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Es Correcto Juzgar


Enviado por   •  21 de Diciembre de 2014  •  3.839 Palabras (16 Páginas)  •  189 Visitas

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¿ES CORRECTO: Juzgar de acuerdo a la Biblia?

Delatar Errores, Decir Nombres,

Denunciar Falsas Doctrinas

Muchos hoy en día creen que es incorrecto delatar el error y decir nombres. Los liberales siempre han parecido creer esto, pero en tiempos recientes ha sido expuesto ampliamente por evangélicos y carismáticos. Ahora estamos viendo ese error fatal siendo declarado por esos que profesan ser fundamentales bíblicos. Esos que creen fielmente en exponer o delatar el error de acuerdo a la Biblia, ahora están siendo ampliamente denunciados y acusados de ser descorteses y faltos de amor. En este escrito pretendemos presentar la enseñanza que la Biblia guarda en este tema de vital importancia.

I. Es Correcto Practicar El Juicio Bíblico

Uno de los versículos malamente usados de la Biblia es, "No juzguéis, para que no seáis juzgados" (Mateo 7:1). Cada versículo de la Escritura debe ser leído en su contexto, si vamos a entender propiamente su significado. En los versículos 2-5 del mismo capítulo es evidente que el versículo 1 se refiere a juicio hipócrita. El hermano que tiene una viga en su propio ojo no debe juzgar a otro que tiene una paja en el suyo. La enseñanza es clara, usted no puede juzgar a otro de su pecado si usted es culpable del mismo pecado.

Esos que se aferran a "No juzguéis, para que no seáis juzgado," al condenar a esos que delatan el error, deberían leer el capítulo entero. Jesús dijo, "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas...." (v. 15). ¿Cómo podemos conocer a los falsos profetas si no los juzgamos de acuerdo a la Palabra de Dios? Si conocemos a los falsos profetas, ¿cómo podemos desprevenir a las ovejas de esos "lobos rapaces?" A través de toda la Biblia encontramos la enseñanza de que debemos identificarlos y delatarlos.

"Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos" (Mateo 7:16-17). ¿Dijo acaso el Señor que no podíamos juzgar el árbol (persona), por el fruto de su vida y su doctrina? Ciertamente no, porque no pudiéramos saber sin juzgar. Todo juicio debe hacerse en las bases de la enseñanza bíblica, y no acuerdo a caprichos ni prejuicios.

"No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio" (Juan 7:24). Aquí el Señor nos manda que "juzguemos con justo juicio" el cual es únicamente basado en la Palabra de Dios. Si el juicio se realiza bajo alguna otra base, no siendo la Palabra de Dios, es una transgresión de Mateo 7:1. El diccionario dice que un juez es "uno que declara la ley". El cristiano fiel debe discernir o juzgar de acuerdo a las bases de la inspirada ley de Dios, la Biblia.

Un fornicario es descrito en 1 Corintios 5:1-13. Pablo "juzgó" (versículo 3) al hombre a pesar de que estaba ausente, y dijo a la iglesia de Corinto que deberían "juzgar" (versículo 12) a los que estaban dentro. La palabra griega para "juzgar" es la misma en Mateo 7:1. Pablo no faltó a "no juzguéis, para que no seáis juzgado" al juzgar al hombre, ni en instruir a la iglesia a juzgar también. Todo este juicio fue de acuerdo a la Palabra de Dios.

Una persona que es capaz de discernir entre el bien y mal, tiene por lo menos uno de los mayores signos de madurez espiritual. "Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal" (Hebreos 5:14). W.E. Vine, dice acerca del significado de "discernir", "una distinción, una clara diferenciación, discernimiento, juicio; se traduce 'discernir' en 1 Corintios 12:10 discernimiento de espíritus, juzgando por evidencias si es que son de Dios o son del maligno". Strong también está de acuerdo en que significa juzgar.

Esos que no desean o son incapaces de discernir o juzgar entre lo bueno y lo malo, están de esa forma revelando ya sea su desobediencia o su inmadurez.

II. Es Correcto Denunciar a Los Falsos Maestros

Los falsos maestros son libres para esparcir sus venenosas doctrinas hoy en día, debido a que hay una conspiración de silencio entre muchos creyentes de la Biblia. A estos lobos con vestidos de ovejas se les facilita saquear el rebaño, y así, destruir a muchos.

Juan el Bautista llamó a los fariseos y saduceos (los líderes religiosos de ese día) "generación de víboras" (Mateo 3:7). Hoy en día, podríamos ser acusados de ser faltos de amor, descorteses y anticristianos.

Jesús dijo a los fariseos religiosos: "¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Para muchos evangélicos y otros profesantes cristianos, este sería un lenguaje inaceptable en nuestros días, pero es el lenguaje bíblico y viene de la boca del Ungido de Dios.

Parado frente a frente con esos falsos maestros, Jesucristo, el Hijo de Dios, les llamó "hipócritas", "guías ciegos", "sepulcros blanqueados", "serpientes", y "generación de víboras" (Mateo 23:23-34). Sin embargo, se nos dice que debemos tener compañerismo con esos cuyas doctrinas son justo tan antibíblicas como las de esos fariseos. Algunos que dicen ser cristianos creyentes de la Biblia insisten en trabajar con católicos romanos y otras asociaciones heréticas. Y, nosotros no debemos señalarlos por su compromiso.

Cerca del comienzo de Su ministerio: "Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado" (Juan 2:13-16). Nuestro Salvador se presenta hoy en día como alguien manso, humilde y amoroso aún con los falsos maestros, lo cual es completamente falso. Cuando trató con los falsos maestros y profetas, sus palabras fueron ásperas y sus acciones claras.

Cerca del final de su ministerio público, Cristo encontró la necesidad de limpiar el templo una vez más. La denuncia de las falsas doctrinas es un trabajo interminable.

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