Documentos Madre Georgina
LcarobcPráctica o problema14 de Abril de 2023
4.772 Palabras (20 Páginas)81 Visitas
A mayor honra y gloria de Dios
Mérida Noviembre 5 de 1.922
Sr. Dr. Don Antonio Febres Cordero.
Caracas
Mi muy querido hermanito Antonio:
Mucho lamento el que se me dificulte tanto la escritura, por no poderte escribir con mas frecuencia como lo deseo, y esto aunque tú no me correspondieras con puntualidad por tus muchas y continuas ocupaciones, pero yo ofrecería esto a N.S. por aliviarte un tanto la aucencia (sic) recibiendo cartas de tus hermanitos.
Recibí la carta que trajo el Padre Mejía y con ella el pañuelo para Tulio y los dos billetes (sic) destinados para Tulio y yo, Dios N.S. te pague y aumente para compensar de algún modo esa vida de sacrificio que has llevado siempre, y que pronto puedas llevar a cabo el de vivir en un hogar tan tranquilo como lo fue el de la Pensylvania merideña
Mucho me he alegrado del resultado del viaje del fiel e inmejorable Dr. Mejía, N.S. lo ha premiado concediéndole lo que él tanto deseaba para esplendor de su amada Esposa la Catedral (como él la llama) como también para Mérida en general su segunda tierra.+ Si, Dios N.S. lo ha premiado, porque también lo ha sometido a duras pruebas (sic) y el las ha soportado resignado (sic); todavía no lo he visto, porque como es natural las visitas son muchas y estoy dejando pasar el torbellino.
El párrafo de tu carta referente a las Bodas de Diamante de Don Joseito y Dña. Genarina fui allá a leerlo, estando presente toda la familia menos el P. Jesús y Ulises, se enternecieron todos, y tanto el Padre Pablo, como Doña G y Genarina, me manifestaron su agradesimiento (sic), por el recuerdo que hacías de ellos en esta fiesta tan íntimamente celebrada, ya por la muerte de Pepita Uzcátegui, como por Don José estaba ya bastante quebrantado, pero fuerte hasta lo último, no tubo (sic) mas que sinco (sic) días de cama. El tres recibieron tus telegramas de pésame.
He tenido el gusto de sembrar en el solar de la “Quinta Manzanares” tres matas de algodón, coger (sic) las motas, hilarlas y después tejer las medias que hoy uso, he hecho ya tres pares, porque el artículo medias negras era aquí un solo perder dinero, sumamente falsas, las tejo blancas y después las tiño de negro, mi intención fue hacerte las primeras para ti, pero como tú estás en el riñón de la Capital, mi pobre ofrenda sería demasiado rústica para usarlas allá, sin perjuicio que al perfeccionarse la obra irá la muestra para el propietario de la Quinta.
Nosotros tampoco olvidamos la agradable temporada que pasamos en Pensylvania, la Ha. C. dice con frecuencia, se fue Antonio y se acabó la contemplaciones de nosotras, solo un día que ibamos para el llano muy cansaditas y recordando la Ha. cuando pasábamos por ahí en carro, dijo: Señor que te cuesta darnos un carrito que vamos tan cansadas, y acabando de decir esto, suena el camión y se para, nosotras nos pusimos a un lado para dejarlo pasar, pero, el chofer nos dice, Hermanitas para donde van? A la Arcabala (sic) le conteste yo, pues hagan el favor de subir que las llevaré con mucho gusto, como el joven me prestó garatías (sic) por su porte fino y respetuoso, acepté, comprendiendo que Nuestro Señor había oído a la Ha. C.
Lo que más necesito ahora es un hábito de merino, porque el que tengo se parece algo a las vestiduras de Che, y aquí no se consigue tela como para hábito sino telas para trajes de seglares, cuando tyraen los consumen los Sacerdotes para sotanas y manteos, de Caracas me trajo Miguel una correa que me gustó mucho por lo cómoda de la hebilla ve si me puedes conseguir una y N.S. te pagará todo.= El merino son ocho varas si tiene una vara de ancho,
Ya no me alcanza ni el papel ni el tiempo.
La Ha. C. retorna tu saludo, en otro ratico te haré otras letricas. Te abraza y pide sin sesar (sic) por ti tu pobre hermana
(firmado) Mdre. Georgina del C. de Jesús.
A.M.H.y G. de D
Mérida Septiembre 14 de 1924
Sr. Dr. Don Antonio Febres Cordero.
Caracas
Aunque sea cuatro letricas porque no tengo mas tiempo he tenido que escribir a Robertico y hacer esa tarjetica para el Dr. A.J. Silva hijo, las cuales te remito para que me hagas la caridad de mandarlas a su destino.
Me adelanté a hacerlo hoy porque mañana no puedo escribir, en el otro correo seré mas extensa.
