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Evangelio Lucas 2

cynaloes28 de Mayo de 2014

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LUCAS 2

Nacimiento de Jesús (Mat. 1:18-25)

2:1 Aconteció en aquellos días (después de nacer Juan), que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado (que se hiciera un censo, LBLA). – Según el profeta Daniel (2:44) el reino del Mesías sería establecido durante el tiempo del cuarto poder mundial, a saber, el imperio romano. Lucas confirma que Jesús nació en ese tiempo. Nunca se hubiera imaginado Augusto César que él estaba ayudando a cumplir las profecías de Daniel y Miqueas acerca del nacimiento del Mesías. “El nacimiento de un niño, que no estaba previsto en esta grande medida política, iba a cambiar la faz del mundo” (B-S).

Lucas escribe este registro para un gentil llamado Teófilo, y sabe que su registro sería leído por muchos gentiles. Por eso, conecta el nacimiento de Jesús con el reinado de Augusto César y el trasfondo de la historia romana (ALA). Comúnmente tales censos se hacen con fines de cobrar impuestos, y probablemente esto sea el motivo de este censo, pero Lucas no explica el propósito de este edicto. Sin embargo, el verdadero propósito del censo era para traer a José y María a Belén. El hombre propone, pero Dios dispone.

“Ningún decreto de este tipo estaba registrado por los historiadores griegos ni romanos, y durante mucho tiempo muchos eruditos supusieron que Lucas estaba equivocado. Pero los papiros e inscripciones han confirmado a Lucas en cada uno de los extremos de estos cruciales versículos 2:1-7. Véanse las obras de W. M. Ramsay (Was Christ Born at Bethlehem?; Luke the Physician; The Bearing of Recent Discovery on the Trustworthiness of the N. T.)” (ATR). Se incluye esta cita porque a través de los años varios “eruditos” han dicho que el registro de Lucas, tanto en Hechos de los Apóstoles como en este libro, estaba equivocado, pero entonces el descubrimiento de documentos confiables – y también la pala de los arqueológicos – han confirmado los escritos de Lucas. Este detalle no se menciona como si fuera necesario que algún escrito inspirado necesitara tal confirmación. Sin embargo, sí es útil para hacer callar a los detractores.

2:2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. – Hech. 5:37,” Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo”. Este fue el segundo censo.

2:3 E iban todos para ser empadronados (inscribirse en el censo, LBLA) cada uno a su ciudad. – Es decir, no la ciudad de su residencia, sino a la ciudad de descendencia. Solamente así sería confiable el censo, pues de otro modo, habrían sido omitidos, o registrados como habitantes de otras ciudades, o registrados dos veces, etc., causando confusión.

Este es un detalle interesante e importante. El método usual de los romanos era hacer el censo del pueblo en residencia, pero en este caso se aceptó la práctica de los judíos de volver todos a su ciudad de descendencia. Digo que es “interesante e importante”, porque de esa manera José y María volvieron a Belén donde el Cristo había de nacer (Miqueas 5:2). Desde luego, ni Augusto ni José ni María ni nadie promovía este asunto; más bien, la mano de Dios lo promovió para llevar a cabo su profecía. El pensamiento del Salmo 118:23 se puede aplicar aquí: “De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos".

Para los judíos era importante guardar los registros familiares. Todo judío podía conocer su genealogía. Véase Josué 7:16-18, para ver cómo los israelitas podían identificar al pueblo por tribu y por familia.

2:4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén (“Belén” significa “casa de pan” y allí nació el “Pan de vida” (Juan 6:35). Belén se llama Efrata en Gén. 35:19; Miqueas 5:2. Está ubicada unos nueve kilómetros al sur de Jerusalén, viaje para José y María de unos 135 kilómetros), por cuanto era de la casa y familia de David; -- El pueblo de Israel se dividía por tribus, familias y casas. Aquí observamos la providencia de Dios. Miqueas 5:2 dice, “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. Mat. 2:4, “ … les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: 6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará {O,[ regirá.]} a mi pueblo Israel”. Juan 7:41, “Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el Cristo? 42 ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?”

