¿Cómo saber si algo o alguien existe?

¿Cómo saber si algo o alguien existe?, ¿A que nos referimos cuando hablamos de Dios?, ¿Debemos de creer en su existencia?, ¿Si existe que propósito tenemos como seres humanos?

San Agustín responde ¿Qué hacia Dios antes de la creación? Nada, no existía nada puesto que antes existía el tiempo, todo el mundo tal y como lo conocemos surgió gracias a un Dios, creer en él es algo común, pero conforme seguimos avanzando cuestionamos ¿Quién es Dios? Esta pregunta que generación tras generación ha provocado grandes debates y conflictos en el mundo.

Es cierto que existimos desde hace tiempo esto implica que antes de nosotros debió haber existido alguien, un creador absoluto, el ser más necesario y dependiente, todo probablemente procede de él, pero como podemos conocer a ese ser omnipresente. “No es la eternidad la que está en el tiempo; es el tiempo el que está en la eternidad. No es Dios el que está en el universo; es el universo el que está en Dios”.

El ser de los seres, y el fundamento de todos ellos, el hombre por el cual cada oración y cada sacrificio tiene sentido. Sabemos que existe por definición tal y como menciona Descartes un ser supremo, soberanamente perfecto y totalmente infinito que vive a causa de si, el cual su existencia es inseparable de su esencia y viceversa. Esta prueba ontológica no afirma absolutamente nada, de lo contrario solo seriamos simplemente creyentes de algo que no se puede probar, no basta con definir para demostrar su existencia.

Esto podría cambiar, ya que necesariamente su origen tuvo que ser provocada por una causa, la cual sería explicada por otra que es contingente y así infinitamente, pues la contingencia es un abismo en el que se pierde pie.

Tratando de dar respuesta a las diversas preguntas que surgen acerca de la existencialdad de un Dios, Spinoza menciona que una de las formas en las que podría presentarse este ser, no necesariamente tendría que ser una persona, pues la naturaleza también podría tomar papel este, un ser sin conciencia, sin voluntad y sin amor, que siendo sinceros ninguno de nosotros lo aceptaría, ¿Para qué orar y pedir plegarias, si no nos escucha?

Sin embargo podríamos hablar de él como una inteligencia bondadosa y organizadora, pero se rompería fácilmente, porque la naturaleza es cruel, injusta, ¿Cómo podría verse Dios reflejado en ella? Si en verdad creyéramos en él se supone que lo conoceríamos al menos un poco.

Lo anterior mencionado demuestra a la vez demasiado y a la vez demasiado poco, pero si en verdad se llegase a demostrar la existencia de algo necesario, absoluto, eterno, infinito, etc., serían incapaces de asegurar que ese alguien fuera Dios, si nunca lo hemos visto, cuando ese momento llegue a suceder como lo corroboraríamos, solo podemos conocer a Dios definiéndolo, como el ser supremo que todo lo puede, el sujeto benevolente, el que todo procede de él, a lo

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