Diócesis de Riohacha

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Santa Misa Vespertina

IV DOMINGO DE ADVIENTO

Diciembre 22 de 2012

Comentario de entrada

Hermanos y hermanas, reciban nuestra más cordial bienvenida a esta novena de navidad y a la Santa Eucaristía, en estas Vísperas del IV Domingo de Adviento.

Este séptimo día de la novena está dedicado al valor de la GENEROSIDAD. La generosidad es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras. Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor de nosotros mismos en lugar de dar solo cosas.

En esta Santa Misa Vespertina del IV Domingo de Adviento, sepamos reconocer a María como aquella que nos da al Salvador y que, también nosotros, salgamos al encuentro de las personas que en estos días más pueden necesitar una sonrisa, ayuda, estímulo, fe, esperanza o alegría. Ojala que, como María, en este Año de la Fe, donde conmemoramos los 350 años del Milagro que obtuvo en favor de Riohacha, también salgamos de nosotros mismos y vayamos al encuentro de los que sufren. Que seamos generosos y que no nos quedemos al margen de los sufrimientos de la humanidad.

Participemos con fe y alegría en esta novena y en la Santa Eucaristía, pidiéndole a Dios de todo corazón que nos ayude a ser generosos con todos nuestros hermanos.

Comentario antes de las Lecturas

Las lecturas de hoy tienen ya un cierto sabor a Navidad. En el evangelio se reconoce a María como una mujer de la cual saldrá el Mesías esperado. Hoy se nos habla del cumplimiento de todas las profecías. De la Salvación que, por fin, llega a las puertas de la humanidad. Por fin, vemos a las claras, que la fidelidad de Dios una vez más se muestra universal, grande y amorosa. Escuchemos con atención.

PRESENTACION DE OFRENDAS

PAN y VINO

Te presentamos Señor este pan y este vino, fruto del trabajo del hombre. Tú que le distes de comer a más de cinco mil hombres sin contar mujeres y niños, haz que nosotros también compartamos nuestro pan con los que más lo necesitan.

LUZ

Jesús es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo; y hoy nosotros, la presentamos, imitando a María, entramos en el templo llevando una luz pequeña y frágil, como la misma vida amenazada desde sus comienzos, pero cálida y luminosa como el amor de Dios que está en su origen.

MERCADO

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