino y la entienden, la reciben, la creen, la viven y la difunden a los demás. Son las personas que crecen espiritualmente en el conocimiento de Dios y que han entendido realmente cual es el mensaje del Reino y lleva la palabra de Dios a las demás personas que aún no conocen de él o que no han querido reconocerle.

  1. Parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13; 24-30)

En esta parábola se puede evidenciar u observar que en el lugar donde vivimos, existen dos clases de personas o dos clases de cristianos, los que son hijos de Dios y los que no lo son, los que no son capaces de escuchar su palabra. Y los hijos de Dios dan evidencia de esto ya que son capaces de sembrar cosas buenas en el mundo, es decir, son capaces de expandir el reino de Dios en la tierra, llevando la palabra o el mensaje de Salvación a todas las personas.

Mientras que el enemigo que sembró la cizaña en medio de trigo, representa a aquella persona que es hijo del enemigo. El Señor Jesús dice deja que crezca junto el trigo y la cizaña (maleza), pues al intentar arrancar la cizaña puede que se arranque también el trigo, porque se parecen y solo al tiempo de la ciega se diferencian notablemente, es decir, por los frutos que va dando cada uno es donde se va conociendo de quien son hijos realmente y cuál es su propósito en la tierra.

La siega hace referencia a la segunda venida de Cristo a la tierra, cuando venga por su iglesia en las nubes y lleve a cabo el juicio a todos. En este caso, también podemos encontrar que los inconversos o los que representan a la cizaña también pueden estar junto a los hijos de Dios dentro de la iglesia porque suele suceder que a veces las personas engañan y hacen creer que porque asisten a una iglesia y andan por el camino correcto son parte del “trigo” del Señor.

Es difícil la tarea que establece Dios, pero al mismo tiempo debe tomarse muy en cuenta y aprender que tener una buena vida cristiana va más allá de si somos o no parte de una iglesia, sino que depende que tanto he cultivado mi comunión con Dios, que tantos frutos dignos de arrepentimiento estoy dándole a Dios y que tanto he crecido en el conocimiento de Dios. Esto le da armas a las personas para poder continuar la tarea de seguir sembrando la buena semilla en las demás y esperar que esa semilla pueda dar trigo que se añada en los días finales a aquellos que veremos a Cristo venir en las nubes por su iglesia.

El trigo debe ser probado para ver si realmente es trigo, y como no podemos solos seguir en este mundo donde ha aumentado la maldad, debemos seguir predicando el evangelio a los necesitados, y para anunciar su mensaje debemos pedirle a Dios que nos ayude todos los días para que nos de amor por los perdidos y fe para seguir adelante.

  1. Parábola de la semilla de mostaza (Mateo 13; 31-32)

Esta parábola podemos ver como se hace referencia al Reino, es una ilustración donde se observa a un hombre sembrar una semilla y se describe esa semilla como algo tan pequeño en comparación con otras pero que cuando crece es capaz de crecer más que las demás. Es decir que a veces podemos pensar que el mensaje de Salvación es pequeño o simple y que tal vez comparado a las cosas que el mundo ofrece hoy en día es inferior, pero si nos tomamos la tarea de desarrollar ese mensaje y esperar pacientemente podemos ver que es capaz de mucho más fruto que cualquier otra cosa en ese mundo.

Y a lo largo de la historia se ha podido observar que el mensaje de Dios se ha multiplicado en todo el mundo, tarea que comenzó con los apóstoles y que hasta el día de hoy se sigue difundiendo. Lo único que debe procurarse es difundir el mensaje correcto que es que Jesús murió, resucitó, y ascendió al cielo y que comenzando con un pequeño grupo de creyentes cuando comenzaba la iglesia ahora ese número se ha multiplicado y ahora todos podemos tener acceso a él.

  1. Parábola del tesoro escondido (Mateo 13; 44)

Esta parábola hace referencia cuando encontramos a Dios, cuando al momento de recibirle entendemos que él es todo lo que necesitamos y que queremos esconderlo de los demás que nos adueñamos de él y quizás lo queremos solo para nosotros.

Entendemos también que no podemos compararle con nada de lo que tenemos, podemos en nuestra vida tener las mayores y mejores posesiones y posiciones que para los ojos de los hombres nos hacen grandes e importantes pero que para Dios realmente eso no significa nada, no podemos comprar con nuestro dinero el reino de Dios, lo que realmente significa es que el reino de Dios es nuestro tesoro más preciado.

Debemos alejar nuestro corazón y nuestros ojos de las cosas terrenales, porque son estas las que nos desvían de las riquezas celestiales, las cuales son eternas porque el reino es eterno y para siempre, pero para aquellos que ha creído con fe y han perseverado en los caminos de Señor, aquellos que buscan con el corazón a Dios y que cada día buscan aprender más de él, conforme a lo que está escrito en su palabra.

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