José y María no eran de Belén, sino de Nazaret, pero el Cristo no había de nacer en Nazaret sino en Belén. ¿Cómo, pues, se cumpliría esta profecía? La respuesta es obvia. El edicto de parte de Augusto César requería que todos volvieran “cada uno a su ciudad” para inscribirse en el censo, y precisamente en ese tiempo cuando María daría a luz tuvieron que estar en Belén.

2:5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. – Lucas dice que María era la mujer (esposa) de José, pero todavía usa la palabra “desposada”; este pensamiento corresponde a lo que Mateo explica (1:20-25). El ángel Gabriel dijo, “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer … hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús”. Por eso, la palabra “desposada”, empleada aquí por Lucas, quiere decir “casada”, pues José la había recibido como su esposa aunque “no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito”. “De otra manera no hubiera podido viajar con José” (ATR).

2:6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. – allí, precisamente donde el profeta Miqueas había dicho.

2:7 Y dio a luz a su hijo primogénito, -- Como también dice Mateo (1:25), “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito”. Lucas y Mateo no dicen único hijo, sino su primogénito. Luego Mateo habla de los hermanos y hermanas de Jesús (Mat. 12:48: 13:55,56). Véanse las notas sobre Luc. 1:28.

Sin embargo, aunque es importante observar que la palabra primogénito implica que había más hijos después, lo más importante es que la palabra significa que María no había tenido hijo antes de nacer Jesús.

El hijo primogénito era el hijo especial. En primer lugar, los primogénitos de hombres y bestias pertenecían a Dios (Éxodo 13:2). “Por lo general el primogénito heredaba el rango, la situación y las prerrogativas de su padre; venía a ser jefe de la familia o de la tribu; heredaba asimismo una porción doble de los bienes paternos, derecho garantizado al hijo primogénito, incluso si había una segunda esposa preferida a la madre del primogénito (Dt. 21:17; 2 R. 2:9)” (Vila-Escuain).

Pero Jesús recibe el título de Primogénito en sentido especial. Col. 1:15-18. Los testigos del Atalaya dicen que en este texto la palabra primogénito quiere decir que Dios creó a Cristo primero y luego que Cristo creó las demás cosas. En la Traducción del Nuevo Mundo agregan la palabra otras varias veces para afirmar que Cristo creó las “otras cosas”, para indicar que Cristo mismo era una “cosa” (una criatura). Esta doctrina es blasfemia.

Cristo es llamado Primogénito para indicar su preeminencia (v. 18). Compárese este texto con el Salmo 89:27 que habla de la exaltación del rey David. Dios dice, “Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra”. David no era el primogénito en sentido físico (1 Sam. 16:11), pero Dios le puso por primogénito sobre los reyes de la tierra. De esta manera Pablo emplea el término con respecto a Jesús para exaltarlo a sumo grado.

-- y lo envolvió en pañales (estas tres palabras son una sola palabra en el griego, palabra común en escritos médicos), y lo acostó en un pesebre (“un comedero en un establo”, ATR), porque no había lugar para ellos en el mesón (en Luc. 22:11 se traduce aposento. ¡Qué maravillosamente sencillo este relato del nacimiento de Jesús, el Salvador del mundo! ¡Qué buena ilustración de 1 Cor. 1:26-31! Primero, Lucas habla del emperador de Roma, pero no para magnificarlo, sino solamente para fijar el tiempo y lugar del nacimiento del Personaje Central de toda la historia humana, el que sí debe ser adorado (Mat. 2:11).

“A través del entero curso de su vida, Jesús menospreció las cosas más estimadas por los hombres… Aunque era Heredero de todas las cosas, escogió nacer en un mesón, no, en el establo de un mesón, donde, en lugar de una cuna fue puesto en un pesebre” (JM).

Los ángeles y los pastores

2:8 Había pastores en la misma región, que velaban (la noche consistía en cuatro velas de tres horas cada una, Luc. 12:38) y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. – Se turnaban para velar los rebaños. Estos pastores estuvieron en el campo abierto, bajo las estrellas, cuidando sus ovejas; por eso, este gran evento no ocurrió el 25 de diciembre. “Desde abril hasta el otoño en septiembre, los rebaños pacían constantemente en campos abiertos, permaneciendo siempre los pastores allí. (Por esto parece evidente

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