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¿DÓNDE ESTÁ DIOS?


Enviado por   •  28 de Agosto de 2018  •  Apuntes  •  458 Palabras (2 Páginas)  •  227 Visitas

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¿DÓNDE ESTÁ DIOS?

Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante, el pobre, del obrero, del campesino carente de recursos para defender sus derechos. Me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?;

Cuando miro esa anciana olvidada que, aún con la mirada nostálgica y perdida, balbucea algunas palabras por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?

Cuando veo al moribundo en su agonía; cuando observo a su pareja deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho es un grito de súplica, de paz, de bondad, de misericordia, me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

Cuando miro a ese joven, antes fuerte y decidido, ahora, embrutecido por la droga y el alcohol; lo que antes era una inteligencia brillante, ahora son pensamientos errantes, vagabundos, entonces me pregunto: ¿Dónde estarán las manos de Dios?

Y me enfrento a Él y le pregunto:

¿Dónde están tus manos, Señor?

Para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados.

Después de un largo silencio escuché su voz que dijo:

"No te das cuenta que tú eres mis manos, atrévete a usarlas, no te quedes mirando: aquel que guarda una semilla para comérsela después y sin sembrarla, padecerá de hambre; pues así es mi amor que les he brindado, siembren esta semilla para que sea fecunda, pero no servirá de nada en la tierra, he ahí sus manos que labren la tierra, para que se nutra la semilla y sea fecunda".

Y comprendí que las manos de Dios somos "TÚ y YO", los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje de luchar por un mundo más humano y justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia se retienen a sí mismos para ser las manos de Dios.

Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, quizás no han dado lo que deberían de dar, te pido ahora perdón por el amor que me diste y no he sabido compartir, las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación.

El mundo necesita de estas manos llenas de ideales, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una nueva civilización que busque valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan llegar al final habiendo entregado todo con amor.

Y Dios seguramente dirá:          

  ¡ESAS SON MIS MANOS! [pic 1]

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