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El Evangelio


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  1.722 Palabras (7 Páginas)  •  289 Visitas

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En la actualidad encontramos muchas personas hablando de Jesús, algunos de ellos se hacen llamar cristianos, católicos, evangélicos, testigos, santos de los últimos días, adventistas, gnósticos, metafísicos, maestros de luz, maestros espirituales, cristos reencarnados, etc. Y muchos de ellos hasta suenan convincentes, suenan como ungidos, como poderosos, ¡hasta hacen o parecen hacer maravillas! Otros parecen más centrados en la Biblia y, digamos, más serenos, pero unos predican que Dios ama al pecador y otros predican que no lo ama, unos predican que el evangelio es para adoración, exaltación y humillación ante Dios y otros predican que lo más importante del evangelio somos nosotros y nuestra autoestima… Entonces uno se queda viéndolos y pues se asombra o le causa curiosidad, pero cuando leemos la Biblia nos hace pensar ¿Quién es Jesús? ¿Qué es el evangelio? ¿Ama Dios al pecador? ¿El evangelio es para exaltar al hombre o a Dios? ¿Para qué da Dios poder? ¿Cuál es el mayor regalo del evangelio?

Cuando Jesús preguntó a sus discípulos “¿quien dice la gente que soy yo?” las respuestas de ellos fueron parecidas a las ya mencionadas, pues las personas (que habían visto los milagros de Jesús y oído las declaraciones de Jesús, de Su propia boca, de ser Hijo de Dios y Dios mismo) habían moldeado los hechos a su propio antojo para “dibujar” ante los demás un Jesús que no era el verdadero Jesús. ¡Cuán fácil y atractivo es hacernos un Dios a imagen y semejanza de nuestros pensamientos! Claro, es muy fácil imaginarnos que Dios se ajusta nuestros pensamientos y nos apoya en todo, pero lo que el evangelio enseña es muy difícil: aceptar que nuestra vida y actitudes deben moldearse a los pensamientos de Dios, y que nosotros debemos apoyarlo a Él en todo.

¿Qué es más importante para mí, hacer la Voluntad de Dios o la mía? Una de las mayores faltas que cometemos en esta vida es taparnos los oídos, esto es producto de nuestro propio egocentrismo, por eso Jesús dice “el que tenga oídos para oír, oiga” porque a veces pareciera que sólo los lleváramos de adorno; pregúntese esto ¿Cuántas veces me he equivocado por no querer escuchar y taparme los oídos? Algunos errores habrán sido sencillos y sin gran relevancia, pero otras veces habrán sido mucho más importantes y con consecuencias mayores (como dijo un hermano: las 3 decisiones más importantes de la vida son: Aceptar a Cristo, con quien casarse y qué estudiar). Así que el evangelio enseña: Sé pronto para escuchar y muy lento para hablar, muy lento para enojarse (Stg 1:19) porque de no hacerlo puedes estar dejando de escuchar a Dios mismo.

Entonces ¿reconoce usted que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios Viviente? (Para más de Cristo ver Isaías 61 y Lucas 1:68-75) ¿Sí? ¡Gloria a Dios! (Pues sólo Él puede iluminar los ojos del ciego de modo que lo reconozcan cómo Verdadero y Único Salvador).

Pero ¿Qué significa o qué implica reconocer a Jesús como el Cristo? Si seguimos leyendo podemos ver que Cristo prometió:

• Victoria, principalmente en el sentido de que la Iglesia de Él existiría hasta el fin del mundo, pero también victoria a nivel personal contra el pecado, o sea, libertad. Pero ¿Qué? ¿si en algún aspecto no logramos salir victoriosos significa que Jesús es infiel a Su Palabra? ¡De ninguna manera! Sino que la mayor y más importante victoria no está en esta vida, sino en la otra, ¡la Vida Eterna!

• Lo otro que Cristo prometió fue Poder “lo que ates será atado y lo que desates será desatado” y claro ¿a quién no le gusta el poder? Les aseguro que a la carne le gusta el poder, en algún momento todos hemos soñado que quisiéramos hacer todo cuanto se nos ocurra (por eso se inventan tantos personajes ficticios con súper poderes) pero me acuerdo de un personaje que dijo “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad” lo cual es un buen ejemplo de para qué el Espíritu Santo nos da Poder, y es reflejado en Hechos 1:8 (recibiréis poder y me seréis testigos), entonces el poder no es para hacer lo que nos dé la gana, lo que se nos ocurra, no es poder para pecar, no es poder para desobedecer a Dios sino para obedecerlo, para que seamos testigos de que creemos en un Dios Real y Vivo, para que Su Nombre sea Glorificado, Su nombre sea Alabado, NO el nuestro. Amén.

Entonces el evangelio es: Victoria, Vida Eterna y Poder.

El siguiente versículo muestra que Jesús les afirmó que Él sí era el Cristo, el Salvador prometido, a lo cual tal vez algunos no creyeron completamente, pero parece que tampoco se lo refutaron, sin embargo luego vemos que no habían entendido cual era la verdadera labor del Cristo. Asimismo hoy hay quienes dicen que Jesús es el Cristo, pero no entienden el motivo por el cual vino Cristo, o dicho de otra forma, no saben qué es el evangelio.

Piensan que vino a darnos poder para liderar, para ser servidos en vez de servidores, piensan que vino a darnos dinero, a enseñarnos cosas bonitas, a establecer una religión, una nueva doctrina social (que actualmente llaman socialismo) o para corregir este “sistema

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