Ayer llegó un Religioso dominico procedente de la capital de la República, viene a presenciar el canbio (sic) de hábito de las H.H. de Sta. Rosa, que será el día de N. Sra. del Rosario, y desde ese día nos llamaremos Has. Dominicas de la C. de Sta. Rosa de Lima y quedaremos agregadas a la Orden tercera de Sto. Domingo, (el hábito es blanco, creo que como las Dominicas de Caracas).
No hay novedad particular en las familias, solo Doloritas nos tiene preocupados, porque ha perdido el color y cada día va perdiendo peso, o enflaquesiendo (sic( mas, ella dice que no se explica la causa, porque duerme bien y no deja de comer y además y sin descuidar los recostituyentes (sic), Miguel no omite nada de lo que mandan los médicos.
Todos retornan tus saludos. Nada más por hoy.
Con Pepita te abraza y desea verlos tu h.
(firmado) Mdre. Georgina del C. de Jesús.
(Esta carta se recibió por donación de Daniela Febres Cordero Salón, el día 22 de octubre de 2.004)
El original reposa en Mérida, en el ADSRL (Casa Generalicia, San José de la Sierra).
A.D.S.R.L. Caja No. 53. Documentos Madre Georgina F.
ACTA DE VOTOS PERPETUOS -MADRE GEORGINA-
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Yo, la Hermana Georgina Febres Cordero postrada humildemente en la presencia de Dios Nuestro Señor, de la Bienaventurada siempre Virgen María, de la gloriosa Santa Rosa de Lima, de San Antonio de Padua, Patronos de esta Congregación, y ante Vos Ilmo. Señor, con toda deliberación, hago mi Profesión Perpetua y prometo guardar por toda mi vida pobreza, obediencia, castidad y servir a los enfermos aunque sean de enfermedad contagiosa, en esta Congregación de Hermanas de Santa Rosa de Lima.
Así mismo prometo obediencia al Prelado Diocesano y al Director de la Comunidad. Así Dios me ayude para cumplirlo como lo ofrezco. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
“R E S E Ñ A”
de la festividad habida en el Hospital San Juan de Dios con motivo de la Erección e Instalación solemne de la Congregación Diocesana de Hermanas de la Caridad de Santa Rosa de Lima como un homenaje al Padre Santo
Mérida ha presenciado uno de esos acontecimientos que dejan honda huella en las sociedades, una de esas fiestas sencillas de la cristiandad que hacen levantar la frente para ver flotar en las excelsas regiones de la virtud, la abnegación sin límites de la mujer cristiana. Fiestas hermosas que consuelan porque demuestran que en medio de esta corriente desastrosa de corrupto materialismo, en esta época positivista y atea, aún quedan sentimientos elevados en el alma y viven todavía seres incontaminados que compadecen la desgracia y hacen de la caridad excelso culto.
Tres años hace que distinguidas señoritas tuvieron la salvadora y benéfica idea de ponerse al frente del hospital de esta ciudad; y guiadas por el espíritu de Dios, establecieron una comunidad religiosa que desde luego obtuvo la aprobación y simpatías de todos los que bendicen los sacrificios heroicos y aplauden sinceramente las instituciones que tienen por objeto el alivio del infortunio y el consuelo de los que sufren.
Nuestro sabio Prelado el Ilmo. Señor Dr. Antonio Ramón Silva quiso perpetuar una fecha trascendental en los anales de la Iglesia erigiendo canónicamente la Congregación de las Hermanas de la Caridad como ofrenda muy preciosa de la Diócesis de Mérida en el vigésimo quinto aniversario de haber sido exaltado al trono Pontificio, León XIII, el inmortal e ilustre anciano, que ha sostenido el equilibrio del mundo en esta época aciaga y tumultuosa en que las naciones, soberbias y engreídas, pretenden erigir como única ley la fuerza y el poderío de sus cañones, para mengua de las conquistas más preciosas de la civilización y el Derecho.
A las nueve de la mañana del 21 de febrero, hora en que iba a oficiar de Pontifical el Ilmo. Señor Obispo, en la Santa Capilla, numerosa concurrencia acudía a presenciar un acto profundamente conmovedor. Tres niñas iban a vestir el hábito del noviciado. En medio de los acordes de la música, vestidas de trajes blancos, coronadas de azahares, y con largos velos flotantes, aparecen a las puertas del templo; la lumbre tranquila de pureza que emerge de sus ojos, la aureola de santidad que rodea sus frentes virginales, todo anuncia que no se trata de una fiesta del mundo, sino que son blancas palomas de piedad que tienden su vuelo hacia las regiones de luz imperecedera, lejos, muy lejos de los ingratos breñales, donde la virtud ....., se calumnia a la inocencia, se vive de la intriga miserable y se diviniza a los ídolos del éxito.
...