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El árbol De Navidad


Enviado por   •  21 de Julio de 2014  •  2.592 Palabras (11 Páginas)  •  233 Visitas

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El primer árbol de navidad fue decorado con sangre. O al menos esa es una de las leyendas que se tejen en torno a este árbol que todas las navidades es colocado en la mayoría de los hogares de América y Europa. Esta leyenda menciona que en la Alemania pre cristiana se realizaban dos ritos: el primero al Dios Odín ( “padre de todos” según la mitología escandinava). Su rito consistía en que un grupo de guerreros se reunía en torno al roble sagrado de Odín y a manera de tributo, ofrendaban las vidas de los prisioneros de guerra.

El segundo rito estaba dedicado al Dios Thor, (hijo de Odín. Considerado como el más fuerte de todos los Dioses nórdicos). En su nombre realizaban una ceremonia con pencas de palma de doce hojas, cada una de las cuales representaba un mes del año. Al finalizar la ceremonia, encendían la punta de cada hoja y apilaban las palmas en forma de pirámide formando una hoguera en su honor.

Pero estos ritos sufrieron un cambio importante a partir del siglo VII, con la llegada a Alemania de un monje que fue conocido como: San Bonifacio. Al darse cuenta de los sacrificios humanos que practicaban los nativos en el roble dedicado a Odín, San Bonifacio decidió usar un abeto para evangelizarlos a través de él. Aprovechando su forma triangular, logró transmitirles el concepto de la santísima trinidad (Dios padre, hijo y espíritu santo). También, poco a poco consiguió que los nativos se convirtieran a la religión cristiana y que empezaran a venerar este abeto como el árbol de Dios, así como antes veneraron el roble como el Dios Odín.

Según estas leyendas, estos fueron los primeros pasos para el nacimiento del “Árbol de navidad” que conocemos hoy en día, ya que es la primera vez que se usa como un ícono relacionado con la cristiandad. Pero, ¿cómo se transformó éste árbol en lo que es ahora?

LOS ÁRBOLES Y SUS SIGNIFICADOS

En muchas religiones, sobretodo las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. En Mesoamérica, el árbol guarda un significado místico; inclusive consideraban el ahuehuete como árbol sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.

Por ello, el árbol de navidad también tiene varios significados religiosos. Ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra, nos recuerda la redención y se asocia con el árbol de la vida, que lucía en medio del jardín del edén. Las esferas simbolizan los frutos del Árbol vivo que es Jesús y sus decoraciones nos recuerdan las gracias que el hombre tenía cuando vivía en el paraíso en completa amistad. Las luces que se encienden y se apagan representan la luz de Cristo, el estado paradisíaco que del amor de Cristo. Y la estrella que se coloca en la punta del árbol, representa la estrella de Belem que anuncia la redención de la humanidad.

UN PRETEXTO MUNDANO

Navidad es una palabra que viene del latín nativitatem, que significa natividad o nacimiento. La costumbre hizo una apócope de natividad y adoptó “Navidad”. Realmente, la palabra Navidad, en este tiempo, es un buen pretexto para divertirse, hacer negocios, vacacionar y, en la mayor parte de las veces, para pecar. El enemigo de Dios y del hombre ha usado esta fecha, esta palabra y esta celebración para distraer al hombre del significado profundo que tiene el nacimiento más notable que haya ocurrido en toda la humanidad desde que el mundo fue creado: el Nacimiento de Dios, hecho carne, sobre la tierra.

EL VERDADERO SIGNIFICADO

En Babilonia, esta fiesta a Saturno tenía como característica un gran libertinaje y borracheras que no distan mucho de las celebraciones navideñas del siglo presente. Tenía también dos detalles típicos que llaman poderosamente nuestra atención.

Primeramente, se usaban árboles de pino, por doquier, para representar el calor del nuevo nacimiento del dios sol, en forma de fuego (Libro "El hombre y sus dioses", pág. 201). Esto se basaba en una antigua leyenda babilónica. Durante una noche, un árbol verde se desarrolló de un tronco muerto.

Esto hablaba de que el dios sol Nimrod (tronco seco), reencarnaba en Tamuz (árbol verde), cuando su madre Semíramis lo daba a luz en esa noche.

Nimrod, quien llegó a ser el primer

poderoso en la tierra (Génesis 10:8).

Las leyendas se propagan con los años y ésta pasó a ser dominio entre druidas y egipcios, y fue adoptada por Roma, la que colgó al árbol, entre otras cosas, cerezas rojas que después fueron bolas brillantes (esferas), como símbolo del dios sol...y esto fue incorporado a la celebración de la Navidad hasta el día de hoy.

Cabe hacer notar que la Biblia no admite que se dé culto, ni a Dios ni a nadie al pie de árboles. En la ley mosaica esta escrito: “Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredasteis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso...” (Deuteronomio 12:2). Los profetas advirtieron: “Y sabréis que yo soy Dios, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres de los montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus ídolos. Y extenderé mi mano contra ellos y donde quiera que habiten haré la tierra más asolada y devastada que el desierto hacia Divlat y conocerán que yo soy Dios” (Ezequiel 6:13-14). “¿Me postraré delante de un tronco de árbol?” (Isaías 44:19).

No puede ser coincidencia lo que México está padeciendo en este tiempo, si consideramos por unos minutos, la profecía de Ezequiel.

LOS REGALOS SE PONEN DEBAJO DEL ÁRBOL

Otra segunda cosa curiosa, la menciona Tertuliano como parte de la navidad romana: hacer regalos, costumbre oriental que heredamos hoy más que nunca, de esa bacanal pagana. Si miramos la historia, Roma adoptó el intercambio de regalos en recuerdo de los dones que los magos presentaron a Jesús.

Sólo que los magos no hicieron esos regalos con motivo del nacimiento, pues para esas fechas José, María y el Niño ya vivían en "su casa", como lo asienta Mateo, el evangelista, en Mateo 2:11: “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María

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