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Catequesis De Primera Comunión Los Hijos De Dios


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  508 Palabras (3 Páginas)  •  1.430 Visitas

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CAPÍTULO 2: DIOS QUIERE QUE VIVAMOS COMO HIJOS SUYOS

Objetivo doctrinal:

Explicar la promesa que nuestros padrinos hicieron por nosotros en el Bautismo de renunciar a Satanás.

Objetivo moral o vivencial:

Motivar a no desobedecer a Dios, haciendo caso de las tentaciones del demonio.

Enlace:

Muchas veces sentimos ganas de tomar algo que no es nuestro, o de decir mentiras. En algunas ocasiones lo hacemos, pero en otras no lo hacemos porque sabemos que está mal. Y el no hacerlo cuesta más trabajo que el actuar mal, si nos olvidamos de la promesa que tenemos de obedecer a Dios.

Dinámica:

1. Preguntar:

¿Por qué tenemos que cumplir la promesa de obedecer a Dios?

¿Por qué se nos apetece hacer cosas que están mal?

Puntos a desarrollar:

Dios creó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, y cuando los creó les puso una condición para que pudieran vivir para siempre felices en el Paraíso.

La condición era que no comieran del árbol del bien y del mal. Esta promesa que hicieron Adán y Eva, era una promesa de obediencia a Dios, pero ellos quisieron hacerse como dioses y no la cumplieron y fueron arrojados del paraíso. Esto es lo que llamamos el pecado original.

Dios, también creó unos seres espirituales, a quienes llamó ángeles. Uno de esos ángeles tuvo envidia de Dios y quiso tener todos los poderes de Dios. Entonces desobedeció a Dios y fue expulsado de la presencia de Dios y de ser un ángel bueno se convirtió en un ángel malo.

A este ángel malo y a todos los que lo siguieron y fueron expulsados, los llamamos demonios.

Como los ángeles malos quisieron ser como Dios y no pudieron, se dedicaron a hacer el mal. Ellos son los que nos tientan para que hagamos cosas malas, nos aconsejan mal, nos invitan a romper la ley de Dios. Es decir, la tentación es la invitación que nos hace el demonio a hacer cosas que están mal, cuando las aceptamos, pecamos; pero si no hacemos caso de la tentación cada día seremos mejores. Cuando aceptamos la tentación, estamos expulsando a Jesús de nuestro corazón.

Si queremos ser amigos de Dios y vivir en amistad con Él, debemos de rechazar siempre al demonio y sus tentaciones, y para lograrlo contamos con las gracias del Bautismo.

No olvidemos que para vencer las tentaciones contamos con la ayuda de Dios. Ya hemos visto que Él nunca nos deja solos. Por muy difícil que nos parezca, lo podemos lograr. Basta con que estemos decididos

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