El Verdadero Significado De La Vida

“El verdadero significado de la vida”

La humanidad atraviesa por una de sus más caóticas crisis en lo referente a valores, búsqueda de sentido de la vida y vive bajo la tiranía de la materia y el consumismo. Casa, comida y bebida son sus mayores preocupaciones.

Mientras se afana por suplir por suplir esas necesidades materiales, tienen el alma enferma. Enferma de temor e inseguridad. El hombre moderno está enfermo porque no se conoce a sí mismo. No sabe nada del pasado, del presente y del porvenir. Es decir, no sabe quién es, no sabe de dónde viene, no sabe para qué existe y no sabe hacia dónde va. Es la enfermedad que Raymond Queneau llama la enfermedad del ser. El pensamiento moderno y los existencialistas describen al hombre actual como un ser con “un santo vacio y un hambre nouménica”, grávido de angustia y ansiedad.

Por si fuera poco existe en la actualidad una tendencia hacia el aislamiento y una introversión un tanto patológica, es más fácil y cómodo para algunos hacer amigos e incluso novios por internet, que en la escuela o en la cuadra donde se vive. Esta verdad la refleja Ernesto Sabater en las siguientes palabras “¡Cuántas lágrimas hay detrás de las máscaras! ¡Cuánto más podría el hombre llegar al encuentro con el hombre si nos acercáramos, en lugar de figurarnos fuertes! ¡Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos en verdad! ¡Cuánto mal podría ser evitado!”

El hombre necesita desesperadamente encontrar respuestas, porque son las únicas que pueden darle significado y sentido a su existencia. Es sin lugar a dudas la juventud la que más sufre por la falta de significado de la vida. Los adultos y los viejos pertenecen al pasado y al presente. Los jóvenes pertenecen al presente y al porvenir. El mundo del futuro es de los jóvenes. Y si se asegura que ya no hay futuro para el mundo y que la juventud actual es una generación sin futuro, ¿para qué quiere el presente? Si la palabra fin se está escribiendo en la negra cortina del porvenir, y, si como afirman muchos, el telón que cerrará el drama mundial caerá en el año 2012, ¿para qué vivir?

Muchos escritores comparan la vida a un viaje por el mar. El marino, antes de zarpar, se prepara cuidadosamente. Consulta sus cartas náuticas y fija su rumbo según el puerto de destino. Ya en alta mar, vigila la brújula, maneja el sextante y sostiene firme el timón para no desviarse de su ruta. Lo normal es que llegue sano y salvo a su destino.

Así es el viaje de la vida para la juventud. ¿Se lanzará el joven al mar de la vida sin rumbo, sin brújula y sin timón? Tristemente y por increíble que parezca, la mayoría de los jóvenes se lanzan al mar de la vida sin una meta y sin un objetivo definido. No es extraño que no lleguen a ninguna parte. ¿A dónde habrían de llegar si no le han puesto rumbo a su barco? ¿Qué le pasaría a un barco que saliera a alta mar sin saber a qué puerto se dirige?

Félix Cortés Antonio menciona en su libro “un sitio en la cumbre” que “un joven sin ideales es como un barco cargado de valiosos tesoros, pero sin velas ni timón. ¿Es extraño entonces, que veamos a tantos jóvenes fracasados, ociosos, en estado tan lamentable y trágico que dan ganas de zarandearlos.

¿Qué se puede esperar de un joven que no tiene ningún propósito y ningún ideal? Nada más que una vida vergonzosa. Porque, ¿Qué es vivir? Vivir es luchar por alcanzar un ideal. La vida es lucha y se resuelve en la lucha, como decía Unamuno. De esto se deduce que quien no lucha no vive.

Los grandes maestros dicen que el idealismo es el territorio de la juventud. Dicen que no se nace joven. Que es necesario adquirir la juventud y que sin un ideal, no se adquiere. Que eres

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