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Carta Pastoral


Enviado por   •  22 de Mayo de 2015  •  13.744 Palabras (55 Páginas)  •  124 Visitas

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CARTA PASTORAL

LA VIDA CONSAGRADA

21 de enero del 2015

INTRODUCCIÓN

1. El Papa Francisco ha convocado un Año de la Vida Consagrada con motivo del 50 aniversario de la Constitución dogmática Lumen gentium (LG), sobre la Iglesia, que en el capítulo sexto trata de la misma, así como del Decreto Perfectae caritatis (PC), sobre la renovación de la vida religiosa, iniciado el pasado 30 de noviembre, primer Domingo de Adviento, y que terminará con la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero de 2016.

2. La Iglesia que peregrina en la República Dominicana, acoge con gozo, gratitud y esperanza esta propuesta del Papa y la ha hecho parte de su Plan Nacional de Pastoral junto al valor de la solidaridad con el lema “Amor y solidaridad, camino de santidad”. Así, durante todo este año vamos a celebrar, valorar e impulsar la Vida Consagrada como don de Dios precioso y necesario “para el presente y el futuro del Pueblo de Dios, porque pertenece íntimamente a su vida, a su santidad y a su misión” .

3. Por esta razón, dedicamos esta Carta Pastoral a compartir con todo el Pueblo de Dios la identidad de la Vida Consagrada en relación con el misterio de la Trinidad y de la Iglesia, sus grandes dimensiones, sus características propias, su diversidad de carismas y, al mismo tiempo, convocarles a que asumamos los grandes objetivos de este Año de la Vida Consagrada en nuestras respectivas Iglesias Diocesanas, mirando el pasado con gratitud, viviendo el presente con pasión y abrazando el futuro con esperanza, a la vez que celebrando junto a todas las Comunidades de Vida Consagrada presentes entre nosotros.

Primera Parte

LA IDENTIDAD DE LA VIDA CONSAGRADA

1. UNA DEFINICIÓN DE LA VIDA CONSAGRADA

4. Muchos entienden que el término de vida consagrada o de consagrados y consagradas se refiere a todos los bautizados más entregados en la Iglesia sin mayor distinción. Es verdad, que todos somos consagrados y consagradas por el Bautismo, pero en la Iglesia llamamos Vida Consagrada:

5. A una forma estable de existir en la cual hombres y mujeres bautizados, llamados por Dios Padre a vivir de una manera particular y radical los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, siguen más de cerca a Cristo bajo la acción del Espíritu Santo y se dedican totalmente a Dios como a su amor supremo, entregados por un nuevo y peculiar título a su gloria, a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo. Lo hacen unidos en una comunidad fraterna inspirados en el carisma de su fundador o fundadora para responder a unas necesidades concretas de la Iglesia y de la sociedad.

6. En otras palabras, la vida consagrada es un estado de vida “constituido por la profesión de los consejos evangélicos” , porque implica la elección definitiva de vivir “para Dios solo” y de entregarse totalmente a conseguir la santidad que es “la perfección de la caridad en el servicio del Reino de Dios y, convertidos en signo preclaro en la Iglesia, preanuncian la gloria celestial” .

7. La vida consagrada no es un una posición intermedia en la estructura jerárquica de la Iglesia. “Este estado, si se atiende a la constitución divina y jerárquica de la Iglesia, no es intermedio entre el de los clérigos y el de los laicos, sino que de uno y otro algunos cristianos son llamados por Dios para poseer un don particular en la vida de la Iglesia y para que contribuyan a la misión salvífica de ésta, cada uno según su modo” . Por tanto, la vida consagrada “aunque no pertenece a la estructura jerárquica de la Iglesia, pertenece, sin embargo de manera indiscutible, a su vida y santidad” .

2. LAS GRANDES DIMENSIONES DE LA VIDA CONSAGRADA

8. A partir de esta definición del Concilio Vaticano II que recoge en síntesis la enseñanza sobre la vida consagrada, profundizada en las Exhortaciones apostólicas Evangelica testificatio (ET), del 21 de junio de 1971, del Beato Pablo VI, y Vita Consecrata (VC), del 29 de marzo 1996, de San Juan Pablo II, así como por los textos litúrgicos de los rituales de la profesión religiosa, desentrañemos las tres grandes dimensiones de la vida consagrada que son la consagración, la comunión y la misión.

A) La consagración de Dios y a Dios

9. En la Biblia la consagración tiene un doble movimiento que, en primer lugar, va desde Dios que consagra a una persona o a una cosa y la hace propiedad suya, poseyéndola totalmente y poniéndola a su servicio . En segundo lugar, vuelve a Dios desde la persona que se entrega a Él y responde a su llamado con fidelidad y amor.

10. La consagración de Dios y a Dios es propia de todo el Pueblo de Dios en virtud del Bautismo recibido, como hermosamente lo presenta el Concilio Vaticano II: “Cristo Señor, Pontífice tomado de entre los hombres , de su nuevo pueblo «hizo... un reino y sacerdotes para Dios, su Padre» (Ap 1, 6; cf. 5, 9-10). Los bautizados, en efecto, son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo como casa espiritual y sacerdocio santo, para que, por medio de toda obra del hombre cristiano, ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien el poder de Aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz (cf. 1P 2, 4-10)" .

11. Ahora bien, la consagración en la Vida Consagrada “es considerada como una singular y fecunda profundización de la consagración bautismal en cuanto que, por su medio, la íntima unión con Cristo, ya inaugurada con el Bautismo, se desarrolla en el don de una configuración más plenamente expresada y realizada, mediante la profesión de los consejos evangélicos” .

12. La vocación a esa forma de vida es “una iniciativa enteramente del Padre (cf. Jn 15, 16) que se manifiesta como una experiencia de este amor gratuito de Dios… hasta tal punto íntima y fuerte que la persona experimenta que debe responder con la entrega incondicional de su vida, consagrando todo, presente y futuro, en sus manos” .

13. Esta llamada la hace el Padre por medio de su Hijo Amado, Jesucristo, en cuya mirada “se percibe la profundidad de un amor eterno e infinito que toca las raíces del ser. La persona, que se deja seducir por él, tiene que abandonar todo y seguirlo .

14. A su vez, esta llamada a la vida consagrada “está también en íntima relación con la obra

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